–No creo que sea apropiado, Yukie. Lo más probable es que no quiera vernos en estos momentos, por algo llegó tan lejos como para cambiar el picaporte de la puerta...tal vez simplemente renunció a todo para tener una vida de sexo y alcohol desenfrenado– Dije levantando los hombros restándole importancia haciendo que mi novia se detuviera de su acción de estar prácticamente derribando la puerta del departamento a golpes para mirarme con el sarcasmo marcado en cada poro de su piel.
–¿Lo dices en serio?– Preguntó levantando las cejas.
–Bien, de acuerdo no, te ayudo a derribar esa puerta– Dije apartándola para empezar a golpear también–. ¡Bokuto, esto no es divertido, no no has mostrado ninguna señal de vida por un mes y por si fuera poco hasta cambiaste el picaporte de la puerta! ¡Hey, Bokuto, sé que estás ahí dentro, el conserje nos dijo que no has salido! ¡De verdad estamos preocupados!...¡Si estás muerto, me quedaré con tu televisor de plasma!
Pasaron unos segundos de silencio y luego suspiré en dirección a Yukie.
–No hay remedio, tendré que quedarme con el televisor.
–Apártate– Me empujó colocándose de frente a la puerta e ignorando mis alaridos, levemente exagerados, de dolor por el empujón.
–No nos va a abr-
Mis palabras fueron detenidas por el fuerte estruendo que provocó la patada de la pelirroja echar la puerta abajo ante mi rostro pasmado.
–¿A qué esperas?– Me hizo un gesto con la cabeza para que entrara.
–Oh vaya, no sé si eso hace que me enamore más de ti o me dan ganas de salir corriendo– Dije poniéndome una mano en el pecho y procediendo a entrar en el departamento–. ¿Estás segura que esto no es allanamiento de morada?
–Sólo entra– Me dio una pequeña patada haciendo que prácticamente rodara por el suelo.
–¡Eso dol- oh, vaya...– Me interrumpí al mirar los alrededores del departamento que lucían completamente distintos a la última vez que habíamos estado ahí.
Los muebles estaban fuera de lugar y gran parte de las vasijas estaban desperdigadas en pedazos por el suelo, parecía como si una verdadera tormenta se hubiera librado en aquel lugar.
–¿Bo-Bokuto?– Me atreví a llamar mientras paseaba mi mirada tratando de encontrar alguna pista del paradero de mi amigo.
Unos leves gemidos de dolor provenientes de la habitación llamaron nuestra atención, yendo rápidamente hasta donde se originaban. Nos detuvimos en el umbral de la puerta ante la cama toda deshecha y la mesita de noche en el suelo junto a todas las cosas que sostenía.
–¿Yu-Yukie? ¿K-Konoha?– Sonó una voz quebradiza desde un lado de la cama.
Era una visión sacada de película, Bokuto se encontraba prácticamente tirado en el suelo sosteniéndose el pecho en una clara muestra del gran esfuerzo que le tomaba hacer cada ciclo de respiración mientras posaba un leve halo de lo que fueron el brillo de sus ojos en una mirada preocupada. Pero eso no era lo que más llamaba la atención, era definitivamente el resplandor rojizo que emanaba por todo su cuerpo en forma de una extraña escritura que parecía ser la fuente de su dolor.
–Bo-Bokuto ¿q-qué...?– Intentó preguntar Yukie sin atreverse a tocarlo.
–N-no puedo...–Le escuché decir a Bokuto entre palabras entrecortadas–. P-pensé que podría vivir sin él...pero me equivoqué.
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Bendita condena
FanfictionBokuto Kotarou y Akaashi Keiji estaban destinados a encontrarse, destinados a vivir un amor tan puro como el cielo y una endemoniada condena que los arrastraría al infierno. Los personajes son de exclusiva pertenencia a Haruichi Furudate-sensei. La...