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REBECA.

Respiré profundo y fuerte. Tragué saliva y empecé la marcha hacia ellos dos.

Ahora caigo en que nunca le había enseñado una foto de él ni de Jason y ni de nadie a Selena.

Se han conocidos y vistos por primera vez. Si no se han presentado, ella puede pensar que es otra persona.

—Hola. —saludé un poco seria. Zac se volvió hacia mi.

—Hey, Rebeca. —me devolvió el saludo Zac.

—¿Se conocen? —nos señaló Selena con su dedo índice moviéndolo de Zac a mi.

Sí, como dije antes. No se han presentado. Además sería raro que Sel no reconociera a Zac si se hubieran dicho los nombres porque lo describí tal cual es.

Miré a mi amigo. Miraba su bebida.

—Sí, él es Zac. — Mi amiga soltó una carcajada por mi respuesta.

—¿Este es Zac? —se dirigió Sel a mi, luego a Zac. —Me habías dicho que te llamabas Leo. —le reprochó, se cruzó de brazos.

¿Leo?

—¡Leo es tu amigo rubio! ¡Me has mentido! —cayó en cuenta mi amiga.

Zac se arrascó la nuca mostrando su sonrisa y preciosos dientes. Enarqué una ceja.

—Lo siento. —puso ahora cara de perrito. Selena rodó los ojos divertida. Le dí la copa a ésta. Zac me miró. —¿Por qué nunca me hablaste de tus amigos?

—No sé. No lo he hablado con nadie. Tampoco quería. —me encogí de hombros, puede que mi respuesta haya sido un poco ¿egoísta?

—¿Por qué me habías mentido? —preguntó Selena a la vez que le respondí a Zac. 

Me sentía tonta.

Zac había visto una chica nueva y le ha gustado. Eso me hace ver que yo no le gusto tanto como pensaba o como me hacía creer.

—Daré una vuelta. —me propuse y les comenté, ya veía yo que sobraba.

—Espera, no te vayas. —dijo Zac agarrándome de la muñeca derecha y con ojos desesperados. Me parecen que aquí están todos borrachos. Me deshice de su agarre suavemente y me di la vuelta para mi mala suerte chocarme con alguien.

Elevé mi vista sobándome la frente por haberme dado ahí. Jason tenía una expresión rara entre sorpresa y disgusto.

—Has venido. —me agarró de las mejillas acercándome a él.

—Sí pero no a verte. —Dije cómo pude ya que sus manos en mis cachetes me hacían hablar con torpeza, las aparté de mi con un poco de brusquedad. Frunció el ceño.

Miré hacia detrás de mi, a mi amiga y a Zac que miraban la escena.

—¿Quién es ella? —interrogó Jason.

—Es mi amiga de Seattle, Selena, Sel. Él es Jason, Sel. —dije que un tono de "el chico que me gusta y tal...". Mi amiga entreabrió los ojos.

—Hola, tortolito. —Saludó la mar de feliz Selena. Ay... ¿Qué mierda haces?

—¿Tortolito? ¿Por qué tortolito?  —preguntó que se le entendió poco por el pedo que llevaba.

—Te gu... —le di un codazo. —Au... —se sobó en el brazo.

—Vamos, Sel. — la cogí de la mano. Luego miré a Zac. —Después nos vemos, Zac. —ahora lo hice con Jason. —Adiós, Jason.

—Espera, Beca. —Me paró poniendo su mano en medio cortando el paso. —Lo siento, joder. —Se echó el pelo hacia atrás para luego cerrar su mano en un puño y apretar la mandíbula.

No me impide/ TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora