El cielo azul de Alemania es completamente diferente al cielo de Londres, los pájaros trinan sobre las copas de los arboles, el dulce aroma de las flores del hermoso jardín se respira en todo el aire. La hermosa vajilla de cristal se encuentra sobre la mesa de madera, Claire y Marie terminan de colocar las últimas cosas para el desayuno.
Las hermosas cortinas de color rojo satín que Allie hiciera poner en sus ventanas se abren, dejando el paso a la luz del sol, se mueve incomoda al ver como la luz da casi directo en su cara a pesar de que los doceles la cubren. Lucy retira con cuidado los doceles de la cama para que la luz del día termine de despertar Allie.
—Buenos días señorita— dice la chica, al ver como Allie comienza a removerse entre las sabanas, para finalmente comenzar abrir sus ojos, la luz del sol da directo contra ellos y estos se ven grises con un ligero toque de azul.
—No sé que tienen de buenos Lucy— dice bostezando— pero buenos días— termina de decir con una sonrisa y la chica también sonríe.
—Le ayudo a vestirse —mueve las sabanas para que Allie salga de la cama.
—Serias tan amable de pasarme la bata—Lucy toma la prenda de color blanco que cuelga sobre un perchero, mientras Allie acomoda su cabello en una coleta, una vez que recibe la prenda se la pone y hace un nudo en su cintura, la prenda le cubre las piernas ya que el pijama consta de un pequeño short y una ligera blusa de seda de color blanca— ¿el desayuno está listo? — Pregunta—mientras se dirige al baño, Lucy responde al tiempo que se dedica hacer la cama.
Allie sale por una de las puertas que da hacia el jardín, una vez que Lucy le dijera que su hermana había pedido que el desayuno se sirviera en la terraza del jardín.
—Al menos podrías haberte vestido— reclama Maggie al ver como Allie toma asiento frente a ella.
—Me esperaba un buenos días, Allie como has amanecido — dice irónica — y estoy vestida— responde haciéndose la aludida con respecto al tema.
—Sí, el abuelo te viera vestida así a la mesa, te enviaba de regreso a tu habitación— dice molesta.
—Pero no está aquí— responde como si nada— así que tú no me dices como vestir—dice dándole un sorbo a su vaso de jugo.
Las chicas del servicio llegan para comenzar a servir el desayuno, mientras Allie inspecciona con la mirada el gran jardín ya que el día anterior no habìa tenido ni ganas de ver la enorme casa que su abuelo les obsequiara.
Maggie mira en dirección contraria a Allie, hacia un lado del jardín exactamente donde está la piscina, observa con mucho cuidado a un chico sin camisa, recorre detalladamente cada parte de su bien formado pecho, una descarga eléctrica corre por todo su cuerpo al observarlo y no puede evitar sonrojarse.
— ¡Maggie! — El grito de Allie la hace volver a la realidad y despegar la vista del cuerpo del chico. — ¿qué miras? — pregunta curiosa esta apunto de girarse cuando Maggie le toma la mano llamando su atención.
—El paisaje, Allie que mas— dice mirando a su hermana—me decías es que me distraje pensando en cómo arreglar el jardín— sonríe, Allie no cree en sus palabras, Maggie nunca ha sido buena para mentir.
—Te decía que ya tengo pensada la fecha para la boda— dice sonriendo, cosa que desconcierta a la castaña.
— ¿Pensé que no te quería casar? — dice sorprendida.
—Y no me quiero casar— responde dándole un sorbo a su jugo— pero si no fijo la fecha la arpía de la Tía Odette lo hace— dice molesta— así que fijare la fecha para dentro de dos veranos mas para mi cumpleaños número veinte.
— ¿Crees que Ethan acepte? —mira a su hermana.
—Si acepta o no, es su problema.
—la Tía Odette intervendrá y lo sabes—dice tomando su mano—pero sé que te saldrás con la tuya — dice sonriendo y su hermana también sonríe. Ambas siguen tomando su desayuno en silencio, Maggie de vez en cuando lanza miradas furtivas al chico que se encuentra limpiando la piscina. Es realmente apuesto, cada fibra de él es de un hombre con sangre en la venas, como los de sus libros de novelas románticas o como dijera Allie tantas veces, cualquier hombre es mejor que los de su clase social, fríos y arrogantes. El es la clase de hombre que podría volver loca a su hermana o incluso a ella. Sería una divina tentación y un placer perderse en el cuerpo de ese hombre.
—Disculpen señoritas— la señora Baizen aparece frente a ellas y Maggie regresa su atención a la mujer— tiene un llama da señorita Maggie, es de Londres —le entrega el teléfono, Maggie se pone en pie y se disculpa.
— ¿Señora Baizen?— Allie, la detiene antes de que se marche— ¿quién llama a Maggie? — pregunta curiosa.
—Su Tía Odette— responde y la chica bufa— ¿puedo retírame? — pregunta.
—Claro — dice sonriendo— señora Baizen puede pedirle a Lucy que me prepare la tina —sonríe y la mujer asiente para después marcharse al interior.
Allie sigue tomando su desayuno sin ninguna distracción cuando recuerda que unos minutos atrás Maggie se había quedado mirando hacia la nada, se gira un poco en la silla para poder ver hacia donde miraba su hermana pero no ve absolutamente nada, así que decide ponerse de pie, toma su vaso de jugo y camina hacia la baranda de la terraza, el viento sopla cálido y algunos mechones se sueltan de su coleta, el viento juega con su bata abriéndola de la parte inferior dejando ver un poco de sus largas y bien formadas piernas, está a punto de darse la vuelta cuando ve a un chico limpiando la piscina, a ese chico no recuerda haberlo visto, observa con detenimiento como el sudor resbala por su pecho perdiéndose entre sus bien marcados abdominales los cuales están rodeados por una venda, unas trenzas se encuentran sujetas por una cola, lleva un pañuelo lila atado a su muñeca derecha, el chico mantiene la mirada fija en el agua, cuando siente una intensa mirada posada en él, levanta su cabeza y observa a la hermosa chica parada junto a la baranda.
—Buenos días señorita— saluda al verla, quien sigue escudriñándolo con la mirada, el también comienza hacer lo mismo, su mirada queda pegada a sus piernas que es la única parte que deja ver la bata blanca.
— ¿Tú eres el chico que no me presentaron ayer? — Toma un sorbo de jugo y el asiente— ¿tu nombre?
—Tom Kaulitz —dice acercándose un poco más a la baranda.
— ¿Qué te ha ocurrido? — pregunta curiosa, ignorando el nombre del chico
—Defendí a una chica que iba hacer atacada— miente, porque Bill y Lucy le habían pedido que dijera eso y el no iba a contradecirlos.
— ¡Que heroico! — dice en tono de burla y el siente molestia, pero aun así no dice nada, ella continua con la mirada puesta en él, mientras Tom continua mirándola, es hermosa incluso más que Maggie, solo que ella a diferencia de la otra es más fría. — puedes continuar con tu labor— duda en decir su nombre— Tom—dice sonriendo, con su típica sonrisa de niña inocente que logra hacer que todos caigan a su pies, Tom asiente y regresa hacer sus labores, mientras siente que ella lo mira, finalmente Allie regresa a la mesa— el paisaje murmura y Maggie cree que soy idiota— dice riendo.