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REBECA.

-Qué te pasa a ti. No te hagas la tonta, Ally. ¿Qué carajos pasa con Chris?-masculló Leo.

Ally se acercó a mi oreja y susurró muy muy bajito la hemos cagado.

-¿Qué carajos pasa con Chris? -reiteró Leo mirando a Ally como si fuera su padre, se cruzó de brazos.

Noté una mirada en mi y era que Jason mediante sus ojos quería saber en qué pensaba y qué pasaba con Chris. Pero noooo, Jason no era el único. Los preciosos ojos de Zac me escudriñaban.

-Que os explique Rebeca porqué estamos hablando de Chris. -Ally me echó el marrón. Vaya amiga.

-Mi hermano se llama Chris y pues Ally me estaba dando consejo de hermana mayor. -expulsé rápidamente.

¿Tiene sentido lo que he dicho con la situación? Espero que si.

-¿Veis? N-no es Chris nuestro amigo, digo. -Ally tartamudeó y carraspeó intimidada por la cercanía que Leo tomó con ella y por la postura, o sea, Leo parecía que se iba a comer a Ally de la furia y porque estaba conteniendo las ganas de pegar a alguien manteniendo sus manos en puños. - No Chris el que conocemos. -rió.

Leo relajó la postura. Tragó saliva.

-Es verdad me dijiste que tenías hermanos. -habló con tal seriedad Jason. ¿Cómo sabe que tengo hermanos? ¿Habrá descubierto la mentira y nos estará cubriendo? Pero él también odia a Chris, es más, se peleó con él...

-¿Cómo sabes que tengo hermanos? -pregunté algo tensa y con asco. Después de haberse quedado en mi casa, no me llamó ni nada. Nada.

Jason me miró perplejo y luego sus facciones se relajaron para poner una de ¿decepción?

-¿No te acuerdas? -interrogó con recelo levantando sus perfectas cejas.

-¿Cómo que no me acuerdo?

-¿No te acuerdas nada del viernes? -¿Qué rayos hice? Mi silencio me delata.

Jason se mordió el labio y pasó quitando con brusquedad las manos de Ally de mi silla, cogió los manillares y me llevó a un cuarto algo estrecho para mi gusto. Cerró con fuerzas la puerta y encendió la luz. Aquí había libros y otros materiales. No pude explorar más con mi mirada el lugar porque Jason se dio la vuelta pareciendo un demonio haciendo que lo atendiera. Tragué saliva.

-¿No te acuerdas cierto? -interrogó bajando la cabeza ya que estando en mi silla es algo obvio que sea baja.

-Te he dicho ya que no. Sólo que se supone que te quedaste en mi casa a dormir y por la mañana sólo estaba tu aroma. - Le dije rabiosa. Jason se tensó.

-Pues me dijiste que tenías hermanos.

Alguien abrió la puerta. Nos miró divertido.

-¿Morboso hacerlo aquí, eh? -movió sus cejas de arriba abajo. Me sonrojé.

-Claro, tío, me la voy a follar aquí mismo ¿por eso no ves que cerré la puerta con ansias de saciar mis ganas? - wtf.

-Te gustan los malos, eh. -me dijo el chico.

-Exacto. -Jason respondió por mi y le cerró la puerta en las narices. Se volvió con una sonrisa.

-Borra esa sonrisa, Jason, si no quieres que te la quite a golpes. -se puso serio. -¿Qué pasó en mi casa?

-Te lo explicaré en otro momento.

Salió y lo seguí.

No había rastro de los chicos.

No me impide/ TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora