–¿C-cómo..?– Fue lo único que respondió. Era la primera vez que lo veía tan sorprendido y confundido.
–Y-yo tampoco estoy muy seguro del porqué lo pienso, es solo que últimamente he tenido sueños muy extraños que me lo muestran...– Dije algo avergonzado y poniendo mi mano en la nuca.
–¿Sueños?– Preguntó mientras parecía meditar mis palabras. De repente, sus ojos se abrieron con entendimiento y fue a paso rápido hasta mi habitación.
Yo, aún algo sorprendido por su reacción, lo seguí.
Había empezado registrar toda la habitación en busca de algo que no entendía muy bien qué era y, cuando estaba poniendo su mano debajo de mi almohada, me sobresalté.–N-no es lo que crees– Le dije completamente rojo, en tanto él inspeccionaba la pluma que había guardado entre las sábanas después de arrebatársela por accidente en sus primeros días de estadía–. N-no es como si durmiera con ella todos lo días, n-ni tampoco que me guste el olor que tiene o que me calme tocarla ni nada...¡De verdad!
Pero él parecía totalmente ajeno a mis palabras y miraba la pluma con el ceño fruncido.
–Debí tener más cuidado...– Le escuché susurrar.
–¿Entonces es cierto?– Me hice el valor de preguntar, sin embargo, él permaneció en silencio.
Sentí una extraña opresión en el pecho.
Por insólito que parezca, no me importaba realmente si era un ángel o un demonio, ni si tenía 17 o 20.000 años, lo que me estaba molestando era algo completamente diferente.–¿Tan poco confías en mí?– Pregunté sin darme cuenta hasta que sentí sus ojos mirándome con sorpresa.
—Bokuto-san, yo...realmente no creo que sea apropiado que se involucre tanto...– Dijo desviando la mirada con tristeza–. Sé que es contradictorio siendo que fui yo quien lo terminó enredando en todo lo relacionado a lo sobrenatural...pero, tiene que confiar en mí cuando le digo que hay límites que es mejor no cruzar.
–Ya es tarde para eso– Dije reuniendo valor de repente mientras Akaashi me miraba sin entender.
Se volvió tarde desde que me perdí por primera vez en tus ojos.
Desde que empecé a seguirte con la mirada y desear saber cada vez más acerca de ti.–Akaashi...yo...
–Mira Kageyama ¿se le estará declarando?
–Hinata idiota! Tienes que hablar más despacio o nos descubrirán.
–¡Pero si tú acabas de gritar!
Tanto Akaashi como yo volteamos la vista confundidos hasta el origen de las dos nuevas voces.
Un pequeño ángel pelirrojo batallaba con uno más alto y de cabellos oscuros por fuera de la ventana.Un pequeño fragmento de mi sueño llegó a mi mente reconociéndolos en él.
–Kageyama, Hinata ¿qué hacen aquí?– Les preguntó Akaashi abriendo la ventana.
Ambos se sobresaltaron al escuchar su voz pero, al voltear su vista hacía él, sus ojos se llenaron de lágrimas.
–¡Akaashi-san! ¡Me alegro tanto de que esté bien!– Fue a abrazarlo el pelirrojo mientras el pelinegro fingía fortaleza, sin embargo, el brillo en sus ojos lo delataba.
Akaashi le devolvió el abrazo con cariño e invitó a al más alto a acercarse también.
Era una imagen realmente conmovedora.
Pensar que el joven que rara vez se permitía mostrar sus emociones ahora mostraba un rostro de tanta tranquilidad.
Eso era una de las tantas cosas que me estaban cautivando.
Porque aunque fueran leves, cada pequeño gesto o palabra podía significar un universo de sentimientos del cual yo también quería formar parte.–Akaashi-san...de casualidad él es...– Los recién llegados voltearon su mirada hacía mí.
Sin una razón en particular me puse extremadamente nervioso.
Era como si repentinamente me estuvieran presentando a la familia de mi novio.–Hey, hey, hey– Dije con una sonrisa que reflejaba mi nerviosismo–. Es un placer...esto...¿Hinata?
Y fue como si hubiera desatado el infierno.
El pelirrojo me miró con un espanto incalculable y luego desvió la mirada a sus manos con un miedo absoluto.–N-no puede ser...un humano dijo mi nombre...me derrito ¡me derrito!– Dijo poniendo sus rodillas en el suelo y mirando al techo.
–Hinata ¡Hinata!– Gritó el joven pelinegro sosteniéndolo entre sus brazos.
–¡Ay no! ¡Lo siento tanto!– Exclamé con desesperación– ¡Traeré agua fría de inmediato!
–Hinata, no te estás derritiendo y Bokuto-san, le he dicho que tenga más cuidado al decir los nombres de seres sobrenaturales– Dijo Akaashi con la misma calma de siempre.
–¿Eh?- Dijo el pelirrojo levantando su cabeza– P-pero Tsukishima me dijo que si un humano decía mi nombre me haría polvo de ángel– Agregó con lágrimas en los ojos.
–Eso no es cierto– Dijo Akaashi tratando de calmarlo– Lo único que sucede es que le otorgas a ese humano la capacidad de invocarte cuando quiera.
–¿En serio?– Preguntamos yo y Hinata a la vez.
–Así es– Respondió mi ángel-demonio.
–¡Ah! ¡Ya verá ese Amargashima cuando lo vea!– Dijo el pequeño con enfado.
–¡Whoa! Es como un superpoder– Yo estaba completamente emocionado con lo aprendido.
–Por eso no quería decirle...– Le escuché susurrar a Akaashi, pero yo seguía con una increíble motivación.
Cuando quiera...
Podré tenerlo a mi lado cada vez que lo desee.–Es el mejor superpoder– Murmuré con una sonrisa.
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Bendita condena
FanfictionBokuto Kotarou y Akaashi Keiji estaban destinados a encontrarse, destinados a vivir un amor tan puro como el cielo y una endemoniada condena que los arrastraría al infierno. Los personajes son de exclusiva pertenencia a Haruichi Furudate-sensei. La...