El joven de cabellos dorados y lentes me miraba con severidad desde lo alto.
Tenía que admitir que sus ojos poseían un aire sobrenatural que era difícil de pasar por alto, pero definitivamente no tenían la sensación que me producían los de Akaashi.Recordarlo me llenó de valor nuevamente y planté cara al ángel de mirada arrogante, al que no le dio gracia alguna mi acto de rebeldía.
–Humano impertinente– Pronunció con odio– Todo es tu culpa, nada de esto hubiera pasado si estuvieras muerto.
Y tras eso, atrajo la daga a su mano preparándola para un segundo ataque, sin embargo, yo no me moví de mi posición.
–T-tú, tienes algo que ver con la desaparición de Akaashi ¿no es así?– Dije tratando de sonar firme–. ¿Dónde está?
Él me miraba estupefacto.
–Realmente llegó a este extremo– Le escuché susurrar–. Patéticos humanos como tú no deberían pronunciar los nombres de los seres sobrenaturales a la ligera– Agregó después subiendo el tono de voz.
Y, antes de poder responderle, ya me había lanzado un nuevo ataque que, en esta ocasión, pasó rozando mi brazo.
¿Que los ángeles no eran la encarnación del bien?
Definitivamente golpearía al que lo haya dicho porque, comparado a la mirada amable de Akaashi, esta no irradiaba ni una pizca de compasión.–¿Por qué no huyes?– Me preguntó cuando ya llevaba múltiples cortes por todo el cuerpo.
Levanté la mirada y enfoqué mi vista con decisión hacía sus ojos.
–Porque le prometí que no me iba a alejar de él.
El rubio pareció relajar un poco la tensión de sus músculos y su mirada se suavizó, pero luego se volvió todo lo contrario.
–No tienes derecho– Dijo fríamente– Los humanos no pueden permanecer junto a los seres sobrenaturales...es por eso que él está sufriendo– Lo último sonó tan despacio que por unos segundos creí que no lo había escuchado realmente.
¿Se refería a Akaashi?
¿Está sufriendo por algo?Mi corazón se contrajo solo de pensarlo.
En pensar ver sus bondadosos ojos opacados por el sufrimiento.El ángel aprovechó mi tiempo de duda para darme el golpe de gracia, pero cuando ya casi sentía la daga atravesar mi garganta, fue que otras alas se pusieron frente a mí.
Esas alas que, a pesar de su oscura tonalidad, ahora me daba cuenta que eran más hermosas que cualquier otra.–Ya fue suficiente, Tsukishima– Dijo mi angelical demonio mientras sujetaba entre sus dedos la daga del rubio y lo miraba desafiante.
El ángel lo miraba confundido hasta que su vista se posó en el otro demonio que acababa de bajar.
El aludido levantó los hombros con aire resignado ante el enojo del rubio.–Apártate, Akaashi. Si tú no serás capaz de quitarle la vida, yo lo haré– Dijo el de lentes mientras replegaba las alas y se apoyaba en el suelo.
–Sé que, a pesar de lo que dices, tus intenciones son buenas Tsukishima y de verdad te lo agradezco, pero no puedo permitirlo– Lo que dijo pareció desatar la ira del rubio.
–¡Tú sabes que la única forma de romper la condena es-
–¡Si lo sé!
Me sobresalté al escuchar a Akaashi levantar la voz al igual que los otros dos.
¿Ángeles intentando matarme, sufrimiento, condena?
Sinceramente yo no entendía nada de lo que estaba pasando y me dedicaba a alternar la vista entre los involucrados en la discusión.–Créeme que lo sé mejor que nadie– Añadió suavizando la voz–. Y tampoco te pido que entiendas lo que hago, después de todo si lo hicieras, estarías igual que yo.
Y tanto el demonio de peinado extraño como el único de alas blancas bajaron la mirada.
–No puedo...¿realmente pretendes que me quede haciendo nada sabiendo lo que quieres hacer?– Dijo, el que parecía llamarse Tsukishima, apretando las manos.
Fue una idea de un segundo.
Por unos momentos me pareció como si fueran simples personas las que estaban hablando frente a mí.
Sin alas, sin pretensiones de poder.
Solo simples amigos discutiendo.–Tsukishima, yo no...–Pero sus palabras fueron detenidas por un tambaleo del lugar.
La escena a mi alrededor empezaba a funcionar de nuevo poco a poco.
Le iba a advertir a Akaashi de lo que estaba pasando para que pudiera ocultar sus alas pero, cuando volteé la mirada de nuevo a él, éste estaba arrodillado en el suelo tosiendo.
Asustado me acerqué a él para comprobar su estado, sin embargo, mi miedo solo aumentó al ver el líquido rojizo que corría por su mano.Sangre.
Estaba tosiendo sangre.
Si era un demonio...¿cómo era eso posible?
![](https://img.wattpad.com/cover/107080708-288-k387434.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Bendita condena
FanfictionBokuto Kotarou y Akaashi Keiji estaban destinados a encontrarse, destinados a vivir un amor tan puro como el cielo y una endemoniada condena que los arrastraría al infierno. Los personajes son de exclusiva pertenencia a Haruichi Furudate-sensei. La...