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Sonreíste nostálgica hacia la ventana de tu departamento, era una noche fría y monótona; Habían menor cantidad de coches durante esas horas de la mañana, así que pudiste relajarte escuchando el sonido de una silenciosa ciudad durante la madrugada, te sentías con un sentimiento de felicidad y tristeza mezclados, todo era por él y lo sabías. No habías visto a Stephen desde hace ya varios meses y te preguntabas donde pudiera estar o si estaba a salvo; Por que aunque ya no estaban juntos, te seguías preocupando por él cada segundo cuando pensabas sobre lo que eran y lo que pudieron haber sido; Tal vez fue un error, pensabas, él estaba frustrado e irritado al no poder hacer nada en el tema de sus manos, y lo entendías de alguna manera, sus manos eran su todo. Habías intentado apoyarlo durante tanto tiempo, tantas madrugadas desvelándote para cuidarlo y asegurarte de que estuviera a salvo y cómodo con su nuevo modo de vida, pero él se rehusó a dejarlo ahí; Usó todo el poder que tenía para encontrar nuevas maneras de curarse, nuevas maneras de acelerar el proceso de curación en sus manos, pero a él no le bastó.. y se fue, dejándome y dejando a todos los que antes amaba por un capricho.
Intentabas comprender sus sentimientos, en serio lo intentabas.. pero no podías.
Tal vez no era importante para él. Pensabas, intentaste convencerte de que no era cierto, que tal vez algún día él volvería para decirte que había sido un error, que todo era un malentendido provocado por su persona; Pero el tiempo pasaba de una manera tan rápida que se escapaba de tus manos como pequeñas cantidades de agua, sabías que eso no iba a pasar y te dolía.
Ibas a seguir lamentándote de ti misma cuando un sonido estruendoso sonó en tu cocina, giraste tu cabeza hacia la puerta de tu habitación que se mantenía cerrada y frunciste el ceño. Moviste tu cuerpo rápida pero ágilmente para no provocar algún ruido que te pudiera exponer ante aquél extraño sonido, el cual sabías que había sido provocado por una persona. Un intruso. Miraste a los alrededores buscando algo que te pudiera ser de ayuda y encontraste un bate de béisbol, no sabías cómo había llegado a tu habitación pero quisiste no pensar de eso en ese momento pues sabías que no era necesario. Tu corazón latía nerviosa y ansiosamente a la vez que tu mano se movía hacia el picaporte de la puerta, inhalaste y exhalaste con determinación hacia tus futuras decisiones y giraste el picaporte, un chirrido ligero se escuchó por parte de tu puerta y frunciste el ceño aún más al pensar que el intruso te pudiera haber descubierto por culpa de la estúpida puerta mal hecha. Te adentraste a la cocina, estaba oscuro y no podías ver nada; Agradeciste que tu departamento era algo pequeño así podías verlo más rápidamente y sacarlo a chingadazos de tu casa, te extrañó no verlo por los alrededores e imaginaste que probablemente habías exagerado, tal vez era un simple ruido causado por tu gato.
