3-4 Color Marfil

2.3K 158 6
                                    

Jimin la miró y sonrió.

-No tardará en hacerlo.

-Quizá tenga más autocontrol del que tú piensas.

-No posee ni un gramo de autocontrol -aseguró Jimin.

Le deslizó los dedos por los hombros y bajó por la suave piel del interior de los brazos. Ella se estremecio.
-No es algo que me preocupe.-

Zaid la miró.

-¿Qué piensas de tal alarde, _____?

Ella pensó que era mucho más certero de lo que quería admitir.

-Park tiene una gran opinion de sus habilidades -dijo, esperando que su voz sonara tranquila.

El árabe se rió.

-Vamos a concederle una ventaja. O quizá sea una desventaja. -Se inclinó hacia la caja, la abrió y le lanzó algo a Jimin-. Usa eso, Park. Puedes enchufarlo ahí al lado.

Ella vio que Jimin examinaba lo que Zaid le había dado. Era un vibrador. Cuando lo conectó, un sordo zumbido resonó en la estancia. A diferencia de algunas versiones más vulgares de ese juguete sexual, aquel no estaba diseñado para parecerse a un pene. Era color marfil, con la punta roma.
Ella solo había visto vibradores en la publicidad y jamás había usado uno. Recordó con vergüenza el día que salió el tema en los vestuarios del centro deportivo y ella aseguró que eso era algo que solo usaban las mujeres frustradas. Dos de las socias más jóvenes se habían vuelto hacia ella llenas de cólera y le habían dejado muy claro que utilizaban el vibrador para jugar con sus parejas mientras hacían el amor.
Cuando terminaron de sermonearla se sentía como una abuelita victoriana que se hubiera dado de
bruces contra la realidad.
Ahora sintió el hormigueo que provocaba la vibración en la piel de sus muslos. Era ligera y agradable sin ser demasiado excitante. Se contoneó para acomodarse y suspiró. Jimin le acarició las curvas justo por encima del borde de las medias enrolladas, le pasó el vibrador por las pantorrillas hasta los pies. Le quitó los zapatos y la rozó levemente con el aparato hasta que comprobó que no tenía cosquillas y entonces incrementó la presión, dibujando los dedos uno a uno, sin apresurarse.
El vibrador recorrió las medias de seda. Ella volvió a suspirar, se estiró y se relajó por completo.
Jimin deslizó el instrumento de arriba abajo por sus piernas, tomándose su tiempo en las curvas, y luego se dirigió a las nalgas. Ahora la sensación era más erótica. Le rozó las curvas gemelas, metiendo la
punta del aparato entre ellas cada vez más profundamente, antes de volver a dirigirla hacia la columna.
Ella giró la cabeza y vio que Zaid la observaba. Sonrió relajada cuando Jimin llegó a su cuello, que acarició con ternura antes de peinarla con el juguete. Era una sensación extraña y excitante.

-Tiene el pelo castaño -murmuró Zaid-. Me encanta, pero no quiero que _____ se duerma, Jimin. Todavía no.

Jimin se rió.

-Se despertará de golpe.

El vibrador comenzó a zumbar más rápido. La punta recorrió su nuca y después de demorarse un momento allí, lo dirigió hacia la base de la columna.
Notó un agradable calor y le dio la impresión de que el aparato era como un grueso dedo. Comenzó a responder. Con el trasero elevado, a Jimin le resultó fácil insertar el vibrador entre sus muslos.
Ahora sus movimientos eran más insistentes y eróticos. La excitó de manera magistral y ella gimió sin poder evitarlo.
Jimin le separó las nalgas y ella sintió la punta del aparato entre ellas, cada vez más abajo, buscando el clítoris; tocándola levemente y luego retirándose. Tras recibir ese tratamiento durante unos minutos, ella comenzó a arquear las caderas en un vano intento de prolongar el contacto.

-Despacio, Park -advirtió Zaid-. Se va a correr.

-No te preocupes -intervino Jimin. Te he prometido una función, y eso tendrás. _____ va a tener que esperar aún un rato. -Le puso la mano en la espalda. Ella percibió el calor de su palma y la presión constante-. Todavía no hemos probado esto -dijo con suavidad-. Veamos si también te
gusta.

90 DÍAS (JM & ___)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora