CAPÍTULO 23: "Los análisis"

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Narra Mar:

Serían las 2 de la tarde cuando Thiago volvió de clase. Nada más verle entrar por la puerta de la cocina, me lancé a abrazarle. Desde que Tina me había dicho lo de hacerme los análisis, lo estaba necesitando muchísimo. Alguien me tenía que consolar, y Thiago, mi novio, el amor de mi vida, el papá de mi bebé, era el más indicado. Pero, ¿y si me hacían los análisis y descubrían lo del embarazo? ¿Qué iba a pasar? ¿Me mandarían a un reformatorio? ¿O incluso Barto me mataría? ¿Nos separarían a Thiago y a mí? Seguramente a Thiago lo enviarían a Londres para separarlo del bebé y de mí. Aunque medianamente lo aceptaran, Tina y Barto no querían que Thiago yo estuviéramos juntos. Era inimaginable que Thiago, un nene bien que siempre había tenido de todo, que tenía plata, había estudiado en los mejores colegios de Buenos Aires y de Londres, había tenido los mejores juguetes, amigos cuyos padres también tenían plata y la mayoría eran personalidades importantes argentina; terminara de novio con una huérfana sin familia, peleadora y gritona como yo.

— ¿Qué pasa princesa? — me preguntó Thiago con mucha ternura.

— Tina, Tina quiere que me haga unos análisis. Creo que está empezando a sospechar.

— ¿Cómo? — preguntó Thiago atónito.

— Eso, quiere que me haga unos análisis de sangre. Además, dice que quiere saber cuando me viene el periodo o no, para controlarme.

— Espera acá, voy a hablar con ella, quedate tranquila — me hizo un mimo en el cachete y se fue corriendo a hablar con Tina.

-...-

Narra Thiago:

Busqué a Tina por toda la mansión, hasta que finalmente la encontré ordenando el cuarto de mi tía Malvina:

— Tina — la llamé.

— Niño Thiago — respondió ella dándose la vuelta y mirándome.

— ¿Por qué la querés hacer análisis a Mar? Ella está bien.

— Es por seguridad. No sabemos si cuando estaba en el instituto de menores se los hicieron y nos queremos asegurar de que está sana.

— Está sana, estoy seguro de ello.

— Es para justificar Thiaguito — ella me sonrió.

— Bueno, pero yo la acompaño para que se los haga.

— No, yo debo hacerlo. Con ella tiene que ir un mayor de edad responsable, y como tu papá está

siempre muy ocupado, yo lo haré por él.

— En Londres yo me hice análisis de sangre solo, hasta con 12 y 13 años iba a hacerme análisis de sangre solo. Y Mar tiene 15, yo soy su novio, y ella va a estar más tranquila si soy yo quién la acompaño.

— Bueno — Tina volvió a sonreírme —. Pero después de salir de la clínica me llamas y me contás como salió todo, ¿de acuerdo?

— Sí Tina. Por cierto, ¿los podés pedir para el sábado? Ese día yo no tengo colegio y así no perderé clase para acompañarla.

— De acuerdo niño Thiago.

Salí del cuarto y bajé abajo con Mar:

— Problema resuelto, vamos a hablar con Jaz — dije, pensando en mi gran plan.

— ¿Jaz? — preguntó Mar extrañada.

— Sí, Jaz. Ella nos va a ayudar con el plan, ¿dónde está?

— En nuestro cuarto, esperando a que los chicos terminen de hacer las tareas para comer todos juntos.

— Bien, vamos con ella.

Fuimos al cuarto y hablamos con Jaz. El plan consistía en que los tres iríamos a hacernos los análisis. A la que la harían los análisis sería a Jazmín, así nadie descubriría, ni siquiera los médicos, que Mar estaba embarazada. Jaz aceptó el plan, todo fuera para que ni a su amiga ni a mí nos descubrieran. 

-...-

Narrador:

El sábado siguiente: Thiago, Mar y Jaz acudieron a la clínica para que Mar, o mejor dicho Jaz, se hiciera los análisis de sangre. En vez de pasar Mar, a la consulta pasó Jaz. Tras hacérselos, una enfermera la acompañó afuera:

— Los resultados estarán dentro de una semana — después la dio un papel a Jaz —. Con este papel se los entregaran en recepción.

— Gracias — dijo Thiago.

Los tres volvieron al Hogar paseando:

— ¿Seguro que no nos van a descubrir? — preguntó Jaz preocupada.

— Seguro que no Jazmín, tranquila — dijo Thiago.

— Yo lo único que quiero es que no me separen de Thiago y que el bebé esté bien, no necesito nada más — comentó Mar.

— Todo va a estar bien Mar, tranquila — Jaz sonrió —. Se me acaba de ocurrir algo, ¿qué tal si después de desayunar le vamos a comprar ropita al bebé?

— Pero si aún no sabemos si va a ser nene o nena... — respondió Thiago riendo.

— Se la compramos de color blanco y listo. 

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