8-3 Lenguaje corporal.

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—Lo único que he hecho ha sido obligarte a admitir un montón de cosas sobre ti misma que no sabías. Incluyendo tus sentimientos por mí.

—¡Pero bueno...! ¡Es lo más prepotente que he escuchado en mi vida! —Todavía estaba furiosa. Y tan aliviada como enfadada—. Estás equivocado, Park. En este momento lo único que siento por ti es un enorme deseo de darte un puñetazo.

—Lo superarás —aseguró él con una amplia sonrisa—. Sabes que no lo merezco.

—Claro que lo mereces. ¡Me has chantajeado!

—No he chantajeado a nadie en mi vida.

—Noventa días de sumisión sexual a cambio de una firma —expuso ella—, si eso no es chantaje, ya me dirás lo que es.

Él clavó los ojos en ella durante un buen rato y luego comenzó a reírse.

—No te lo habrás tomado en serio, ¿verdad?

—¡Claro que sí! —Ya se había calmado, pero sus carcajadas la enfurecieron de nuevo—. ¿Estás tratando de decirme que era una broma?

—Soy un hombre de negocios —dijo él—. ¿Dónde crees que estaría si realmente me dedicara a hacer ese tipo de tratos?

—¿Nunca has tenido intención de darnos tu cuenta?

—Al revés, siempre ha sido esa mi intención —aseguró él—. En Randle Mayne ya no tienen ideas
nuevas; quería innovación para mis empresas. Me gusta mucho el trabajo que está realizando el equipo creativo de Barringtons y estoy interesado en invertir en un futuro próximo en una agencia publicitaria. Una agencia pequeña y con mucho talento. Barringtons ha sido mi elección desde el principio. —Hizo una pausa y se acercó a ella—. Venga, _____, reconócelo; me deseabas. Estabas atrapada desde el momento en que te dije que te desnudaras en tu despacho. No podías esperar a ver qué más podía proponerte. El acuerdo de noventa días no ha sido más que una excusa para los dos. No intentes decirme que no lo imaginabas.

—No, no lo sabía —aseguró—. ¿Por qué ibas a interesarte por mí? Ni siquiera soy tu tipo. Con el dinero que tienes podrías conseguir a la mujer que quisieras.

-Gracias por ese ambiguo cumplido —repuso él secamente—. ¿Por qué estás tan segura de que no eres mi tipo?

Porque sé qué mujeres te gustan.

—Sabes el tipo de mujeres que otras personas creen que me gustan —explicó él—. Es cierto que he estado con muchas mujeres, pero si una mujer es demasiado descarada me repele; si es una chica guapa, pero tonta, que me quiere solo como símbolo de prestigio, puede que me la lleve a la cama, pero no
quiero tener que ver nada más con ella. —Sonrió—. Me gustan las mujeres independientes, no me siento amenazado por las que tienen materia gris. Me atrae la combinación de hielo y llamas. —Hizo una pausa —. Por eso me gustas tú. Eres una intrigante mezcla de inteligencia y sexualidad. Un iceberg lleno de
fuego. Una irresistible atracción. ¿No lo sabías?

—No —confesó ella—. Ni siquiera sabía que te atrajera.

Aunque quizá sí lo sabía, pensó.

«Tú me atraías a mí. ¿Lo leíste en mis ojos? ¿En el lenguaje de mi
cuerpo?».

Jimin le puso las manos en los hombros y ella sintió su calor.

—Has intentando actuar como una distante mujer de negocios desde la primera vez que nos vimos —explicó él con suavidad—, pero me temo que no resultaste demasiado convincente. Tu aparente indiferencia me pareció muy atractiva, sin embargo, estaba convencido de que fingías. —Le clavó los dedos en los hombros—. Te calé en cuanto te vi. Aparentas ser una tranquila damita, una mujer remilgada y educada, siempre correctamente vestida. Supe que te sentías atraída por mí y me divertía imaginando cómo serías cuando te desnudara.

90 DÍAS (JM & ___)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora