–Se supone que deberías estar descansando– Dije mientras entraba despacio en la habitación y me quedaba cerca de la puerta con la inseguridad de seguir acercándome.
Él estaba sentado sobre la cama mirando a través de la ventana y sin voltear la vista a mirarme. Sus oscuras alas caían en su espalda como un pesado traste incapaz de levantar e iban perdiendo su brillo sobrenatural poco a poco al igual que el azulado de sus ojos.
–Y tú trabajando– Dijo con una sonrisa torcida– Han pasado casi cinco días en que lo único que has hecho es quedarte fuera de la alcoba y asomarte solo cuando crees que duermo.
–¿Así que lo sabías?– Pregunté rascándome la nuca con vergüenza.
–Digamos que su especialidad no es particularmente el silencio.
–¡Akaashi!– Le recriminé sin poderlo evitar.
Por unos segundos la luz de sus ojos volvió a brillar junto a una divertida sonrisa en sus delicados labios, sin embargo, no pasó mucho hasta que regresó al mismo aire de melancolía que tenía desde la salida al parque.
Después de eso, por más que intentaba volver a sus actividades normales, los constantes ataques de tos y debilitamiento general, le impedían lograrlo, no teniendo más remedio que tener que quedarse descansando en cama.Me dolía verlo así.
No quería ser testigo de como esa condena lo iba matando día tras día pero la única forma de cambiarlo era..."Es tu alma...la única forma de que Akaashi-san se salve es entregando tu vida al cielo"
–Bokuto-san...de casualidad ¿esto es para mí?– Yo levanté mi cabeza saliendo de mis reflexiones y enfoqué mi vista en el objeto al que se refería.
Todo mi rostro se puso rojo mientras el azabache miraba con interés la figura del ángel en la nube que se me había olvidado que había guardado en mi velador.
–N-no, quiero decir, si, es decir, en el futuro ¿pasado? ¡Ah!– Dije en un completo estado de confusión y nerviosismo.
Una suave y melodiosa risa me sacó de mis enredos mentales mientras se cubría la boca en un vano intento por no reírse de la situación.
–¿Puedo quedármela?– Terminó por decir manteniendo el tinte jovial en sus ojos.
–Pues si tú quieres...– Dije con un sonrojo en las mejillas y desviando la mirada.
Me acerqué hasta la cama, sentándome encima de ella y formando un silencio fortuito entre nosotros que sabía que tenía que romper tarde o temprano pero que, en esos instantes, quería disfrutar de sentir su presencia a mi lado y escuchar su rítmica respiración en una clara muestra de que estaba vivo.
–Te lo contaron ¿no es así?– Sentí su voz con un deje de inseguridad en ella.
–Si...aunque no del todo, prefería escucharlo directamente de tus labios– Dije enfocando mi mirada en la suya con un aire de súplica.
Él se quedó en silencio por unos momentos y su rostro inexpresivo se fue transformando en una mueca resignada.
–Tienes razón...te debo la verdad, toda desde el principio– Dijo volviendo a enfocar su mirada en el cielo tras la ventana– Veamos, creo que lo mejor será empezar por el primer día en que pude bajar al mundo terrenal, cuando aún era un ángel y no tenía verdadera conciencia del peso de la vida...
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Bendita condena
FanfictionBokuto Kotarou y Akaashi Keiji estaban destinados a encontrarse, destinados a vivir un amor tan puro como el cielo y una endemoniada condena que los arrastraría al infierno. Los personajes son de exclusiva pertenencia a Haruichi Furudate-sensei. La...