Tuviste que Ser Tú [CORRIGIENDO]

Capítulo 51: "Cerrando ciclo"

Si quieres saber mi punto de vista de quienes serían nuestros personajes vista mi página de readers de instagram.

¡Que leas bonito!

~°~°~°~°~°~°

Sheryl

Carol nos observó de una manera bastante incómoda durante por lo menos un minuto.

Suspiró pesadamente caminando a paso lento hacia Randery y susurró algo en su oído. Ella asintió despacio antes de dar un abrazo a su madre y esta se dirigiera a la salida.

En cuanto estuvimos solas todo se volvió silencio, nosotras la mirábamos y viceversa, pero nadie hablaba.

Sentía el característico nudo del llanto atravesarce en mi gargantan sin más remedios.

Dolía ver a Mariana tan demacrada.

Nunca, en todos nuestros años de amistad, la vi en tan precarias condiciones.

Y saber que ha estado enferma todo este tiempo es como que claven un puñal en tu pecho.

Pero saber que nunca lo notaste, nunca pudiste hacer nada, se siente como si agarraran ese puñal y lo removieran una y otra vez para hacerte sufrir.

Mariana sufre de trastorno de identidad disociativo.

Fue diagnosticada un mes después que todo lo ocurrido con el secuestro.

Vi a su madre llorar en el hospital por horas, culpandose en voz baja por nunca haberse dado cuenta.

El Psiquiatra explicó que este tipo de trastorno, en su mayoría, ocurren en la infancia.

Después de analizar todas las causas posibles, se determinó que la más cercana al trastorno pudo ser la desaparición de su padre cuando tenía ocho años.

Cristal sollozó mi hombro un largo rato, yo solo dejaba a mis lágrimas caer en picado por mi rostro sin emitir sonido alguno, mientras Randery nos miraba tratando en vano de contener sus lágrimas.

No necesitaba decir nada en ese momento, los lamentos estaban rondando mi cabeza, sin querer dejarme en paz.

Todo lo que le había dicho a mi amiga.

Todo aquello solo podía contribuir a su trauma, y fui yo quien lo dijo.

No son solo suposiciones, hablé con su psiquiatra, el me aseguró que estaba en lo cierto, pero me dijo que no debía ser algo que me preocupara.

Sus palabras exactas fueron que por más que diga o intente esa personalidad de Mariana siempre me odiará, eso no va a cambiar.

La tristeza que creció en mi pecho fue una de las emociones más terribles que he experimentado en mi vida.

Entendí lo que quizo dejar dicho, pero no podía evitar sentirme culpable, aún cuando trató de brindarme consuelo informándome que sus personalidades eran independientes.