15. James es solo su juego.

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Ya había amanecido y me encontraba en estos momentos esperando a que el doctor me diera de alta. Ya no estaba molesta con James aunque de todos modos no tenía que haberlo estado, soy una tonta al actuar así. El mismo doctor que me atendió ayer apareció entrando por la puerta.

-Buenos días, ya puede irse no le recetaremos nada… solamente no coma betabel por favor –miró a James-. Cuídela joven.

-Que amable –respondió con su sarcasmo-. ¿Cuándo le debemos?

-No se preocupen por eso, no ocupo nada del hospital. Solo una noche pero no hay problema.

-Muchas gracias –sonreí apenada.

-A ustedes, tengan cuidado.

-Sí adiós –contestó de nuevo el amargado.

Me levanté de la cama y seguí a James, él ya había salido por la puerta. No le hablaba y no me hablaba, tomamos el ascensor y de nuevo ese silencio incomodo se hacía presente. Su respiración era agitada al igual que la mía, podía jurar que sentía mi corazón latir fuertemente. Al salir del hospital James abrió el seguro de su auto y subió en el al igual que yo, muy… muy incómoda. Lo encendió y lo hizo marchar, lo miraba de re-ojo y su ceño era verdaderamente fruncido, yo comenzaba a ponerme nerviosa.

-Lo siento –susurré mirando hacia la ventana-. No debí actuar de esa manera ayer en la noche, no tenías ninguna obligación al querer quedarte conmigo y…

-Annie, antes de que empieces con tus habladurías quiero que entiendas y se te meta en tu cabeza hueca que esto lo hago porque tengo que hacerlo, no porque yo quiera ¿Bien? Así que deja de lamentarte de una vez por todas.

-Perdóname de verdad yo no quería que tuvieras alguna obligación conmigo –él se detuvo en seco y cerró los ojos molesto.

-¡¿Qué parte no entiendes que no me importas?!

-Ninguna –mi voz se comenzó a quebrar-. No importa, llévame a casa.

-Eso iba a hacer.

-Perdón por interrumpir tu noche de sexo con aquella chica.

-No sabes ni lo que dices, estoy harto de…

-No digas nada, si hablamos de quien lo está sales perdiendo aquí, solo cállate… deja de hablarme así y llévame a mi maldita casa.

James no me dijo nada más y yo… yo miraba por la ventana con lágrimas cayendo constantemente por mi rostro. Trataba de no hacer mi sollozos audibles, realmente me sentía triste, a pesar de que yo creía estar acostumbrada al trato de James. Al llegar tenía que alistarme para ir a la escuela y presentar mi justificación del por qué llegué tarde esta vez. Por fin llegué a casa y sin decir absolutamente ninguna palabra bajé del auto hecha un mar de lágrimas. Sin siquiera esperarse a penas coloqué un pie en la banqueta el arrancó el auto, lo odiaba… bueno en realidad no.

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Llegue a la escuela tratando de parecer lo más tranquila posible. Tenía el papelito en la mano en caso de que me lo pidieran en la entrada, pero no fue así. Me dirigí a mi clase antes del almuerzo. James ya estaba ahí, como era de esperarse me ignoró, pero no le tomé importancia, quizás… no tanta. Le entregué aquel papelito al profesor y este lo firmó. Me senté al lado de Logan y le escribí un pequeño mensaje en un pedazo de papel.

I'm Just Like YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora