Capítulo 18

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Tom ha despertado más temprano de lo usual,  ha pasado una semana desde que los caballos llegaran y el comenzara hacerse cargo de ellos, es un trabajo cansado pero no difícil los animales son dóciles y tanto ellos como él parecen adaptarse bien. Termina de vestirse para salir de la habitación, la casa está en completo silencio camina hacia la cocina, que se encuentra sola, observa el reloj de la cocina, las 5:30 am aun falta media hora para que todos despierten y comiencen con sus actividades, toma un manzana que se encuentra sobre la barra, sale por la puerta del servicio, el cielo comienza aclarar dejando ver algunos destellos del sol, el cielo aun luce un tono oscuro con destellos en lilas o rosados muy diferentes a los destellos naranjas del atardecer, en el camino comienza comer la manzana que lleva en la mano, al menos tendrá algo en el estomago hasta las 7:00 am, que es la hora en que todo el personal desayuna.

Observa el hermoso jardín de la casa, en realidad el lugar le agrada, lo único que no tolera es el recibir órdenes, pero las chicas en realidad casi no les dan, en algunas ocasiones Maggie les pide algo, pero por lo general no, mientras que Allie sigue pasando de todos, al único que se dirige cuando necesita algo es a Bill, pero si no es Lucy quien se acerca para pedir las cosas que la chica necesita. Camina hasta llegar a las cuadras, de la manzana que comenzara a comer casi no queda nada, da un último mordisco a la fruta, para deshacerse de lo que ha sobrado. Cuando entra en la cuadra nota todo como lo dejara el día anterior, a excepción de una sola cosa que llama su atención, la puerta de la cuadra donde Arabito descansa está abierta, rápidamente se acerca para verificar que lo que ve sea cierto. Al llegar ve que el caballo no está eso le preocupa comienza hacer memoria de la noche anterior antes de irse había cerrado cada una de las puertas de las cuadras después de que cepillara a cada uno de los animales, así que estaba seguro que no había dejado a ninguna rejilla abierta.  Y  recuerda que solo Allie puede tomar al caballo, cualquier persona desconocida para el animal, saldría lastimado. Camina hacia el exterior mientras deja apoyada la espalda sobre la pared de madera de las caballerizas, observa el cielo aun con los tonos naranjas, cierra los ojos relajándose desde que están en ese lugar se siente tranquilo, dormir por las noches se le ha facilitado desde que no tiene que preocuparse porque la gente de Peter se aparezca por la noche con alguna amenaza sobre alguno de ellos, pero también sabe que el tipo averiguara rápido donde están, las noticias en Leipzig corren rápido, y ellos necesitan conseguir el dinero para pagar la deuda y así poder marcharse del lugar, el relinchar del caballo lo hace abrir los ojos, mira hacia el horizonte por donde ve cruzar Arabito, se pone de pie a esperar que el caballo llegue frente a él.

—Buenos días— saluda mirando Allie que esa mañana lleva el cabello suelto y una hermosa sonrisa pintada en su rostro.

—Hola Tom— mira al chico quien se acerca y extiende la mano para ayudarle a bajar del caballo— gracias— responde tras bajar del animal. Toma la rienda del caballo para llevarlo al interior y quitarle la silla de montar, camina en silencio mirando sus pies y con el caballo a sus espaldas.

—Le agradas— murmura Allie llegando hasta él.

— Es mutuo— responde quitando la silla y regresando al animal a su cuadra.

—Tom— Le llama —Yo… yo quería pedirte una disculpa por haberte dicho que no eras nadie hace unas semanas.

Se gira para ver a la castaña que tiene la mirada fija en él, puede ver que no es fácil para ella el pedir disculpas y recuerda las palabras de Aldair “trata a todos como igual”, Allie baja la mirada mientras comienza a jugar con el anillo de compromiso y eso le llama la atención a Tom, no recuerda haber visto anteriormente el anillo en la mano de la chica, hace memoria de la noche que tomo sus manos y estaba seguro que no lo llevaba.

—No se preocupe señorita— responde sin despegar la mirada de ella. Quien levanta la cabeza para mirarlo.

— ¿Tus ojos son color miel? — murmura poniéndose de pie ya que se había sentado sobre unos paquetes de alfalfa que había dentro del lugar, camina hacia  a Tom y se queda parada justo frente a él quien no se mueve, ella es media cabeza más baja que él— ¿no puedes ser tu? — dice mas para ella que para él.

— ¿No puedo ser yo quien señorita?

—Nadie.

— ¿Quién la atrapo en el aire? ¿Oh, quien se quedo contigo toda la noche durante la tormenta?

Tom sonríe de lado y Allie abre los ojos sorprendida tras escuchar sus palabras, que es el, sea el mismo chico que la cuidara mientras el cielo hacia de las suyas. Sus mejillas se tornan de un color rojo,  mientras Tom no borra esa sonrisa traviesa de su rostro. La castaña se gira y le da la espalda al de trenzas,  empuña las manos clavándose las uñas y el anillo en la palma de la mano, se paso semanas queriendo averiguar quién había sido, de pronto siente rabia de que haya sido él quien la tocara, pues era obvio que ambos no se agradan.

—Tu jamás me tocaste y yo jamás te toque— se gira hacia a Tom, que  le mira de forma altanera. Mientras el solo se encoje de hombros— una sola palabra y te corto la lengua.

—No se preocupe señorita— la mira de pies a cabeza y ella se siente incómoda— yo tampoco deseo que sepan que pase la noche con usted—sonríe, ante la mirada de incredulidad,  Allie siente la rabia burbujear por sus venas, se siente humilla y herida por las palabras de Tom, se acerca lo suficiente para abofetearlo justo cuando el detiene su mano, impidiendo que lleve a cabo su cometido, se jalonea intentando zafarse del agarre de Tom, quien no sede y en  lugar de eso la pega a su cuerpo, ambos pechos queda pegados, el azul de los ojos de Allie se vuelve oscuro por la rabia, mientas el marrón de los ojos de Tom se vuelven claros como la miel, por alguna razón el ponerla furiosa le resulta de lo más excitante— creo que estas muy equivocada si crees que te voy a permitir el golpearme— sonríe triunfante.

— ¡Eres un imbécil… suéltame! — la voz , le sale ahogada debido a la constante lucha que hace por intentar separarse del cuerpo de Tom, quien la toma de la cintura y la pega a una de las paredes de madera del lugar, acerca su rostro al de Allie, ambos respiran el mismo aire.

— ¿Que pasara, si no lo hago? —pregunta aun más cerca de los labios de Allie, mientras ella sigue con la mirada fija en él, no le asusta el hecho de estar tan cerca de Tom, pues no es la primera vez que están así, aunque ella no supiera que se trataba de él aquella noche, lo que le asusta es el hecho de que le gusta la manera tan ruda de él  para con ella, no la trata como el resto como una muñeca de porcelana que no sabe hacer nada y que tiene que ser cuidada, no él la trata y la mira como si esperara mas de ella o tal vez es su imaginación. Mientras Tom siente choques de corrientes eléctricas correrle por todo el cuerpo, no puede despegar su mirada del rostro de ella, es como una muñeca de porcelana, hermosa pero de frágil no tiene nada y él lo sabe desciende la mirada hasta los labios de ella, los cuales están entre abiertos y deja salir un poco del aire, aturdido por eso termina dejándose llevar y atrapa sus labios entre los suyos, la sujeta con ambos brazos por la cintura y la acaricia de la misma forma que lo hizo  aquella noche, Allie lleva ambas manos al pecho de Tom tratando de alejarlo pero no puede, observa el rostro de Tom, ella aun no responde el beso mientras él sigue intentado que ella responda sin dejar de mirarla, finalmente pasa  ambos brazos por el cuello de Tom y cierra los ojos para responder al beso, el cual pasa de ser un beso apresurado a uno acompasado, Tom la pega mas a la pared ahora con los ojos cerrados, mientras deja que su lengua se introduzca en el interior de la boca de Allie, quien la recibe ansiosa, ambas lenguas chocan en una excitante lucha para ambos donde ganara la más hábil,  la mente de Allie se nubla y su nariz se llena del olor de Tom, mientras el lleva una de sus manos  al cabello de ella para atraerla mas él si es posible, está desesperado y no sabe la razón o tal vez sí, pero ella no parece estarlo, el corazón de ambos late acelerado y al mismo tiempo como si estuvieran cronometrados, Allie muerde el labio de Tom y el deja salir un jadeo de excitación, la mano que se encuentra sobre la cintura de la chica, comienza a jugar con el borde la blusa, Tom siente la sangre hervir por todo su cuerpo, lleva su mano  bajo la prenda de Allie y acaricia la suave piel la cual siente fresca ante su tacto acalorado, mientras ella deja escapar un gemido de placer al sentir la fría mano sobre su piel caliente, ambos están enfebrecidos besándose y tocándose, ella se siente viva y deseada y él se siente orgulloso de las reacciones de ella, ante su caricia pero lo que más le gusta es la tranquilidad que siente en su interior, jamás en su vida había sentido algo así con ninguna mujer. El relinchar de uno de los caballos los hace separase asustados y con las respiraciones aceleradas, ambos se miran con el brillo de la excitación reflejada en sus ojos, Tom esta apunto de sonreír cuando un ardor en su rostro lo hace retroceder, Allie lo ha abofeteado y aquel brillo a desaparecido.

—En tu vida me vuelvas a tocar— le advierte,  temblando de pies a cabeza y Tom la mira incrédulo, de pronto la rabia sube por todo su cuerpo, intenta decirle algo pero ella sale corriendo de las caballerizas dejándolo ahí, Tom lleva su mano a su rostro acariciando la zona golpeada, le escose pero aun así una sonrisa aparece en su rostro.

That BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora