Estuve con una cara de tonto toda la semana anterior, y nadie podía arruinar esa felicidad... Aunque Catherine lo intentó y eso me dejo muy sorprendido, pues la actitud de Catherine no es así, ella es más fría que el hielo, y sobre todo, no me diría que me aleje de Rebecca. Pero al final tuve que decirle que no quiero que vuelva hablar así de ella.
—Ay, Paule... pensé que eras más inteligente y de buenos gustos.
No entiendo que insinuaba.
—Rebecca dice que la miras mal. ¿por qué lo haces?
—¡Qué! o sea, ¿yo mirar mal a esa loca? —estaba explotando en ira— Paule, tú si eres bien idiota, no entiendo qué te pasa.
—Oye, no mientas.
—¡Ja!, si la que miente es otra.
Desde ese entonces no he vuelto a hablar con Catherine, y no me afectaba, el tiempo en el que yo la quise conmigo ya pasó, y ahora no me importaba nadie más que Rebecca Carter. La chica que no es super guapa pero tiene mejores sentimientos que Catherine y Penny. Hablando de ellas, creo que Rebecca está haciendo una lista negra de las personas con las que no debería juntarme si no quiero terminar malherido.
—Bien, entonces Catherine y Penny quedan totalmente expulsadas de mi vida.
—Por supuesto —contestó Rebecca mientras dábamos una vuelta por el colegio antes de entrar a las clases— Y viste, te dije que la gorda de tu exmejor amiga...
—Catherine —interrumpí.
—Un momento Paule —se quedó quieta con los brazos cruzados— ¿La acabas de defender?
Recién en ese momento caí encuenta de lo que acaba de decir, pero no fue porque quería defenderla, simplemente se me salió involuntariamente. Asumí que fue la costumbre, y que no volvería a pasar... de momento debo medir más mis palabras.
—Está bien. Entonces, como decía: La gorda de tu exmejor amiga está mal de la cabeza, y ahora que estás conmigo ella se altera.
Creo que en el fondo llegué a sentir un pequeño remordimiento porque ya no debía defender a Catherine si alguien llegara a faltarle el respeto. Ese papel ya era de otra persona.
La lista negra de las personas con las que no debo hablar nunca en mi vida, fue creciendo un poco más de lo esperado para mi, pues las enemigas de Rebecca eran la mías también de algún modo. Pero no eran mis enemigas porque yo llegué a tener algún mal momento con las mismas, sino porque esas personas comparten un oscuro episodio con Rebecca. Nos fuimos acercando a cada una de esas personas, pero manteniendo una distancia lo bastante alejada para que noten nuestra presencia.
—Bien. El tipo gordo de ahí se llama Héctor —estábamos contra la pared de uno de los pasillo.
—¿y él que hizo?
—Bueno... —contrajo un poco el rostro— Es un exnovio...
—Es una broma, ¿verdad?
—No... pero tú sabes como son los exnovios. No les gusta ver a su exchica feliz con otro, así que cuídate de él.
El tipo era bastante rellenito. Por lo que me terminó contando Rebecca, Hector no era así, esos brazos, esas piernas, y ese estomago grueso alguna vez fueron músculos casi esbeltos, pero que con el paso del tipo se descuidó y se fue completamente a la mierda. Pero vaya, tiene más cuerpo del que yo no tengo. Mis músculos apenas miden cinco centímetros.
Nota personal: Necesito comer más e ir al gimnasio.
La siguiente persona era una chica. Pero desde ya me parecía imposible no hablar con ella, porque somos amigos. Y por otra parte es la mejor amiga de Helena, la casi chica de Phil.
—¿Maryse Stone?
—Mi vida, no te dejes cautivar su risa inocente.
—Bien... ¿qué pasó con ella?
—Esa sí es una larga historia para otro momento —me agarró la mano y me condujo al patio de la institución buscando a alguien más.
Recorrimos todo el colegio y muchos de sus enemigos no los conocía. De hecho, ni siquiera sabía que existían. La mayoría de sus enemigos eran mujeres de su propio curso, lo que me deja pensando seriamente en por qué Rebecca es tan odiada, si es una chica demasiado linda y sobretodo amable. Lo que nos lleva a la siguiente persona de la lista negra. Alexia.
No me quiso explicar del todo el por qué Alexia estaba en esta lista, sólo se limitó a decir que detesta a las personas entrometidas, y no voy a negar que Alexia a veces habla de más, pero está bien, ella es la encargada del curso, y en sí, su trabajo cociste en decir la verdad sin importar qué. No odio a Alexia, ella es muy agradable y una muy buena amiga.
—Alexia es una chica muy buena —me detuve.
—Claro, eso piensas tú.
—Estás exagerando las cosas...
A ella no se le puede contradecir, siempre le gusta tener la razón, pero esta vez no la tenía. Esta vez yo tenía la razón y ella tiene que aceptarla... Si Rebecca y yo nos besamos en frente de ella no dirá nada, a no ser que se lo pregunte algún profesor, pero de ahí a ella no le importa.
Se lo dije pasando mi brazo sobre sus hombros y atrayendola hacía mí.
—Esta bien... pero si por su culpa llega a pasar algo te juro que te asesino.
—No pasará nada, tranquila —besé su cabeza y ella me abrazó.
Faltaban sólo unos minutos para que suene la campana ya sólo quedaban dos personas que agregar a la lista negra... Pero Rebecca no encontraba a esas personas. Terminamos llegando al patio principal del colegio y nunca las encontró. Pero entre tantos alumnos en el patio ¿cómo pensaba verlos?
—Bien... esas zorras no están por ningún lado.
—¿Qué, más chicas? —Me acomodé más la mochila.
—Estas no son cualquiera... ¿Sabes qué? —se dio media vuelta rápidamente y quedó frente a mí— Las zorras que estoy mencionando van en el autobús escolar y la otra vez hablaste con ellas —Se volvió a cruzar de brazos. Señal de que ya estaba enojada— No debiste hablar con ellas, tal vez ahora quieran engatuzarte para que me dejes y burlarse de mí a mis espaldas. Por lo general eso hacen.
—Pero aquella vez no no hicieron.
—No... pero al final uno nunca termina de conocer a las personas, Paule. Cuidate mucho, a veces las personas en las que más confías te apuñalan por la espalda y luego te atacan defrente.
Yo... Bueno, confiaba mucho en Catherine, ella siempre fue agradable y escuchaba todo lo que decía, aunque al final me terminaba insultando y diciéndome que soy un completo idiota. Phil y Randall aún no me traicionan, pero no creo que lo hagan, me han ayudado demasiado.
Pasó un minuto de silencio y sólo me quedé mirando al suelo. Ella me miraba compasiva y yo pensaba en todo, en las traciones que he pasado y las traiciones por las que pasaré. Me decidía mirarla a los ojos pero los míos se detuvieron al ver que se estaba agarrando con fuerza una de sus muñecas y fue entonces cuando lo vi. Vi que tenía unas cicatrices de cortadas que ya llevaban tiempo.
—Vaya... —me limité a decir en tono débil.
La campana sonó.
—Yo... —Rebecca se acercó a mí y medio un muy fuerte abrazó— Quisiera quedarme un poco más contigo, pero tengo Química a la primera hora y Enrique me puede dejar afuera.
Y se fue.
Todos iban directamente a sus cursos y yo aún estaba parado en el patio pensando en Rebecca... ¿Ha sufrido tanto como yo? Imposible, quizás más, yo aún no he tomado ese recurso... Debe tener problemas en su casa también, eso explicaría por qué siempre se altera fácilmente. No somos tan diferentes después de todo, sin embargo tal vez ella no quiere que caíga tan bajo.
—¡Joven! —Gritaron desde los pasillos. Pero como no reconocer esa voz— Vaya a su curso. No puede estar aquí sin autorización.
—Ah, sí. Disculpe, es que se me cayó un bolígrafo y no lo encuentro —Caminé hasta los pasillos para subir las escaleras.
Fausto olvidó decirme algo por el cabello, lo cual me da puntos de ventaja. Pero sólo por hoy.
Mientras subía me encontré con el hermano de Randall que parecía estar perdido.
Insito, este hombre está muy viejo.
—Disculpe, ¿necesita algo?
—Gracias a Dios, ¿Tú eres amigo de Randall, verdad?
—Podría decirse qué sí —intenté bromear, pero no me salió.
—¿Podrías entrgarle este cuaderno?, Por lo que tengo entendido tienen matemáticas a la primera hora y ayer lo vi sufriendo haciendo esta tarea.
No puede ser... lo olvidé. Olvidé que tenía con Raúl a la primera hora y que teníamos tarea. Esto afectará demasiado la nota final de este parcial.
—Oh, claro —Agarré el cuaderno—Tu hermano es un poco descuidado.
—Ja, Ja. Sí, pero no es mi hermano. Randall es mi hijo.
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Singular Delirio 2: Las Mentiras Más Bellas.
Novela JuvenilLa vida de Paule no está mejorando del todo, pero intenta salir adelante haciendo caso omiso a sus problemas. Las mentiras y las decepciones serán el plato fuerte esta vez, y la enigmática Rebecca Carter intenta que Paule esté bien a toda costa junt...