Caminaron por un buen rato y en completo silencio, Hipo, la chica y Chimuelo en ese orden.
-¿Que tanto falta?
-Ya casi llegamos...
La chica miraba sus alrededores y, al igual que Chimuelo, prestaba atención a unos ligeros sonidos que se hacían cada vez más fuertes conforme caminaban, sin mencionar que el anochecer ya casi llegaba por lo que tendrían que ser rápidos.
Finalmente llegaron a una zona de entrenamiento donde todo estaba semi destruido y se podría ver a una chica entrenando con un hacha, destruyendo árboles y un Dragón recostado descansando.
-Ya veo porque se viene tan lejos...
Dijo la chica mirando la zona y distrayendose un poco, el sonido de su voz provocó que Tormenta se despertará, poniéndose de pie y lanzando espinas hacia donde se encontraban los demás.
-¡Cuidado! .... ¡Aahh!
Un grito de dragón se escuchó, llamando la atención de Astrid quien reconoció la primera voz que se quejó por el ataque.
-¿Hipo?
Astrid corrió hacia ellos, mirando a Hipo que se encontraba clavado a un árbol pues las espinas no lo habían herido gracias a que lo sujetaron por los costados de la ropa. Astrid se acerco y lo ayudo a bajar, después de eso Tormenta se acerco a ella tristemente.
-Tranquila nena, todo está bien...
La rubia acaricio la cabeza de su Dragón con cariño. La chica las miro y cruzó los brazos mientras soltaba un suspiro.
Chimuelo se lanzó a Tormenta iniciando una batalla de mordiscos y rasguños bastante feroces; Hipo se acerco a ellos.
-¡Chimuelo tranquilo!
-¡Tormenta!
Con mucho esfuerzo lograron separarlos, Chimuelo se pego a Hipo quien lo acaricio lentamente y Astrid acariciaba e intentaba tranquilizar a Tormenta.
La chica estaba fascinada con el vínculo tan fuerte que habían creado aquellos dos, una relación entre humano y dragon como nunca antes se ha visto.
-¿Que le paso a Chimuelo? ¿Porque nos atacó?
-Sabes que el se enfrenta a lo que atenta contra mi...
Chimuelo las miro y les gruño levemente sin detenerse las caricias del castaño.
-Dime, ¿Porque Tormenta nos atacó primero?
-Ella sólo seguía mis órdenes...
Astrid miro mal a la chica quien sonrió y se acerco a Hipo para después poner una mano en el hombro del chico.
-¿Estas bien?
-Si, estuvo cerca...
La rubia sintió rabia al verla tan cerca del que consideraba su chico que abrio la Palma de su mano a lo que la reacción de Tormenta fue abrir las espinas de su cola y prepararse para atacar; Antes de que Astrid pudiera hacer algo, por su mente pasaron los comentarios de Hipo sobre la chica, así que bajo la mano lentamente y comenzó a caminar hacia el lado contrario.
Hipo la miro al igual que la chica.
-Astrid, ¿A donde vas?
-Seguiré entrenando...
-Espera, hay algo que tengo que decirte...
Astrid tomó su hacha y empezó a clavarla gran cantidad de veces en un árbol con mucha rabia y precisión mientras Tormenta se recostaba nuevamente.
-Astrid...
-Déjala Hipo, sólo tiene cabeza para entrenar pensando que podrá vencer a aquel enemigo que tanto odia... Pero sin imaginar que sólo es una niña con un dragoncito de juguete que utiliza sólo para defenderse...
Los movimientos de Astrid se detuvieron de la nada, su mirada reflejaba sorpresa y enojo; Por otro lado, la chica sonrió.
Hipo las miraba y sabía lo que pasaría, pero no intervendrá ya que considera que es hora que arreglen los problemas que vienen arrastrando por no soportarse; Al menos mientras no se les pase la mano.
Astrid giro lentamente hasta quedar cara a cara con la chica, ambas se miraban tan mal que en cualquier momento una de ellas atacaria seguro. La rubia apretó más el mango de su hacha e hizo señales de hacer un movimiento que su contricante vio venir.
-No lo haría si fuera tu...
Astrid se sorprendió un poco y sintió como Tormenta se paseaba a su espalda esperando ordenes.
-¿Ahora me dirás que hacer?
-No pretendo hacerlo, pero atacar a alguien desarmado es el acto más vulgar y corriente que existe...
La chica miro a Hipo quien se encontraba recargado en Chimuelo mientras ambos las miraban atentos.
-¿Donde está mi arma?
-La mantenemos oculta...
-La necesito de vuelta, es hora de demostrarle a Astrid que ya no es la mejor vikinga en la isla...
La chica la miro, sonriendo burlonamente y comenzando a caminar dispuesta a regresar por donde había venido. La rubia se molesto corriendo hacia ella y atacando velozmente, la chica logró esquivar por los pelos pero recibió una herida en el brazo a lo que se molesto y con una patada rápida, en las manos de Astrid, logró que soltara el arma para después patearla lejos del alcance de la rubia. Tormenta iba a atacar pero fue detenida por su jinete.
-Tranquila nena, estoy bien...
Hipo se acerco a la chica para ver como se encontraba, Astrid tomo su arma y monto a Tormenta, marchándose de ese lugar.
-Necesitas un vendaje ahora...
-No te molestes, en cuando llegue a las cabañas me encargaré personalmente...
-Deja que Chimuelo y yo te acerquemos, mejor no perder más tiempo...
Chimuelo se molesto y gruño dando a entender que no estaba de acuerdo en ser montado por ella. Hipo lo miro levantando una ceja entendiendo el motivo de su rechazo.
-Por favor amigo, sólo será esta vez y es para curarle, nada más...
Chimuelo agitó la cabeza aún en negación y gruñia a la chica quien suspiro y comenzó a caminar.
-Olvidalo Hipo, ya me voy...
Hipo la miro y después a su Dragón que no se veía arrepentido, el castaño lo montó, verificando que el equipo estuviera bien.
-¿Sabes? Es una pena que no quieras ayudarla, porque si su herida empeora no podrá irse como lo teníamos planeado...
Chimuelo abrió los ojos y salió volando repentinamente hacia el cielo, localizó a la chica y como una ráfaga la tomo por la cintura con sus patas volando a la base de una manera ágil y veloz.
Cuando llegaron a la base, el sol ya se había ocultado por completo, Chimuelo soltó a la chica quien cayó al suelo mareada a lo que èl furia nocturna comenzó a reír e Hipo lo mira con una ceja arriba a lo que Chimuelo agita la cabeza y regresa a la seriedad de siempre.
-Gracias por el paseo...
La chica los mira a ambos y sonríe para después caminar hacia una dirección desconocida.
-Déjame curarte esa herida...
La chica lo miro sorprendida a lo que Hipo se acerco a ella y sonrió caminando a su cabaña seguido por Chimuelo y por la chica.
Una vez llegaron a la cabaña de Hipo, todos entraron, Chimuelo se acostó en su cama mientras la chica se sentaba en la cama de Hipo que se encontraba preparando un vendaje simple; Después se acerco a la chica.
-Permíteme disculparme por el comportamiento de Chimuelo, el suele ser así...
Decía el castaño a la misma vez que vendaba la herida de la chica mientras ella lo miraba atenta y con una sonrisa tierna de por medio.
-Descuida, no hay problema, Chimuelo no confía en mi... Pero al parecer tu si...
-N-no, sólo soy amable...
-Si, claro...
-No confundas las cosas...
-¿A si? Entonces... ¿Porque me salvaste de las espinas que nos arrojó Tormenta?
-Sólo fue un acto reflejo...
El castaño termino y comenzó a limpiar lo que no utilizó, en eso, la mirada de Hipo se encontró con la de la chica, ambos se miraban muy fijamente que en las mejillas de Hipo se noto un ligero sonrojo.
-Como líder de los jinetes, es mi deber proteger a todos...
Chimuelo los miro y rodo los ojos para después recostarse.
Hipo se alejó, llevándose consigo todo lo que había recogido y bajo las escaleras seguido por la chica; De repente, y una vez se deshizo de las cosas, al castaño lo atacaron recuerdos rápidos que provocaron que le doliera la cabeza y llevará ambas manos a la misma.
-Hipo, ¿Estas bien?
-S-Si, no he descansado bien últimamente, es todo...
-Deberías sentarte...
La chica lo guió hasta sentarlo en una silla, mirando como el chico se quejaba un poco por el dolor, hasta que finalmente se le logró pasar el malestar.
-¿Mejor?
-Si, gracias...
-Hipo, ¿Donde está mi arma?
-¿Eh?
-La necesito, es mía y estas de acuerdo que no puedo estar desarmada todo el tiempo...
-Apenas llevas dos dias aquí, déjame pensarlo...
-Piénsalo el tiempo que necesites, sólo no dejes pasar más días...
La chica camino a la puerta, llamando la atención de Hipo pero más la de Chimuelo que la miraba seriamente.
-¿A donde vas?
-A dormir a los establos...
-¿Regresaras ahí?
-No creo que quieras que me quedé contigo...
La chica lo miro y le sonrió para después guiñarle, Chimuelo volvió a acostarse sin prestar atención.
-Descansa... Chica...
-Mi nombre es My...
Después de eso, la chica, cuyo nombre a sido revelado al fin, salió de la cabaña dejando a Hipo con una sorpresa y una pregunta.
-¿A que se debió eso? ¿Eh? ¿Chimuelo?
Hipo se acerco a èl y al ver que era ignorado secamente, decidió acostarse en la cama y dormir; Por otro lado, My llego a los establos, encontrándose con Astrid que acababa de encerrar a Tormenta. Ambas se sostienen la mirada.
-¿Vienes a molestar a los dragones?
-Aunque te pese Astrid, este es mi dormitorio...
-Espero que no te quedes mucho tiempo...
-No lo creo, pienso muy pronto dormir en una cabaña...
My sonrió para después caminar a una parte desocupada, entrar y acomodarse en el suelo. Astrid la miro de reojo y salió de ahí, escuchando las últimas palabras que se atrevía a decir la castaña.
-Cuando recupere mi arma, tendremos una pelea digna...
-Eso espero...
Contestó Astrid sin dejar de caminar y con una cara sumamente seria.
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Como Entrenar a tu Dragon: El Séptimo Jinete
FanfictionLos Dragones nuevos son algo que emocionan a los Jinetes de Dragones, para ser más exactos, a Hipo y sus amigos. Aunque saben que descubrir especies nuevas trae problemas, NUNCA le darán la espalda a un Dragón por muy malvado que este sea. Esta hi...