3 ¿caridad o competitividad?

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_____ vio que Mike Keel, el subgerente del centro deportivo, se acercaba a ella y caminó más rápido.
Mike comenzó a correr. Sabiendo que si se apuraba más su huida sería demasiado evidente, se
detuvo y se dio la vuelta.

-No -dijo ella.

Mike esbozó una amplia sonrisa.

-Eso es lo que dicen todas.

-No tengo tiempo.

-Podrías sacarlo de algún sitio -bromeó él-. Venga, hazlo por mí, no lo lamentarás. Te prometo
una experiencia sin igual.

_____ lo dudaba mucho. Pero ¿en qué estaba pensando?, se preguntó enfadada. El hombre se refería solo al squash.

-No es justo para el resto de los que participan en la liguilla -adujo ella-. No puedo evitar faltar a los partidos cuando estoy ocupada.

-¿Quién está hablando de la liguilla? -preguntó Mike con expresión inocente-. ¿Estás tratando de decirme que no dispones de una simple hora el sábado por la tarde? ¿Ni siquiera para una obra de caridad?

-¿Te refieres a uno de esos espectáculos de exhibición que organizáis? Haré un donativo, pero no pienso hacer ni una sola flexión.

-No habrá nada de eso.

-Ni tampoco participaré en una carrera de parejas a tres patas por la pista -añadió, recordando
un acontecimiento previo en el que había visto a una variada colección de personas tropezándose unas
con otras y cayendo al suelo sin control.

-¡Por Dios! -explotó Mike-. Lo único que quiero es que hagas una demostración de algunas jugadas de squash mientras te admira una audiencia de hombres babeantes.

Ella lo miró sorprendida.

-¿Estás de broma?

-No, no lo estoy. ¿Es que no lees los correos electrónicos que te mando?

-Bueno... a veces.
-Eso quiere decir que no. No sé por qué me molesto en mandarte información. Si hubieras dedicado unos minutos en algún momento a leer mis correos sabrías que tenemos un día de puertas abiertas dentro de un par de semanas. Básicamente queremos que cada uno hable de su deporte favorito para que cualquier persona interesada se haga una idea de qué va, y en algunos casos se anime a intentar probar. El dinero que recaudemos con las entradas irá para una fundación local.

-¿Qué decías de una audiencia babeante? ¿Me la garantizas?

-Si estás dispuesta a ponerte bikini...
-¡Ni hablar!

-Bueno, yo asistiré y te admiraré, te lo aseguro -se ofreció Mike galantemente.

-¿Qué tendría que hacer?

-Lo que quieras, lo que te guste más -explicó Mike-. Solo quiero que los que te vean entiendan por qué te gusta el squash. Puedes entrenar un poco y luego responder preguntas. John Oldham me dijo que se ofrecía a ayudarte. Tampoco te llevará mucho tiempo. Nos gustaría poder hacer una pequeña exhibición de cada deporte, así atraeremos a más gente.

-¿En qué habías pensado?

-En chicas con maillot de licra haciendo aeróbic. Camas elásticas. Niños haciendo gimnasia. Y
kárate, aikido e incluso kendo. Eso estaría bien.

-No sabía que también impartíais clases de kendo.

-No lo hacemos -indicó Mike-. Pero una de nuestras nuevas incorporaciones lo practica. Al
parecer le encanta. Da clases en Londres y se ha ofrecido a hacer una pequeña exhibición. Si despertara
el interés de la gente podríamos comenzar a impartir esa disciplina. Creo que se llama Chalfont.

90 DÍAS (JM & ___)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora