Allie se deja caer en una esquina de los establos, se abraza a sus rodillas y comienza a llorar, Tom entra en el lugar y se coloca a su lado, sin decir palabra alguna, se siente impotente de no poder ofrecerle palabras que calmen la desesperación que siente por ser libre como había dicho durante su paseo al bosque esa tarde. Se apega a ella y pasa un brazo sobre sus hombros no tiene idea de que hacer o que decir pero algo en su interior le dice que eso es lo que más necesita.
—Lárgate— la ignora y solo la apega más a su cuerpo
—Me quedo hasta que dejes de llorar y te sientas bien
—Es que no, quiero que estés aquí— levanta el rostro de sus rodillas e intenta separarse de él, pero Tom se lo impide— anda lárgate.
— ¡Me quedo! —Dice firme con cuidado limpia las lagrimas de su rostro, pero sus ojos se llenan de nuevas—ya no llores—pide con ternura y ella esconde su rostro en el hueco de su cuello, aferrándose al cuerpo de Tom, quien la estrecha entre sus brazos, para que nuevamente se vuelva a quebrar, acaricia con cariño el cabello y la espalda de Allie mientras ella sigue llorando, le preocupa de que se pueda deshidratar de tanto llorar, pero no encuentra palabras para calmarla— ¿Qué hago para que pares de llorar? —Pregunta preocupado y ella no responde— ¡vamos Allie! —separa con cuidado el cuerpo de ella del suyo, sujetándola por los hombros —en verdad, no me gusta verte así.
—Solo déjame—se aparta de Tom y se pone de pie—ya te lo dije lárgate y déjame sola.
— ¿Qué no entiendes que me voy a quedar contigo aunque no quieras? —entra en la habitación y la mira sentada en un viejo sillón frente a una ventana, Allie observa el cielo oscuro sin ninguna estrella, un rayo atraviesa el cielo y un par de gotas comienzan a golpear contra la ventana de la habitación Tom se sienta a su lado apoya su cabeza en su mano, la cual está apoyada en el respaldo del sillón, Allie ha dejado de llorar pero no lo mira, tiene su mirada puesta en las gotas de lluvia que se pegan al cristal, el silencio los envuelve a ambos, solo sus respiraciones y alguno que otro relinchar de los caballos se escucha dentro del lugar, un trueno rompe el cielo, haciendo que ella de un bote en su lugar, Tom sonríe de lado y toma su mano al recordar que le teme a los truenos, pero ella libera su mano sin mirarle y él suspira, Allie recuesta su cabeza en el respaldo del sillón y su cabello forma una cortina entre su rostro y Tom, un par de minutos más pasan y finalmente Tom se pone en pie, para salir del lugar, ella lo mira por entre su cabello salir de la habitación, suspira y cierra los ojos, al sentir nuevamente las lagrimas arremolinarse en sus ojos. Siente una cálida tela posarse sobre sus hombros, levanta la cabeza y observa a Tom que la cubre con cuidado para volver a sentarse a su lado —Tendremos que pasar la noche aquí— dice al ver la fuerte lluvia que cae fuera.
— ¿Qué fue lo que te gusto de Kim? —pregunta después de un largo silencio entre ellos, Tom que se estaba quedando dormido, abre los ojos desmesuradamente ante la pregunta — ¡y no me salgas con lo de que te pareció bonita, porque eso hasta yo lo sé! —dice con asco y esperando una mejor respuesta que la que tuviera cuando lo cuestiono por el beso.
—En verdad — piensa su respuesta al ver la mueca de ella— cuando la conocí si me pareció bonita.
—Te dije que no quería escuchar eso— le reclama — quiero una mejor respuesta.
— ¿Por qué es tan importante para ti saber eso?
—Yo pregunte primero.
—Hubo algo en ella, que me pareció atractivo —responde , Allie gira el rostro para no verlo, siente como algo en su interior que se rompe nuevamente —tal vez era que no le daba miedo enfrentarse a ti, que no temía que alguien la fuera atrapar conmigo—sonríe y ella siente deseos de golpearlo— pero no había nada más que sexo entre nosotros—Allie no se gira a verlo, en lugar de eso apoya su frente en el respaldo cerrando los ojos.