Mayo
Sheryl
- ¡claro que no!!- gritó Marian dejándome casi sorda- el magenta es más escotado, por lo tanto, es más sensual y provocativo- dijo con picardía.
- bueno, a mí me sigue gustando más el lila- dijo Cristal con un tono más bajo de lo que estaba acostumbrada, parecía deprimida, pero trató de ocultarlo bajando la cabeza y dedicándose a pintar sus uñas.
Estábamos discutiendo los vestidos que elegiríamos para la graduación. Mariana trajo unos catálogos, ella y cristal comenzaron a intercambiar sus objeciones sobre el vestido de la otra.
Mientras, yo estaba buscando como loca en mi armario que ponerme para la cita que tengo con Sander dentro de tres horas.
Desde lo sucedido hace dos meses, Sander se ha dedicad a cuidarme más de lo normal, y como no tengo pelos en la lengua, hace una semana me sinceré y le dije que odiaba que me trataran como a una niña chiquita. Últimamente todos lo hacían, mis padres, mi tío Daniel, hasta Mariana y Cristal no se quieren apartar de mí.
Es porque te quieren
Sabía que mi conciencia tenía razón, pero ya no puedo más con su sobreprotección.
Marian y Cristal se enteraron por el alboroto que había fuera de mi casa, vinieron hacia mi corriendo y no tuve más opción que contarle
Cuando le estaba contando la historia a Sander, ninguno de los dos nos dimos cuenta que todos mis familiares estaban parados en la puerta, por lo que escucharon toda la historia.
Fue una noche muy estresante, yo no paraba de pedir perdón por la muere de mi hermana, pero para mi sorpresa mis padres solo se me acercaron lentamente con lágrimas en los ojos, me abrazaron y empezaron a pedir perdón.
Al principio no entendía porque lo hacían. luego de varios minutos llorando abrazados, dijeron que todo era su culpa, que ojalá me hubieran creído y protegido más, todo era tan extraño, nos pedíamos disculpas mutuamente.
Unas semanas después me obligaron a ir a un psicólogo, tenía dos sesiones a la semana, una era con sus padres y la otra sola, aunque la mayoría de veces Sander la acompañó, pero siempre quedándose en el pasillo ya que no podía entrar al consultorio.
Fue muy difícil al principio contarle todo lo sucedido a la psicóloga Miranda, pero con el tiempo he ido dejando de lado mis miedos, y me siento más a gusto con ella.
Lo primero que trabajamos fue la parte de mi hermana, con mucho esfuerzo logré convencerme de que su muerte no fue mi culpa.
También le hable sobre que quería tener relaciones sexuales con Sander, según dijo Miranda mis traumas sexuales no son graves, con el solo hecho de querer hacerlo demostraba que en ese ámbito no estaba tan afectada cosa que se encontró muy raro, pero luego de analizarlo declaró que, quizás el simple hecho de no haberme arrebatado la virginidad ni causó grandes estragos en mi salud mental.
Me dijo que debía hablarlo con Sander, ya que, aunque mis problemas en este tema no fueran tan profundos puede ser que al momento del acto me ponga nerviosa o incluso histérica.
Por eso era la cita de hoy, le dije que teníamos que platicar sobre un tema muy delicado para mí.
-Bueno chica yo me voy, me tengo que hacer la pedicura- Mariana se levantó y salió de la habitación no sin antes lanzarnos un beso.
Moví la mano a forma de despida, sin embargo, Cristal se quedó taciturna mirando sus uñas.
Me acerque a la cama sentándome junto a ella y le toque el hombro, ella pareció despertar de ensoñación, me sonrió, pero no llegó a sus ojos.
- ¿Qué pasa Mari? - le sonreí para animarla.
-Nada ¿por qué?
-porque te conozco, estas muy callada y distraída.
-claro que son imaginaciones tuyas- la miré divertida
-claro- dije sarcástica- por eso te pintaste las uñas del pie derecho rojas y las del izquierdo azul- miró sus pies para comprobar lo que había dicho y luego rio nerviosa.
- E-es la la nu-nueva moda ¿no lo sabías? - me carcajee.
-Vamos dime que te pasa- bufó sonoramente y volteó el rostro.
- Es Sebastián, no me quiere ver ni en pintura, está como aquella canción, picky picky creo que se llamaba.
- ¿picky picky? - pregunté frunciendo el ceño.
-si, esa que dice, si le salgo por la izquierda se va pa le derecha- dijo cantando, sabía que estaba hablando en serio, pero no pode aguantar la risa por su comparación- no te rías.
-ok- dije aun divertida- pero ya, hablando con la verdad amiga, no es que te lo quiera echar en cara, pero tú fuiste quien le terminaste.
-lo sé- agachó la cabeza- pero es que lo quiero, pero me di cuenta muy tarde, cuando vi a tu Prim...- carraspeo- a Maxel de nuevo, creí que todo lo que sentía por sebas era solo un capricho, pero me di cuenta que no- resopló- nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.
-si sabías lo que tenías, pero no pensaste que lo perderías- la corregí- vamos a olvidar lo que hiciste o dijiste, y vamos a concentrarnos en lo que harás a partir de ahora.
- ¿y qué se supone que haré?
- lo que siempre has hecho, luchar por lo que quieres- ella me sonrió a modo de agradecimiento.
-lo haré- cambió de tema- escuchaste de los que todos hablan en la escuela.
-No, ¿qué hablan?
- debes ser la única que no lo sabe- alcé las cejas- Randery lleva una semana desaparecida, ni siquiera la garrapata de Esmeralda sabe dónde está.
- Eso sí que es raro- dije quedando pensativa por un momento.
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Cristal se había ido hace ya dos horas, y yo estaba como siempre que tenía una cita con Sander, mirándome fijamente al espejo para ver que estaba mal.
Miré mi vestido crema ajustado hasta la mitad del muslo y escotado en los senos rayando un poco lo decente y tenía la espalda descubierta, es vestido era simple, la única decoración con la que contaba era cinturón negro en la cintura, me pude unos tacones negros no muy altos y me hice un moño alto elegante.
Maquillé sencillamente mi rostro y, por último, apliqué labial rojo para que mis labios resaltaran.
Debo admitir que con esta cita tiene más de un objetivo, no sé por qué, pero hoy me siento lista para entregarme por completo a Sander y espero que todo vaya bien.
Agarré mi bolso de mano y salí de la habitación, bajé las escaleras y ahí estaba Daniel, estaba concentrado mirando unos papeles, pero levantó la mirada.
Me escaneo de pies a cabeza y luego sonrió divertido.
-Lo del condón aún está en pie- le saqué mi dedo medio a lo que el carcajeó- te ves preciosa.
-lo sé, pero gracias- sonó el timbre, el sonido retumbó en toda la casa. Respiré profundo y caminé hacia la puerta.
-suerte- escuche que dijo Daniel detrás de mí.
Abrí la puerta y ahí está el tan guapo como siempre, llevaba unos vaqueros negros con una camiseta azul oscuro, unos zapatos negros y su pelo revuelto, sin olvidar esa sonrisa sensual que lo caracterizaba.
Sus ojos se pasearon por todo mi cuerpo lentamente, hasta que finalmente cayeron en los míos.
-simplemente hermosa- se acercó y plantó un corto beso en mis labios- ¿lista?
-Lista- dije sonriendo.
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lo sé, merezco la muerte por tardar tanto, solo les puedo decir que lo siento.
no me maten pleace
LOS AMODORO
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Tuviste que Ser Tú [CORRIGIENDO]
Teen FictionDesde pequeña mis padres siempre me hablaban de lo maravilloso que era el amor, me encantaba escuchar la historia de como se conocieron y se enamoraron a primera vista. Esos padres que tanto hablaban de dicho sentimiento, son los mismos que en este...