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Jamás creí que el día llegaría, estaba devastada mental y físicamente mientras que resistía lo posible por no perder la cordura al paso del tiempo, insistas en que todo iba a mejorar de alguna manera aunque el paso de los meses te decía lo contrario. Mi poder era algo parecido al Transtorno Disociativo de Personalidades, las voces podían controlarme en ciertos casos y tener acciones, poderes y, obviamente, voz; Sabia que era peligrosa de cierta manera, y aunque a veces no lo quería aceptar, las voces me decían al oído cosas horribles que sinceramente me colmavan la paciencia. Parecía como si te estuvieran gritando a cada momento cosas extrañas y malévolas que solo tú podías escuchar. Como un infierno.
Tu mirada sé sostenía en un adorno de la gran habitación blanca que se sostenía dentro de las instalaciones Stark, estaba sujeta de los brazos y me costaba moverme, sabia que era por protección a los demás pero me dolía, me lastimaba a mi misma tratando de sacarme de aquella camisa apretada e incluso he logrado sacarme sangre, pero nada más que eso. El Doctor Banner cree que soy una nueva clase de Mutante y que debería estar orgullosa de ello, pero como podía sentirme feliz si lo único que me sentía era usada.
Las voces me gritaban a todo pulmón, eso hacían cuando estaban enojadas o frustradas y aunque la mayoría de algunas voces se mantenían en silencio o haciendo sonidos molestos en mi mente, sabia que ellas también sé habían dado por vencido.
Coloqué mis manos en mi cabeza, intentando sostener el dolor de cabeza que me peligraba. - ¿Esther? - Una voz se escuchó en la puerta de la habitación, lo que me sorprendió. Thor era el único vengador que me venia a visitar de vez en cuando, sentía que era una carga para él aunque de alguna manera, estaba feliz. Me sentía un poco importante.
Le miré a los ojos con decir una palabra. Las voces se callaron, en los momentos con Thor las voces se callaban dándome tranquilidad, el dolor de cabeza se iba momentáneamente con él. Eso era lo que más me gustaba de pasar tiempo con el asgardiano.
- La primera vez. -Susurré mirando al suelo en un sentimiento monótono, sus cabellos dorados se caían por sus hombros y aquellos ojos azules miraban mi figura con cierto toque curioso. - La primera vez Thor.. No sabes lo difícil que fué para mi.
- ¿Cuándo las voces hablaron? -Soltaste una pequeña risa seguida de un pequeño "si", Inhalaste bastante aire e iniciaste con aquella conversación que siempre era difícil de explicar. -Oh, hicieron más que hablar. -Espetaste. -Creía que eran amigas, qué ellas me ayudarían. - Exhalaste el aire contenido y cerraste los ojos recordando.
-Pero mírame ahora.
- No fue tu culpa nada de lo que pasó, quítate esa idea Esther. - Su voz se alzó levemente sin llegar a grirar, me encantaba su compañía y como me hacia sentir en respecto a aquellos poderes que había heredado y que tanto odiaba. Parecía como si él fuera el único en comprenderme.
- Ya no siquiera sé que hacer Thor. - Susurraste se nuevo, frunciste el ceño y aquél sentimiento de culpabilidad creció en tí. - A veces solo quisiera dejarlo todo. - Tus puños se cerraron agresivamente en forma de enojo, te sentías impotente y sin lugar en aquel planeta. - A veces solo quisiera..
- Tranquila, Esther. - Susurró, colocó suavemente sus manos en las mías y las apretó en forma protectora. Sonreí nostálgica. - Estás bien, estás conmigo.
- ¿Lo estoy? - Mi voz sonó rota, amabas esos momentos con él, en serio los amabas. Te sentías tan amada y apreciada por lo que eras que no siquiera recordabas todos los malos momentos que te estaban sucediendo en ese instante. - Lo estas. - Este sonrió levemente, dándote un sentimiento cálido dentro.
-- ¿ Lo prometes? - Su cuerpo se acercó suavemente tuyo, no rechazaste aquél acto y seguiste sintiendo como su cuerpo se aferraba a tu calor y se unían juntos. En un calor mutuo. - Lo prometo.
