–Whoa, Bokuto, luces horrible ¿no pudiste dormir?– La burlona voz de Konoha hizo que despegue mi frente de la pared del pasillo que daba a los pabellones de urgencia donde estaba apoyado en un vano intento por no desplomarme en el suelo.
–Si, digamos que el "sueña con los angelitos" se hizo demasiado real para mí anoche– Dije con una sonrisa irónica. ¿O tal vez sería mejor un "sueña con los demonios sexys invasores de hogares"?.
–¿Eh?– Dijo Konoha con confusión en su rostro– No sé qué tanto dices, pero lo mejor será que vayas a descansar un poco, si Yukie te ve así te va a dar uno de sus súper golpes rehabilitadores.
Un escalofrío recorrió mi espalda al recordar el golpe de la última vez, así que le hice caso y me encerré en mi oficina a intentar dormir aunque sea un poco.
Y no había caso.
Ya sea con los ojos cerrados o abiertos no había caso que pudiera sacarlo de mi mente.No era solo el hecho de que fuera un demonio (que ya de por sí es lo suficientemente sorprendente) sino que también sabía mi nombre aunque no recordaba habérselo dado en ningún momento.
"Necesito que me dejes vivir junto a ti"
No le había respondido, después de todo antes de que me diera cuenta ya había amanecido y había tenido que dirigirme al hospital.
Le había dicho que podía quedarse en el departamento hasta que volviera pero...
¿Qué tan loco debía estar como para aceptar vivir con un demonio por propia voluntad?
Mucho, definitivamente.
Pero, tal vez, solo tal vez...dejarme consumir por la locura no fuera tan malo.******************************************
Llegué arrastrando los pies y con una pequeña curita en la cara (si, Yukie terminó descubriéndome escapando del horario de trabajo) hasta la puerta del departamento.
Una pequeña inquietud nació en mi corazón al imaginarme la habitación vacía de nuevo y, como siempre, terminé recordando a mi madre y sus cálidas bienvenidas al llegar junto a sus deliciosos platos de comida.Qué pensamiento tan ingenuo.
Terminé por abrir la puerta taciturno siendo sorprendido por un verdadero olor a comida perteneciente a la cocina.
–Bienvenido– Me recibió mi visitante nocturno con el mismo rostro indiferente de antes, como si no tuviera toda una mesa llena de comida que lucía como si hubiera sido preparada por los mismos dioses en frente suyo.
–¿¡S-sabes cocinar!?– Exclamé sumamente sorprendido.
–Pues esta es la primera vez que lo intento– Respondió con voz calma.
Me ahorré el contar los múltiples intentos de incendio que acarrearon mis primeras experiencias con la cocina. Noté como mi estómago empezaba a rugir y se me hacía agua la boca.
–¿P-puedo..?
–Adelante, lo preparé para ti después de todo.
Solo eso bastó para que me abalanzara sobre toda esa comida que, no solo se veía deliciosa, sino que era deliciosa. Hace meses que no comía así de bien.
Me frené un poco al sentir su mirada puesta en mí junto con una leve sonrisa y un aire divertido en sus gestos.Dioses, esa sonrisa no debería ser legal en este mundo.
Me recompuse un poco de mi salvajismo y me senté de mejor manera en la mesa.
–¿No comerás?– Le pregunté aunque, ciertamente, ya no quedaba mucho de qué elegir en la mesa.
–Los demonios no tenemos sensaciones de hambre o sueño como los humanos. De vez en cuando comemos o dormimos pero no es algo necesario para nuestro subsistir.
–Ya veo...– Dije con cierta incomodidad y el silencio se instaló de nuevo entre nosotros. Había tanto de qué hablar pero no sabía por dónde empezar, así que empecé por lo básico–. Ahora que lo pienso, yo no sé nada sobre ti, aún cuando tú al parecer si sabes mucho sobre mí.
Él me miró con cautela y me di cuenta que estaba pisando terreno peligroso, aún así no me amedrenté y le mantuve la mirada.
–¿Qué es lo que quieres saber?– Terminó por preguntarme.
Había demasiadas cosas.
¿Por qué apareciste en mi departamento de la nada y por qué motivo?
¿Por qué me pediste quedarte a vivir conmigo?
¿Por cuánto tiempo?
¿Por qué sabes mi nombre y me miras como si ya supieras mucho sobre mí?
¿Por qué no puedo dejar de mirarte y sacarte de mi cabeza?
Y, a pesar de todas esas interrogantes, sólo una pregunta salió de mis labios.–¿Cuál es tu nombre?
Él pareció tan desconcertado como yo ante la repentina pregunta pero después volvió a su rostro impasible.
–El nombre de un demonio es algo de suma importancia, si lo sabes significa que tienes una parte de su alma contigo– Yo asentí con mi cabeza aceptando las condiciones–. Te lo diré si me das una respuesta a la petición de esta mañana.
Ambos nos quedamos mirando unos momentos, asimilando las consecuencias de lo que estábamos a punto de decir.
Una parte de mí me decía que aún estaba a tiempo de retractarme, de evitar involucrarme en asuntos tan complicados y fuera de este mundo, pero otra parte, la que estaba hipnotizada por esos hermosos ojos, fue la que tomó el control de mis labios.–Acepto– Me pareció ver el atisbo de una sonrisa en sus labios– Puedes quedarte a vivir aquí el tiempo que desees.
–No será por mucho– Sus ojos tenían un brillo especial que no supe interpretar– Hasta entonces, será un placer vivir junto a ti, Bokuto Kotarou.
Él extendió su mano hacía mí.
Era de una tez pálida y se veía sumamente delicada, como si el solo hecho de tomarla entre las mías se tratara de un ultraje.
Dudé unos momentos pero ¿qué rayos? nunca me consideré como una persona que piensa mucho las cosas antes de actuar, así que la sujeté cerrando así el trato.–Keiji– Yo lo miré confundido– Akaashi Keiji, ese es mi nombre.
Y no me pareció como el nombre de un demonio, sino todo lo contrario...
Era como el nombre de un hermoso ángel.
![](https://img.wattpad.com/cover/107080708-288-k387434.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Bendita condena
FanfictionBokuto Kotarou y Akaashi Keiji estaban destinados a encontrarse, destinados a vivir un amor tan puro como el cielo y una endemoniada condena que los arrastraría al infierno. Los personajes son de exclusiva pertenencia a Haruichi Furudate-sensei. La...