MÍA
— Ya nos volveremos a encontrar imbécil— Escucho a Cristián a lo lejos y no me detengo, sigo caminando, aunque la verdad, poco conozco de este sendero— ¡Mía, espera!— Grita y siento sus pasos apresurados detrás de mi, sigo avanzando y a mi pesar, logra alcanzarme— No es por aquí— Aclara y me detengo.
— ¿Por donde diablos es entonces?— Alzó una ceja y el toma una de mis manos, dejando mi brazo izquierdo ocupado con el oso de peluche y lo demás— ¡Hey!— Me jala y me lleva por otro camino.
— Quiero que veas algo antes de llegar a la manada— Resopla, esta molesto, aún así no es brusco, miro nuestras manos, no se siente mal estar así.
— ¿A donde?— Interrogó— ¿Vas a matarme en un lugar alejado a la manada para que nadie lo vea?— Expresó una de las tantas ideas retorcidas que vienen a mi mente sin sentir miedo por ello.
— No— Puntualiza y no dice nada más, tampoco yo, así que le sigo sin problemas.
La caminata no duro más de veinticinco minutos, pronto pasamos unos arbustos y pude escuchar el sonido de un río, los búhos, los animales del bosque, no era quisquillosa a ninguno de ellos, a mi me encantaba la naturaleza, aunque de pequeña mi padre siempre me prohibió explorar el bosque y cuando crecí le tuve un gran recelo porque del aparecían estas criaturas mitológicas, en el fondo lo único que quería era explorarlo.
— ¿Donde carajos estamos?— Pregunto cuando Cristián derriba el último arbusto.
— En mi lugar especial...— Me suelta y me revela el paisaje.
— Wow...— Quedó sin palabras al ver la magnificencia del paisaje.
Es simplemente hermoso, lo más hermoso que había visto en mi vida, casi irreal, jamás había estado aquí, ni siquiera pensé que existiera algo como esto tan cerca de la manada.
— ¿Te gusta?— Su voz me trae de vuelta a la realidad. Parpadeo un par de veces y lo miro.
— ¿Como es que nunca lo había visto?— Alzó una ceja.
— Solía venir aquí cuando era un niño, me escapaba por miedo, por los problemas con mi padre, cuando quería estar solo y pensar, la única que sabe de este lugar es Nana Sofía, ella con su magia me ayudó a ocultarlo de las personas— Comienza a explicar— Nadie a venido aquí antes y no eres la única a la que le a parecido invisible, solo yo decido a quien se lo enseño, sin mi autorización nadie más puede verlo, la magia de Nana lo protege— Concluye y me siento asombrada.
— ¿Por qué me trajiste aquí?— Pregunto y comienza a caminar por la orilla del lago, lo sigo.
— Aquí me siento seguro, es el único lugar donde no te podría mentir o disfrazar un sentimiento— Se detiene frente a una gran roca y se sienta, luego me extiende la mano para ayudarme— Si te traje hasta aquí, es porque quiero que hablemos con honestidad, esta vez, nadie me envió, quiero que veas al verdadero yo o al menos, al hombre que era antes— Agrega y tomó su mano, me siento y me suelta.
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ALPHA REY
VlkodlaciCada quinientos años en el pequeño pueblo Gregor Bremen, ubicado al sur este de Alemania pasa algo indescriptible y mágico en cierta forma... La luna se posa en su punto mas alto y cambia de color a uno plata, ese resplandor se expande por todo el p...