CAPÍTULO 15: "Mi primera vez"

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Narra Mar:

Thiago finalmente cortó nuestro beso con un tierno pico. Yo lo miré, algo roja por la vergüenza de habernos besado delante de todo el mundo. Él me hizo una caricia en la cara, intentando así tranquilizarme. Me dí la vuelta y vi a Dolo a punto de llorar, y también a punto de matarnos a Thiago y a mí. Sí, esa nenita rica estaba muy celosa en aquel momento. Él chico que la gustaba había besado a otra delante de su cara y en su fiesta de 15. Aunque se lo merecía por haberme tratado así antes.

Me dí la vuelta y detrás de mí pude ver a Rama con cara de tristeza... Él ni siquiera me miraba. En ese momento comencé a pensar que yo le gustaba a Rama de verdad, y él también hubiera querido besarme aquella noche.

— Mar — me susurró Thiago en el oído —. ¿Vamos a mi cuarto un momento? Tengo que agarrar un par de cosas.

Asentí con la cabeza y lo agarré de la mano. Juntos subimos por las escaleras y llegamos a su cuarto. Yo me senté en la cama mientras el buscaba algo dentro de su enorme armario. Me saqué los tacos, los cuáles no soportaba un solo minuto más. Me miró y sonrió. Se puso de cuclillas y se sacó los zapatos de vestir de color marrón que llevaba. Después volvió a buscar en su armario.

Tras unos minutos se dio la vuelta con una cajita pequeña y envuelta entre sus manos. Me sonrío y se acercó a mí:

— Este es tu otro regalo, espero que te guste princesita.

— Con el otro regalo ya me sirvió — dije tomando la cajita y rompiendo el papel de envolver cuidadosamente.

— Las chicas como vos siempre se merecen lo mejor — se arrodilló y posó una mano en mi rodilla, tapada por la tela lila del vestido.

— Gracias — abrí la cajita y me encontré con un colgante de corazón que se podía romper por el medio. Cada parte del colgante tenía una cadena.

— Es para nosotros, así cada uno tiene una parte del colgante. Con ese corazón siempre estaremos unidos Mar.

— Gracias en serio — le dí un beso en la frente y rompí el colgante por la mitad para darle a él su mitad. Yo me quedé con la otra. Thiago dejó su parte sobre la cama, me puso el pelo cayendo sobre mi hombro y me ató el colgante en el cuello. Después, yo agarré su parte y se la puse sobre el cuello.

— Te queda muy lindo.

— Gracias... a vos también te queda muy lindo.

Él me miró y se mordió el labio:

— Ya sé que esto es ir un poco rápido, pero me gustaría pedirte algo Mar.

— ¿Qué cosa?

— ¿Querés ser mi novia? — me preguntó sonriente.

— Es que... yo nunca tuve novio.

— Eso no importa ahora, si aceptas te prometo que voy a ser el mejor novio del mundo Mar. Yo, me enamoré de vos al instante de verte. Sos tan inocente y tan hermosa, no tenés maldad... para mí sos perfecta.

Asentí.

— ¿Sí? ¿Entonces querés ser mi novia?

— Sí — sonreí —. Quiero ser tu novia.

Él se sentó junto a mí en la cama y comenzó a besarme de nuevo. Mi cuerpo se llenó de sensaciones al instante de sentí sus labios sobre los míos. No sé si sería por las hormonas, pero comencé a sentir mucho calor. Lo miré mientras su lengua recorría mi boca fogosamente, él también debía tener calor porque estaba completamente rojo. Puse mis manos en sus hombros y le quité el saco del traje. Ese fue mi grave error, pues, con él tiempo me dí cuenta de que Thiago sabía mucho más que yo en todos los aspectos, y entendió que con sacarle esa prenda yo deseaba hacer otra cosa.

Sin dejar de besarme me recostó sobre la cama. Con sus manos me abrió la cremallera que el vestido llevaba a un costado. Entonces dejó de besarme y me levantó completamente el vestido, sacándomelo por la cabeza. Lo miré, aterrorizada. En aquel entonces, yo sabía poco de eso, apenas entendía porque venía Andrés cada mes.

— Mar, no tenés de que preocuparte. Mientras que yo esté con vos no te va a pesar nada malo, ¿de acuerdo? Yo, yo sé que él día es hoy, yo me siento seguro, y vos también, tranquila. Tenés que estar bien sí.

Volví a asentir. Parecía una nenita tonta. Thiago dejó el vestido en el piso y comenzó a desabrocharse los botones de la camisa. Al finalizar con ello, tiró la camisa al piso también. Fue entonces cuando me bajó las bragas, flexionó mis rodillas y me separó las piernas.

Se bajó los pantalones y entonces vi un tremendo bulto en su bóxer. Al sacarse el bóxer tenía su cosita completamente parada. Volví a mirarlo, con miedo. Tenía mucho miedo en aquel momento.

Se acostó sobre mí, despacio. Comenzó besándome el pecho, pasando las manos por detrás de mi espalda y sacándome el corpiño. Lo dejó a un lado de mi cama y acarició mis pezones tiernamente con sus labios. Los besó, y después siguió deslizando sus labios por todo mi cuerpo, hasta llegar a mi zona íntima, la cuál también besó.

— Sos perfecta Mar, te juro que sos perfecta. Te amo, sos la primera persona a la que realmente amo de verdad — y en ese momento sentí como entraba en mí. Gemí nada más sentirlo.

— ¿Estás bien hermosa? — me preguntó al escucharme.

— Duele — respondí. En aquel momento me sentía muy vulnerable. Thiago estaba encima de mí, desnudo. Yo también estaba desnuda, haciendo algo de lo que apenas había escuchado hablar.

Él salió de mí y entró de nuevo un poco más despacio. Volví a gemir, pero esta vez me había dolido menos. Y repitió de nuevo la acción, salió y entró. Entonces comenzó a moverse y a besarme. Me aferré a su espalda clavándole las uñas y volví a gemir.

A cada momento se movía más y más rápido. Se acercó a mis labios y volvió a besarlos. Él empujaba con su lengua a la mía y viceversa. Yo me movía junto a él.

Bastantes minutos después, llegamos al clímax y se vació completamente dentro de mí. Yo podía sentir su fluido adentro mío. Besó mi frente y se echó a mi lado. Yo lo abracé de nuevo, y él colocó mi cabeza encima de su pecho.

-...-

Narrador:

Dolo vio como Thiago y Mar subieron juntos arriba. Ella subió sigilosamente atrás de ellos y se quedó como unos 15 minutos escuchando atrás de la puerta. En el último instante escuchó a Mar gimiendo. Suerte que no pudo abrir ya que Thiago había cerrado la puerta con llave. Obviamente, fue a contárselo a Barto de inmediato, el cuál tardó en creer a Dolores. Finalmente ambos, acompañados de Tina comenzaron a golpear en el cuarto de Thiago fuertemente. Pero ya era tarde: Thiago y Mar habían hecho el amor.

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