Capítulo 50: "Ella se va"

91 6 8
                                    

Sheryl

-Eres la peor estilista del mundo-rio apartando sus manos de mi cabello.

-No es tan fácil como en los tutoriales.

-¿Qué tan difícil puede ser una trenza?- alzo una ceja en su dirección.

-Si es tan fácil deberías hacertela tu misma.

-Te aseguró que quedaría mejor que la cosa rara que hiciste en mi cabeza Randery.

Ella me alza el dedo medio fingiendo estar indignado.

Vuelvo a mirarme en el espejo haciendo una mueca de asco.

En serio debe ser el peor peinado, podría se perfectamente el sinónimos de nido.

Me levanto del tocador y camino hacia su cama donde se encuentra ya sentada y me lanzó a su lado.

-¿Me estabas castigando por algo?

Aún la mirada fija en el techo puedo adivinar que tiene el ceño fruncido.

-¿Qué?

-No creo que hay una persona capaz de hacer algo tan feo, como poco estas castigando de algo que no sé.

Antes de que pudiera esquivarla, una almohada se estrella contra mi rostro.

-Es la última vez que te peino, idiota.

-Gracias a Dios- rio en carcajadas, ella solo suspira aunque tiene un gran sonrisa- ¿Cómo lograste peinarte sola todos estos años?

-No me hacía trenzas- se encoje de hombros riendo.

La puerta de su habitación se abre sobresaltandonos. Una Cristal muy sonriente entra cerrando la puerta y camina hasta nosotras caminado un poco extraño.

-Adivinen... - ladea su cabeza mirando con los ojos entrecerrados- ¿acaso Love trató de entierrar un hueso en tu cabeza?

Esta vez si puedo decir que rio con ganas, en serio es una cosa espantosa de ver.

-No hay necesidad de ofender a mi mascota, esta monstruosidad es obra de Randery.

Cristal mira de Randery a mi cabello varias veces.

-¿Qué te hizo Sheryl para que la castiges de una forma tan cruel?

-Ustedes son un dúo de imbéciles.

Se levanta caminando hasta su tocador, toma de el un cepillo y se acerca a mi.

Inmediatamente me echo hacia atrás.

-Solo te la voy a quitar la monstruosidad, como tu dice.

Con una habilidad imprecionante deshizo los indescifrables nudos que había creado en mi cabeza sin dejarme calva.

Continúe en mi fiel trabajo de mostrar mi desagrado por sus excasas habilidades de estilismo, mientras ella fingía molestarse y Cristal observava divertida.

-Ya no soy virgen.

En cámara lenta, para hacerlo más dramático giramos nuestras rostros al compás.

Ambas la miramos con ojos y bocas a la par de abiertos por la sorpresa y facilidad con la que dija salir tal oración de sus labios.

-¡Genial!- mientras yo no podía hablar, anonadada, al parecer Randery está encantada- ¡Ahora seremos el trío de las dervigadas!

-¡Randery!- la reprendo como si fuese una niña pequeña y me sonrojo rápidamente.

No es como si se me hiciese imposible hablar de sexo, pero Randery y Cristal suelen ser tan explícitas que me escandalizan, aun cuando esta última no contaba con experiencia.

Tuviste que Ser Tú [CORRIGIENDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora