Sheryl
Tardamos cuarenta eternos minutos en llegar, eternos porque mi papá decidió torturarme cantando durante todo el camino un disco que debe tener más edad que él y yo juntos.
-De joven quería ser cantante- dice justo cuando el auto se detiene.
-A menos que fueses a cantar a los sordos, me alegro de que no se te haya cumplido el sueño- respondo cuando el chófer abre la puerta para nosotros.
Una vez estuvimos en piso firme, todas las cámaras del lugar se centraron en nosotros y me vi forzada a sonreír habla cámara.
-¿Puedes cambiar esa cara?- me riñe mi padre murmurando entre dientes fingiendo una gran sonrisa mientras me pasaba una mano alrededor de la cintura obligándome a posar junto con el a las cámaras.
-No puedo es la única que tengo - dije entre dientes, posando con mi mejor sonrisa falsa.
-Sheryl me prometiste comportarte - exclamó con mala cara después de dar por terminadas las fotografías.
-Lo se y estoy haciendo lo mejor que puedo, no me presiones - alegué entrando al lugar junto con él.
-Ven, te quiero presentar a algunos socios y amigos míos, y por favor no les pongas tu cara de perro con rabia, para que no los asustes, ¿Si?- Ruedo los ojos, aunque sonrio sabiendo que lo dice en broma.
El lugar era impresionante era una mezcla moderno y lo elegante (mi padre debe estar encantado), sin embargo no tuve tiempo de apreciar la decoración gracias que papá no me dio tregua y me tuvo como muñeca de aquí para allá. Me paso la ultima entre presentaciones y chistes de negocios que solo mi padre y sus amigos entienden. Ya estaba harta, creo que si escucho un nombre mas voy a explotar así que aproveche que mi padre estaba distraído una de sus conversaciones de negocio e invente una excusa.
-Papá voy a dar una vuelta, tal vez encuentre a alguien de mi edad con quien charlar- la verdad es que necesitaba despejar mi mente y, aunque no fuese mucho de beber, eso solo sucedería con un trago, mi papá no me ha dejado tomar, según dice todavía estoy muy joven.
Al parecer todavía no se ha enterado que estamos en el siglo XXI.
Y aquí les presento a mi conciencia que solo vive para hacerme la vida miserable.
Tu vida es miserable de por si , yo solo te doy un empujonsito.
O te callas o te callo.
No me puedes callar, idiota, soy tu conciencia.
-Esta bien hija pero no tardes mucho- indicó mi padre interrumpiendo la disputa con mi voz interior.
Esto no a acabado conciencia.
Cuando quieras, total, vivo en tu cabeza.
Mi padre dio vuelta para seguir hablando y yo aproveche para escabullirme entre los invitados y me fui directo hacia el mini bar del fondo.
Detrás de la barra del bar, atendía un chico un poco mas alto que yo , solo se le podía ver de cintura para arriba , debía de ser por lo menos tres o cuatro años mayor, llevaba una camisa blanca, una pajarita roja, llevaba el pelo revuelto, la verdad era bastante guapo . En el instante que me senté en uno de los bancos sus ojos se fijaron en mi .
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Tuviste que Ser Tú [CORRIGIENDO]
Novela JuvenilDesde pequeña mis padres siempre me hablaban de lo maravilloso que era el amor, me encantaba escuchar la historia de como se conocieron y se enamoraron a primera vista. Esos padres que tanto hablaban de dicho sentimiento, son los mismos que en este...