James Hale en multimedia...
MÍA
Dos días habían pasado desde que me escapé de la manada, dos días y dos noches de angustia, desde que llegué a casa de Jayden no he podido conciliar el sueño, las pesadillas han sido recurrentes, cada vez más horrendas, siempre me encuentro en un estado de paranoia, no he salido de la habitación de Jayden por ningún motivo, incluso hubo ciertas ocasiones en las que su madre casi me descubre pero logré ocultarme, mamá ha venido a diario con la excusa de hablar con Sarah, la mamá de mi amigo pero siempre encuentra la oportunidad para venir a verme. Hoy por fin acabaría con mi suplicio y partiría a un rumbo mejor, aunque claro, intranquila, tenía un gran remordimiento por Gema y las demás pero pronto vendría por ellas, sobre todo, tengo un mal presentimiento, todo a estado tan tranquilo, no he tenido noticias de Cristián y se me hace extraño, es por esa razón que no debo confiarme, aún no tengo nada seguro.
- Mía- Me giro ante la voz de Jayden, quien estaba esperándome en el umbral de la puerta de su cuarto- Ya es hora, vámonos- Eran las cinco de la madrugada, todos dormían, aún estaba oscuro y mi vuelo saldría a las siete, pero en llegar al pueblo vecino estaría en la hora indicada.
- Ya voy- Cerré mi bolso, lo cargué a mi hombro y me acerqué a el- ¿Mi madre?
- Esta a fuera esperando, no perdamos tiempo- Se veía ansioso y algo nervioso, estaba raro, se que la situación no es la mejor pero aún así su actitud me parece extraña- Yo...- Me pareció que diría algo pero negó y sonrió- Te extrañaré pequeña monstruo- Alce una ceja, sabia que no era eso lo que diría, aún así le sonreí.
- Yo también Jay- Recordé como solía llamarlo de pequeña, desde que tenía diez años no lo trataba así, luego pasé por su lado.
Los padres de Jayden dormían así que había que ser cauteloso, abandonamos su casa y después de estos días encerrada era la primera vez que veía el pueblo, parecía un pueblo fantasma, ningún alma se notaba en Gregor Bremen. Mi madre estaba apoyada en la puerta del conductor de lo que mi amigo llama: "Su preciosa joya", me acerco a ella, dejo el bolso en el suelo y la abrazo para luego separarnos.
- Aquí tienes el pasaje de avión- Me tendió el pequeño documento y lo recibí guardándolo en el bolsillo de mi pantalón- No voy a quitarte más tiempo, ven aquí...- Me atrajo nuevamente hacia ella y me abrazo, aspiro el aroma de mi cabello y luego depósito un beso en mi frente- Te amo mi preciosa traviesa- Me suelta y le sonrío.
- Y yo a ti mamá- No pude evitar sentir nostalgia, desde que cumplí trece años había dejado de llamarme así.
- Bueno, bueno, ahora váyanse, nadie puede verlos aquí- Sale del auto y le da una mirada a Jayden, quien tomó mi bolso y lo colocó en los asientos de atrás- Cuídala mucho Jayden- Agrego y el aludido le sonrío.
- Con mi vida- Le prometió, abrió la puerta del conductor y subió cerrando a sus espaldas- Vámonos ya, Mía- Agrego mirándome de reojo.
Asentí, mire a mi madre, mordí mi labio inferior, sus ojos estaban llenos de lágrimas, corrí hacia ella y le di un último abrazo, aspire su dulce aroma, me separé de ella y sin decir nada, me dirigí al auto, lo rodee y subí al asiento del copiloto para cerrar a mis espaldas.
- Vámonos- Le pedí y Jayden asintió en respuesta para posteriormente ponerse a conducir.
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ALPHA REY
WerwolfCada quinientos años en el pequeño pueblo Gregor Bremen, ubicado al sur este de Alemania pasa algo indescriptible y mágico en cierta forma... La luna se posa en su punto mas alto y cambia de color a uno plata, ese resplandor se expande por todo el p...