Capítulo 12

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La luz del sol se cuela por cada una de las ventanas de la casa, trayendo un nuevo día, fresco gracias a la fuerte lluvia que aconteciera la noche anterior, Allie se encuentra sumergida en sus pensamientos, aun puede sentir el olor de él en su piel. Al final olvido preguntar de nuevo su nombre, solo recuerda sus ojos color miel, ese torso desnudo, caliente en el que se escondió y los fuertes brazos estrechándola mientras los truenos se iban calmando. Hasta que solo la lluvia se escucho. Ahora tenía una pregunta ¿Quién era ese chico?... Era algo que tenía que averiguar por el bien de su salud mental pero sobre todo porque ella lo había tocado y él a ella, haciendo que se sintiera diferente.

—Buenos días Allie— saluda Maggie a su hermana quien se sienta frente a ella, en silencio— ¿aun sigues molesta por no llevarte al pueblo? — pregunta intentando que la chica la mire, pero Allie continua pérdida en sus pensamientos, Maggie observa como su hermana observa un punto invisible frente a ella, toma una de sus manos para hacer que haga cable a tierra, ambas chicas se miran una confundida y la otra tratando de salir de sus pensamientos, finalmente Allie consigue reaccionar cuando Marie aparece frente a ellas con el desayuno, Maggie toma el diario y comienza a leer la sección de negocios, por su parte Allie toma la parte de sociales, le interesa distraerse un poco y conocer a la gente de Alemania con la que convivirán durante el tiempo que ambas sigan ahí.

—Extraño a Dorian e Ivanka— dice dejando el periódico a un lado de la mesa, captando la atención de Maggie— ¿puedo pedirles que vengan el verano a un no termina y podemos pasar algunos días juntos? — pide como si fuera la mejor idea que se le haya ocurrido.

— ¿Allie crees que ellos quieran pasar lo último que les queda de vacaciones en una vieja y aburrida casa en las colinas de Leipzig? —pregunta dando un sorbo a su café.

—Es que aquí me aburro no hay nada que hacer— dice molesta y levantándose de la mesa, la chica del servicio mira como se marcha así como Maggie pero no ha dicho que no pueda invitarlos, suspira y termina de tomar su desayuno. Por su parte la castaña sube molesta los escalones hasta llegar a su habitación, azota la puerta fastidiada y se sienta en medio de la cama.

— ¿Bonita forma de llover anoche no creen chicos?— pregunta Gustav mirando a los demás que están trabajando en los establos.

—Claro como tú duermes como tronco no sientes los truenos— murmura Bill quien está acomodando las tablas.

—Vamos hermanito no seas llorón— ríe Tom— solo son truenos.

—Eso ya lo sé, pero igual son molestos— dice para que su hermano no moleste.

— ¿Por cierto? ¿Qué hacías despierto a esas horas? —pregunta Tom quien se recarga sobre la cerca de madera que Geo pinta.

— ¿Es lo mismo que me pregunto, Yo, Tom Kaulitz? — responde Bill evadiendo la pregunta de su hermano. Quien lo mira sin decir nada.

—Esperen ¿¡ambos estaban afuera de sus habitaciones anoche!? —pregunta Georg interviniendo en la conversación de los gemelos al ver que ninguno de los dos responde.

— ¿Qué hacían chicos? — pregunta Gustav interesado de pronto en el tema.

—Escuche ruidos— dicen ambos a la vez, dedicándose miradas acusadoras uno al otro, haciendo que George y Gustav estallen en carcajadas.

—Sí que son raros, esperemos que las dueñas no se den cuenta de eso— dice Georg volviendo a pintar la cerca y Gustav a mover tablas. Mientras los gemelos siguen mirándose sin decir nada, o al menos eso parece, ya que con la mirada prácticamente se cuentan todo.

— ¡Chicos! — Saluda una dulce voz, los chicos interrumpen sus labores al observar a Lucy que esta frente a ellos— ¿cómo están? — saluda sonríete cada uno

That BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora