CAPÍTULO 20: "El plan"

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Narra Thiago:

A la mañana siguiente me desperté temprano para ir a ver a Mar antes de que todo el mundo estuviera levantado y pudiera darse cuenta. Entre en el cuarto de las chicas sin hacer apenas ruido y me dirigí hacia la cama de Mar, quién dormía plácidamente con Alelí:

— Mi amor — la dije dándola un beso en el cachete.

Mar se movió pero no se despertó. Estaba tan tierna dormida... La acaricié esa hermosa panza que dentro de poco estaría muy gordita.

— Thiago — me dijo abriendo los ojitos.

— Hola reina, ¿cómo habéis dormido vos y mi hijo?

— Yo bien, tu hijo no sé, aún no lo noto.

Reí bajito.

— Ya sabes que tenés que procurar no hacer esfuerzos, estoy seguro de que los chicos te van a ayudar con eso, ¿de acuerdo mi vida?

Ella asintió con la cabeza.

— Y... Sobre todo, trata de que nadie se entere de lo del embarazo.

— Pero, ¿y cuando mi panza empiece a crecer?

— Ya pensaremos en algo entonces. A los 4 o 5 meses es cuando se te empieza a notar, por las cosas que he leído. Tal vez para entonces, mi padre sea un hombre razonable y le puedo contar lo del bebé sin que se enoje. Por cierto, mañana va a venir el doctor que me revisaba a mi cuando era chiquito, él era un muy buen amigo de mi mamá. Va a hacerte un par de preguntas para ver si todo está bien mi amor.

— ¿Y cuando voy a poder ir a que me vea un médico?

— Te tengo que registrar en las listas... lo haré lo antes posible, ¿de acuerdo? Así el doctor ve como esta este pequeñín — volví a acariciarle la panza a Mar con mucho amor.

— Alelí y Jaz, la chica nueva, quieren que sea una nena. 

— No, va a ser un nene. Le voy a enseñar a jugar al rugby y a ser de lindo y de fachero como yo.

Mar revoleó los ojos y rió:

— ¿Qué nombres te gustan para él o ella? — me preguntó sonriendo.

— Sí es nena me gusta Mora.

— Re lindo el nombre. Mora Bedoya Agüero.

— Queda perfecto. Y si es nene Bruno. Mi mejor amigo de la infancia, se llamaba Simón Bruno. Siempre me gusto el nombre de Bruno. ¿A vos?

— Me encanta. Bruno Bedoya Agüero.

— ¿También habrá que ponerle tu apellido mi amor?

— Yo no tengo apellido — Mar suspiró. Dios... era un estúpido. ¿Cómo no había pensado en eso antes?

— ¿Estás segura de que no querés buscar a tu familia mi amor?

Mar negó con la cabeza:

— Sino me quisieron de beba, menos ahora. Y además, embarazada. Se avergonzarían de mí. Quiero que todo se quede como está.

Suspiré también:

— Como quieras — la di un beso en la sien como despedida —. Me tengo que ir al colegio, al mediodía vuelvo — le di un beso a la panza y subí a la cocina para desayunar.

Después de tomar algo, agarré la mochila y me fui directo al Rockland. Aún era temprano, por eso tuve que quedarme sentado solo en la jardinera hasta que vi a Nacho venir de lejos.

— ¡Man! — exclamó, después me abrazó —. ¿Dónde estuviste? Tu viejo ha tenido que pagar un montón de plata para que no te echaran del colegio.

— Emm, sentate. Pero no podés decir nada de lo que te cuente Nacho, ni una sola palabra.

— ¿Qué paso Thiago? — dijo Nacho sentándose a mi lado en la jardinera.

— Mar...

— ¿Estás de novio con la Blacky?

Fruncí el ceño poniéndome de mal humor:

— No la digas Blacky Nachito. Es mi novia sí.

— Ajá, ¿y te escapaste con ella a la luna de miel? — me preguntó riendo.

— No es una broma. Nos tuvimos que ir porque mi papá me quería mandar a Londres otra vez, y yo me quiero quedar acá. Acá tengo a mi novia, a mis amigos, a mi familia, a mi auténtico hogar. Pero además de por lo de Londres, también fue por otra cosa...

— ¿Qué cosa? — preguntó Nacho ansioso.

— Mar, Mar está embarazada.

— ¡¿LA LLENASTE LA COCINA DE HUMO A LA BLACKY?! — gritó Nacho. 

Le tapé la boca rápidamente. Por suerte, no había nadie más que le pudiera escuchar afuera del colegio:

— Sí. Está embarazada de dos semanas.

— Ósea, que voy a ser tío.

— Sí. No le digas nada a nadie, porque entonces me voy a enojar en serio Nacho.

— No, no digo nada tranquilo. Obviamente voy a ser yo el padrino, ¿eh?

Reí... Nachito, claramente era mi mejor amigo. Aunque fuera un poco estúpido a veces, era buena persona.

-...-

Narrador:

Desgraciadamente, Thiago no se había dado cuenta de que en la esquina de la plaza dónde se encontraba el Rockland, estaba Dolo, y lo había escuchado absolutamente todo:

— Así que Mar embarazada... — dijo mientras pensaba su plan y sonreía malvada —. Si Thiago y Mar no quieren que Barto se entere de ello, me van a tener que hacer un gran favor. 

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