XXVI

2.1K 421 119
                                        

–Déjame ver si entendí– Dijo Konoha con una mano en su sien y la otra apuntando a Kuroo– tú eres un demonio y el chico que conocimos con Yukie la última vez también.

–Ah, te doy 5 puntos– Dijo Kuroo con un gesto desinteresado.

–No te olvides que Akaashi también es un ángel– Añadió Yukie repitiendo lo que acababa de escuchar y aún tratando de asimilar la información.

–Técnicamente todos los demonios lo fuimos alguna vez– Dijo el azabache haciendo que los otros dos visitantes se confundieran aún más.

–Claro, todo eso es muy lógico, ángeles, demonios ¿qué falta? ¿hombres lobo? ¿vampiros, tal vez?– Agregó el rubio en tono irónico.

–Nah, amigo creo que lees muchos fanfics sobrenaturales– Las palabras de Kuroo hicieron carcajear a Yukie y aparecer el ceño fruncido en la cara de Konoha.

–Y...¿estás seguro de no meterte en problemas al contarlo todo así como así?– Pregunté, ya sea por la preocupación o por la inevitable envidia, puesto que a mí me costó días siquiera obtener míseras pistas.

–Los habrá– Respondió el azabache tan sinceramente que nos hizo sorprender y, tras una leve mueca de melancolía, fijó sus ojos en los míos– Pero ya estoy cansado de tantas reglas, "No puedes contactar con los humanos", "No puedes tener sentimientos egoístas", "No puedes enamorarte"...creo que ya fue suficiente.

Me pareció ver una historia detrás de esos iris oscuros de la que preferí no comentar.

–¿Pero que tiene que ver todo eso con las marcas que tiene Bokuto?– Preguntó Konoha dándome un mirada de reojo.

–Es verdad, antes de que me diera cuenta ya estaban por casi todo mi cuerpo, aunque ahora no duelen tanto como antes – Dije viéndome los brazos.

–Probablemente hayas tenido episodios de mucho dolor y luego de calma– Dijo Kuroo mientras yo asentía con la cabeza– Eso es debido a que puse una especie de energía alrededor del departamento, eso explicaría las discordancias con el tiempo y el porqué no pudieron entrar.

–Oh– Dije juntando mis manos a modo de entendimiento y recordando los sucesos paranormales que ocurrieron cuando Akaashi llegó al departamento o cuando conocí a Tsukishima.

–Eso ayudó a que el tiempo no transcurriera tan rápido en tu cuerpo y pudiera, de vez en cuando, ayudarte a amortiguar el dolor y ¡deja de mirarme así!– Añadió el azabache al notar el rostro emocionado con que lo escuchaba.

–N-no sabía que estabas haciendo t-tanto por mí– Dije entre lágrimas– Nunca más te llamaré gato aprovechador.

–¿Gracias?

–Espera, espera– Dijo Konoha aún intentando entender– Si no nos dejaste entrar antes ¿por qué ahora?

–Supongo que ya no podía seguir prolongando todo esto...y la chica dio una patada monumental, por sátanas ¿qué rayos comes?– Preguntó, refiriéndose a Yukie, quien ya había aprovechado las pausas entre la charla para ir a buscar algunos refrigerios.

–Y yo que pensé que con estas explicaciones sobrenaturales por fin descubriría que eres mitad loba– Agregó Konoha negando con la cabeza y recibiendo un puntapié de la pelirroja.

–Eso explica parte de las cosas, pero ¿por qué aparecieron las escrituras?– Pregunté, ignorando a Yukie ahogando a mi amigo con la crema en spray que había encontrado en mi refrigerador.

Kuroo se quedó mirándome unos segundos y luego formó una sonrisa triste.

–Ya fue suficiente de secretos ¿verdad?– Dijo haciendo que el rubio y la pelirroja se detengan de su "romántica" actividad y lo miren también–. Hubo una parte de la condena que ni tú ni Akaashi sabían, y es que tú no podías enamorarte de él...aunque supongo que ya es tarde para eso ¿no?

Bendita condenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora