El bar de los dioses.

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Esta es una historia fuera del mundo Olimpico... pero del... mundo olimpico... ???

En fin. espero que les guste mucho. Yo la ame. 

......


El Olimpo rebosaba de gente, como siempre. El enorme hombre se abría paso apresurado. Había estado el día entero esperando este momento, las personas lo veían venir y se retiraban. Nadie se atrevía a mirarlo siquiera.

Llego hasta la pelirroja quien al volverse le sonrió con esa cálida y ardiente sonrisa.

-Hola hermosura, ¿te pido un trago? - Pregunto la bailarina dulcemente.

Ares miro la barra, Hermes y Hebe parecían atareados.

-No, vamos de una vez. – Soltó con su fuerte voz.

La tomo de la mano, la pelirroja dejo su bandeja y lo siguió casi trotando.

-Ares, espera, mi número es en unos minutos... y...

El enorme hombre se volvió a ella al llegar a la pequeña cabina donde los "privados" se llevaban a cabo. Y comenzó a besarla apasionadamente, cada vez que la tenia había fuego entre ellos, cada vez que la miraba sentía que no podía pasar un minuto más sin tenerla.

No hacía mucho que se había... obsesionado con esta mujer. Una de las bailarinas que apenas había llegado al bar hacia unos meses.

-No salgas esta noche. Baila solo para mí. – soltó en su oído para luego morderlo.

La mujer gimió abrazada a su cuello.

-Pero... Apolo...

-No menciones su nombre, no ahora. Además ¿Qué hará? ¿Ir a quejarse con mi padre? Como siempre – soltó agrio sin dejar de besarla.

-No quiero que tengas más problemas con tu padre Ares, ni con Apolo. No por... mi.

El hombre la miro a los ojos un par de segundos para volverla a besar, dándole a entender lo poco que le importaban las disputas con Zeus o Apolo. No importaba nada mientras la tuviera entre sus brazos.

-Baila para mi Daria. – le ordeno.

La bailarina lo empujo hasta dejarlo sentado sobre el enorme sofá rojo y comenzó a mover su cuerpo sobre el suyo. Lentamente, rosándose contra él.

Afuera, Apolo buscaba a su bailarina.

-¿En dónde diablos esta Daria? Ya casi es su turno.

Las demás bailarinas la buscaron por todo el bar.

-Hermes... ¿has visto a Daria? – pregunto Nastia acercándose a la barra.

El castaño limpiaba un vaso cuando sus ojos azules como cielo se posaron en la bailarina. Sonrió con esa picara sonrisa tan típica en él.

-Ares ya llego.

Nastia cerró los ojos molesta. No necesitó más explicaciones.

-Apolo... esta con Ares. – soltó la bailarina cuando llego ante su jefe.

Apolo maldijo y rápidamente cambio los actos para que la bailarina pelirroja saliera al final de la noche.

-Maldito Ares, no entiende que no puede venir aquí y hacer lo que se le plazca, tal vez e a él no le interese el futuro de este bar pero a mí sí. – decía mientras caminaba gritando a sus bailarinas que hacer.

El Olimpo era el mejor bar de la ciudad, las mejores personas se reunían en él, y las... no tan mejores. Buenas, malas, cualquiera con el suficiente dinero para derrochar la noche entera era bien recibido.

Oneshots en el Olimpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora