27

894 63 2
                                    

REBECA.

—¿Qué tienes con Jason? 

—Nada.

—No me mientas en la cara, Beca.

De nuevo ese diminutivo viniendo de Zac. Creo que solo queda bien en Jason.

—No te estoy mintiendo. —reproché nerviosa.

—¿Entonces? ¿Y el día en que fui a tu casa y estaba él? ¿Y en la discoteca que os pilló Lauren en el cuarto de baño? ¿Y cuándo desayunasteis juntos en la universidad? Y más veces que os he visto juntos. ¿A caso Jason te quiere y tú no a él o es al revés? 

—Zac, él y yo sólo somos amigos y
n-ni a eso c-creo que llegamos.

A su última pregunta no le iba a contestar.

—Algo siempre se empieza siendo amigos.

—Te he dicho que ni siquiera somos amigos. —dije molesta.

—Rebeca... Gracias por llamar y que te preocuparas por mi. Sé que eres buena y no intentas dañar a nadie.

Pensé: qué irónico suena eso en la situación en la que estoy, Zac, porque te utilicé y eso de buena tiene poco.

Carraspeé.

—No me las tienes quedar, Zac. Pero... ¿Por qué le dijiste a tus amigos que nos besamos?

Hubo silencio.

—¿Zac?

—Quería darles celos a Jason.

Solté una carcajada.

—¿En serio? ¿Y funcionó o qué? ¡Porque casi te mata! —interrogué y exclamé con broma pero con enfado.

¡Qué exagerada he sido!

—Sí, funcionó.

Miré el reloj. Ha pasado unos quince minutos hablando con Zac.

—¿Y ha valido a caso la pena?

De nuevo hubo silencio. Suspiré.

Llamaron al timbre.

—Te tengo que dejar, Zac, llaman al timbre.

—Okey, Rebeca, gracias otra vez.

—De nada, Zac, eres mi amigo.

Colgué y abrí la puerta.

—¿Me perdonas? —cuestionó Selena nada más que al abrir la puerta.

Rodé los ojos. La abracé.

—Estás de visita aquí y ¿pretendes que esté peleada con mi amiga? Estoy algo... dolida o decepcionada pero bueno, estás perdonada.

—Eres la mejor. Pero vas a tener que explicarme y dejarme a hablar con Jason sobre lo de las escaleras.

—Deja yaaa ese temaaa.

—Lo siento pero no.

Nos soltamos.

Después de un rato cenamos y nos acostamos.

JASON.

Martes.

Me sonaba el móvil mientras me bajaba del coche para entrar a la universidad.

—¿Quién es? —era un número que no tenía agregado.

—Hola..., Jason. —era la voz de una mujer. —Soy... soy Selena, Sel, la amiga de Rebeca.

No me impide/ TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora