Aquella fiesta salvaje solo había comenzado, Tony había decidido lanzar una gran fiesta por ninguna razón aparente, aunque conociéndolo sabrías que no requería ninguna para organizar una extrovertida fiesta con alcohol, alcohol y más alcohol. Ese día ibas preparada, no te ibas a quedar en el sillón observando a los demás divertirse y pasarla bien ¡La vida es corta, necesitabas diversión en ella!; Al llegar al último piso en donde comenzaría la acción lo primero que pudiste percibir fue un gran olor a todo tipo de alcohol, no era tan fuerte como para decir que era una cantina, era agradable a decir verdad.
- No bebas eso, no se sabe que contendrá y menos lo que te hará. - Escuchaste a la lejanía un comentario de Rocket, probablemente discutiendo con Groot acerca de la variedad de bebidas y de por qué este no podía beberlas. - Vamos Kayla, no querrás quedarte bailando en el ascensor. - Escuchaste aquél tono burlón e instantáneamente una sonrisa se esbozó en tu rostro, Natasha se encontraba enfrente tuyo con un vestido rojo escarlata, le venía tan bien y se veía tan hermosa; Por un momento te sentiste avergonzada. - Es bueno verte también. - Saliste de allí sonriente y le diste un abrazo, te separaste al escuchar aquella canción que tanto te gustaba y le miraste aún con tu sonrisa en rostro. - ¿Qué estamos esperando? .
I've been waitin,
On your body.
El ambiente era agradable, más de lo que pudiste haber esperado, las carcajadas que te daba estar con ella era lo que más necesitabas en esos momentos. Diversión pura, eso sentías.
- Iré por unos tragos, espérame en la barra. - Asentiste e intentando no chocar con alguno de los presentes, te dirigiste hacia la barra llena de luces y bebidas que iluminaban parte del gran salón. Te sentaste en uno de los bancos, con cuidado de que gracias a tu vestido, ninguna prenda de más fuera a ser visible. - Ah, viniste. - Escuchaste una voz e instintivamente volteaste, Pietro se encontraba con la mirada seria y con copa en mano, mirando hacia los invitados que se encontraban bailando. - Si, estoy aquí. - Mencionaste algo avergonzada. - Pensé que no te gustaban las fiestas. - Su tono de voz monótona solo hacía erizar tu piel cada que la escuchabas, se sentía raro, se sentía mal. - Ya sabes lo que dicen Pietro, la vida solo se vive una vez. - Sonreíste a la nada por tus propios pensamientos y este te miro extrañado.
