Allie siente el golpeteo acelerado que da su corazón contra su pecho, aun siente como la sangre hierve dentro de sus venas, lo que provoca que su piel aun se sienta caliente y su respiración acelerada, abre rápidamente la puerta principal una vez dentro apoya su espalda contra esta y cierra los ojos, una sonrisa aparece en su rostro al recordar a Tom.
— ¿Allie? — la voz de Ethan le obliga abrir los ojos y esa sonrisa de hace unos segundos desaparece— ¿Qué haces? — pregunta hasta quedar frente a ella
—Y…yo vengo de montar— responde como si fuera lo más obvio e intentando que su nerviosismo no se note. — ¿Qué haces tú despierto a estas hora? — pregunta cambiando de tema, mientras observa el reloj de su muñeca, seis de la mañana, estuvo fuera dos horas.
—Voy a correr como todas las mañanas— responde con obviedad y ella asiente— ¿ahora me dejas? — Pregunta acercándose más a ella, mientras le mira confundida— la puerta Allie—dice al ver que ella no se mueve.
—oh claro— se corre hacia un lado para que él pueda salir quien niega con la cabeza mientras una sonrisa aparece en su rostro, Allie lo observa embobada pocas veces sonríe con ella, siente como la cara se le pone roja debido a su estupidez, sacude la cabeza y se encamina hacia los escalones.
— ¡Allie! — se gira para mirar a Ethan que aun sigue parado bajo el marco de la puerta.
— ¿Si?
— ¿Qué te parece si salimos a cenar hoy?
— ¿Solos? — lo observa detenidamente, esperando a que el diga que no, como acostumbra
—Si —sonríe— solos, tú y yo
— ¿Por qué?
Ethan sonríe de lado- ¿Por qué?, creo que porque somos novios y pocas veces estamos solos— responde con naturalidad— que dices una rica cena, una conversación agradable— espera paciente a que Allie responda.
— ¿Estás seguro?
—Solo es si o no Allie— le dice al ver que ella cada vez hace más preguntas—mira si no quieres solo olvida que te lo pedí— finalmente sale de la casa dejando a la chica dentro.
— ¡Ethan! — grita desde la puerta él se gira y la observa— si quiero— responde finalmente mientras el sonríe y ella también, Ethan retoma su carrera, mientras ella sube corriendo a su habitación, con el corazón acelerado por dos motivos, uno esa noche saldrá a solas con Ethan por primera vez saldrán solos y no porque los obliguen si no porque ha nacido de él invitarla a salir, se sienta frente al espejo de su tocador y observa su rostro lleva una de sus manos hacia sus labios aun puede sentir el movimiento de aquellos labios ajenos sobre los suyos, observa cómo sus ojos brillan, ese brillo jamás había aparecido en sus ojos, pero lo conoce perfectamente, fue el brillo que vio en Ivanka cuando le conto de su primera vez hace un par de meses, era un brillo lleno de vida y de ferocidad pero aun más que eso era un brillo de hambre y eso era lo que ella comenzaba a sentir en ese momento, tiene hambre de Tom, quiere que la vuelva a besar y tocar de la misma forma, que haga que su sangre hierva hasta hacerla sentir enfebrecida, sonríe nuevamente, le gusta claro que le gusta a quien no le gustaría un hombre como él, es muy parecido a los hombres de los libros de romance que lee Maggie, esos de los que ella siempre se burla, de pronto su sonrisa desaparece al ver el brillo que expide el anillo en su dedo, una mueca de desolación aparece en su rostro, ella jamás va a sentir eso con Ethan, jamás va a sentirse enfebrecida por su toque, el nunca va hacer que su sangre hierva y su corazón lata de la misma forma que Tom lo hizo en las caballerizas. Resignada se levanta y se dirige al cuarto de baño una ducha de agua fría la hará despertar de su estúpido sueño y la hará poner las cosas en claro, esta noche saldrá con Ethan, la idea no le agrada pero tampoco le desagrada de lo contrario no habría aceptado, no sintió emoción cuando él le pidió salir, si en verdad se sorprendió porque él jamás le había pedido eso, tenia curiosidad por saber que se traía Ethan entre manos.
— ¿Oh vamos, Allie, que tan malo puede ser? —pregunta a su reflejo antes de comenzar a despojarse de la ropa— igual vas a casarte con él — se resigna y se mete en la ducha, el agua cae fría sobre su piel pero eso no parece afectarle cierra los ojos y espera que esto le ayude a pensar, necesita olvidarse de lo que Tom le hace sentir ese sentimiento no está permitido para ella, no puede dejarse llevar por lo que él provoca en ella. No cuando su destino ya está decidido.
—Buenos días, Allie—una dulce voz la saca de sus pensamientos
—Hola Lucy —sonríe al ver a la chica dentro de su habitación—pensé que ya habrías salido
—Saldré mas noche con los chicos iremos a un club del pueblo— sonríe y Allie por un momento siente envidia de la chica— solo vine a devolverte las revistas.
— ¿Qué revistas? —pregunta confundida.
—Estas— Lucy coloca las revistas sobre la cama.
—Son un regalo Lucy— dice empujándolas hacia ella—además yo ya las leí
—En una de ellas sales muy hermosa.
— ¿Aparezco en una de ella?
—Sí, acompañada de un chico que no es tu novio— dice sonriendo.
— Dorian
—No— Allie la mira sin entender y Lucy revuelve las paginas para enseñarle la foto, una vez que la encuentra la castaña no puede evitar sonreír al ver la fotografía, recuerda esa fiesta fue la última vez que lo vio.