Capítulo #28 "Miedo de Estar Sólos"

2.3K 156 7
                                    

Han pasado dos días desde lo ocurrido, en una base, con una ubicación difícil de localizar, dos hombres hablaban sobre los planes de seguir con la captura de dragones cerca de su territorio.
-Es cuestión de buscar, esos dragones no son fáciles de encontrar...
-En eso tienes razón Viggo, enviaré a nuestros hombres para verificar el área...
-Servirán cómo carnada...
Una chica apareció en la tienda de Viggo que sonrió apenas la vio, por otro lado Ryker levantó una ceja tras el comentario de la chica y cruzó los brazos al mismo tiempo que miraba como ella se acercaba al mapa y lo revisaba.
-¿Canto Mortal? ¿Enserio? Tal parece que planeas algo grande, primo...
-El ataque de ese dragón es perfecto para capturar a otros...
-Mientras no te devore en el intento de capturarlo, estoy de acuerdo...
Ryker salió de la tienda para preparar a sus hombres que, como ya vieron, irían a capturar a un Canto Mortal para sus planes malévolos. Viggo tomó asiento y junto sus dedos al mismo tiempo que la chica cruzaba los brazos y ambos se miraban seriamente.
-¿Cómo fue que llegaste a este punto de ser líder de tu propio grupo de cazadores?
-¿Recuerdas la destrucción que causaron los dragones a nuestro hogar? El día que nuestro padre nos ordenó irnos y tú te perdiste con un dragón...
-Lo recuerdo, pero no me...
-Pues, ¿Adivina? Resulta que ese ataque fue planeado por un líder Cazador al igual que nosotros, quería liquidar a la competencia, así que Ryker y yo hicimos un plan... Maté con mis propias manos al líder que destruyó nuestro hogar y me hice con su negocio, ahora soy líder y Viggo Griffenson murió para dar paso a un nuevo hombre, Viggo Grimborn...
-¿Ósea que llevas trabajando en esto desde que eras un niño?
-Si, así es, mi primer gran ataque fue a un nido de dragones, aunque no todo salió muy bien, la Alfa del lugar destruyó todos los huevos de su especie, o es lo que me contaron los inútiles de mis hombres... Así que no pude sacar mucho de ese lugar...
-Impresionante...
-¿Sabes que más es impresionante? El saber que estas viva, ahora puedo dejar el negocio en manos de alguien que no sea mi estúpido hermano, me siento más tranquilo...
-No creo que estés entendiendo nada, Viggo, yo no soy una cazadora, soy una ginete...
-Claro, es lo que te hicieron creer Hipo y sus amigos, pero eres de mi familia así que el negocio es tuyo, bueno, será tuyo...
-Ay por favor no salgas con esas cosas, nunca te preocupaste por mi y ahora quieres que sea tu heredera, tonterías...
-Si nunca me preocupe era porque no tenía sentido hacerlo por un muerto, aunque todo cambia ahora que se que estas viva...
-¿No te das cuenta de que ya tenía una vida, una pareja y una familia? ¿Que ya era feliz y que llegaste a destruir todo por tu capricho?
-Así soy yo, siempre obtengo lo que quiero y no permitiré que mi prima desperdicie su vida con esa clase de personas...
-Que sacrificado...
My camino hacia la salida pero se detuvo al escuchar las palabras de Viggo, su rostro sorprendido no daba crédito a lo que decía su primo, aún así, ni siquiera lo miró y salió una vez terminó de hablar, sin darse cuenta que Viggo tenía en su rostro una gran sonrisa.
-Vamos niña...
Nubosa se acercó a ella para ser montada por su ginete y salir volando de la isla, Viggo las miró alejarse con una sonrisa, ahora no tenía nada que temer, sabía que la tenía atada a su costado.

♡ Activar Música ♡

El cielo era claro, My volaba por encima de las nubes para ocultar su presencia, ¿Su destino? La Orilla del Dragón.
Cuando llegó, se mantuvo oculta en el cielo, sin permitir que nadie la viera, en eso, pudo ver a Hipo caminando hacía su cabaña, no había rastro de los demás, al parecer sólo era él y Chimuelo.
-Vamos...
Nubosa voló rápidamente hacia ellos, al verla, Hipo estaba sorprendido, Chimuelo corrió a saludarlas y fue recibido por cariños de My.
-También te extrañe, amigo...
Después de eso, Chimuelo corrió a jugar con Nubosa y ambos correteaban por los alrededores. My se acercó a Hipo quién ya tenía la seriedad en el rostro.
-Hipo...
-My...
-No vine a quitarte mucho tiempo, sólo quiero mis cosas y me iré...
-Claro, están en mi cabaña...
Hipo caminó seguido por la chica que suspiro al ver la frialdad con la que era tratada, y por lo visto si estaban solos, no se notaba nadie más en la base.
-Gracias por cuidar de mis cosas...
-No hay de que...
El castaño abrió la puerta de su cabaña y My entró a buscarlas, Hipo la miraba de reojo y en ocasiones se notaba la tristeza en su rostro por otro lado, My sentía necesidad de hablar como antes, de abrazarlo, de besarlo, de... Amarse como lo prometieron.
La chica terminó de recoger sus cosas y caminó a la puerta, sus dragones no los habían seguido por lo que tendrían que ir a buscarlos, aunque para ambos era incómodo el tener que estar en silencio queriendose decir tantas  cosas.
-Veo que estas sólo...
-Mis amigos están de camino, fueron a Berk por algunas cosas para continuar con la construcción de la Orilla...
-Ya veo, ya veo...
-My, ¿Porque no me dijiste nada?
-Hipo, ¿Porque no me dijiste nada?
Esas últimas palabras fueron dichas al mismo tiempo, lo que provocó que ambos se miraran un momento y desviaran la vista uno del otro al verse más cerca de lo que creían, mientras un ligero sonrojo aparecía en sus rostros.
My se detuvo y el chico hizo lo mismo, ella miraba al suelo y él no podía dejar de verla.
-¿Porque nunca dijiste nada sobre mi pasado, Hipo?
-No lo se, no le tomé importancia, después de todo se trataban de tratos hechos por nuestros padres... Quería hacerlo por mi propia mano...
-Y ahora es doloroso...
-¿Eh?
-Es doloroso ver como es tan sencillo hablarnos sin romper a llorar, como si nada hubiera pasado entre nosotros...
-My...
-¿Cómo puedes hacerlo, Hipo?
Los ojos de Hipo se humedecieron cuando My levantó la mirada y en ella tenía una tierna sonrisa que era opacada poco a poco por lágrimas que recorrían su rostro.
El castaño desvio la mirada e hizo sus manos puños que temblaban,  sus ojos soltaban lágrimas de igual forma pero no quería que lo viera llorar.
-Tsk... Que fácil es decir que eres la única con el derecho a sufrir...
My intentó caminar hacia él, pero Hipo retrocedió y continuo buscando a su dragón, secando sus lágrimas con su ante brazo.
La chica lo seguía con la mirada al suelo y sin pensar dijo:
-Tal vez ya es demasiado tarde para nosotros...
-Estoy de acuerdo...
Esa respuesta rompió en ambos corazones, ninguno era honesto consigo mismo, ambos sabían que se amaban pero parecía que tenían miedo de decirlo.
-Ahí está Nubosa...
-Si, la veo...
-Que tengas buen viaje...
-Hipo... Si no vas a decir que me amas, mejor no digas nada...
-My...
-¡No sabes como duele tu indiferencia! ¡Yo no he dejado de amarte todavía!
Gritó la chica mientras corría hacia Nubosa, guardaba sus cosas en un par de compartimientos que cargaba el dragón y antes de subir, un brazo la detiene.
-¡¿Acaso eres tonta?! ¡¿Enserio crees que te olvidé tan pronto?!
Hipo la jalo a él y la abrazo fuertemente y aún más fuerte cuando sintió como su acción era correspondida por ella. Ambos se quedaron unidos un largo tiempo, no decian nada, solo se abrazaban; My levantó la mirada y sus ojos conectaron con los de Hipo, ambos llorosos y tristes.
-Nunca mentí cuando dije que te quería, nunca mentí cuando te hice mía... Ahora mismo no miento con lo que siento... Pero mi cabeza dice una cosa aunque mi corazón quiera otra, aunque te quiera a ti...
-¿Son dificultades las que nos separaran por siempre?
Hipo cerró los ojos un momento y  con temor asintió lentamente, My desvío la mirada, sus ojos asustados eran los únicos que Hipo recordaría por siempre, la tristeza marcada en el rostro de su amada lo marcará de por vida.
-Perdóname...
El castaño unió sus labios en un ansiado beso que ambos correspondieron, después se separó y caminó sin mirar atrás, My veía como se alejaba en cámara lenta, no otra vez.
-¡No me dejes, Hipo!
-¡No eres tú, My! ¡Soy yo!
-¡No lo entiendo! ¡¿Aún nos queremos, verdad?!
-...
-¿Verdad?
-Lo siento, My, es mejor así...
Hipo no le daba la cara, tenía miedo de ver su rostro nuevamente y no poder alejarse nunca más; My lo miraba desesperada por que todo salía mal otra vez.
-¿Porque lo dices? Creí que...
-¡Creiste mal! ¡Ya dije que lo siento! Veté...
-Hipo... No hagas esto...
-¡Veté! ¡No quiero hacerte daño! Ya no más...
My montó a su dragón y salio volando rápidamente, se perdió en el cielo; Hipo giró rápidamente pero era tarde, cayó de rodillas, golpeando el suelo con una mano y gritando desesperado.
-¡Myyy!
Chimuelo se acercó a él, Hipo lo abrazo y continuo llorando, el Furia Nocturna envolvió a su ginete con sus alas mientras hacia sonidos tristes. Ellos se quedaron ahí hasta que los demás llegarón, Hipo se había quedado dormido después de tanto llorar, Heather los vio, mando a todos a acomodar los materiales y se acercó a ellos.
-Hipo...
La chica acaricio su cabello lentamente sin dejar de llamarlo, el chico fue despertando poco a poco y la miró sorprendido.
-¿Heather? ¿Qué... Qué haces aquí?
-Vine a verte, Patapez me dijo lo que ocurrió... ¿Cómo estás?
-Pésimo...
-Vamos...
Con una sonrisa, Heather lo ayudo a levantarse y ambos iniciaron su caminata para que viera los materiales que trajeron, seguidos por sus dragones.
-No lo entiendo Hipo, te veías tan seguro cuando la defendias, hablabas de ella y parecía que era el amor de tu vida...
-Heather... ¿Recuerdas el día cuando me dijiste que por preferirla a ella... Perdería algo importante?
-Si, lo recuerdo...
-Pues, por preferirla, la termine perdiendo...
-Hipo, lo lamento tanto...
Heather lo abrazo fuertemente al ver como lloraba, Hipo se pegó a ella sin dejar de llorar, su llanto era lamentable, jamás pensó que lo vería así algún día y eso destrozaba el alma de su amiga. Hipo se separó limpiando su rostro con coraje.
-Renuncie a ella porque Viggo prometió hacerle daño si se quedaba con nosotros...
-Eso no tiene lógica, ¿Acaso no son familia?
-Lo son... Pero Viggo sólo quiere hacerme daño sin importar qué...
-Lo logró esta vez...
-A cambio, no lo volveremos a ver por estos rumbos...
-¿Valió la pena, Hipo?
-No siento que así fuera, aunque me conformo con saber que ella estará bien...
Hipo toca la cicatriz que se hizo cuando fue a salvarla de las garras de Viggo, eso será el recuerdo del amor incondicional que alguna vez tuvo por My.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Pasaron los años y vaya que si.
Fue después de derrotar a Drago Manodura, después de que Estoico muriera y ahora que Hipo es el jefe de la tribu.
3 años que se fueron como agua en el desierto.

Los preparativos para celebrar la boda de Hipo y Astrid estaban de pie, todos muy emocionados por el evento tan importante.
Astrid no podía creer que finalmente había llegado el día, su emoción era tanta que parecía otra Astrid y no la misma que todos recordaban.
Mientras tanto, en la cabaña del castaño, Hipo también se preparaba para la boda con ayuda de su madre, Valka.
-Estoy tan feliz por ti, hijo...
-Gracias mamá...

-¿Estas bien? No te ves muy concentrado, ¿Que ocurre?
-Nada, bueno... Es sólo que pensé que el día de mi boda sería distinto... Con otra persona...
-Elegiste a Astrid, ella es tu persona...
-Antes de ella, llegó una chica a la que amaba demasiado...
-¿Tienes que recordarla ahora?
-No, no... Es sólo que...
-Tranquilo hijo, se que estas nervioso, solo respira y disfruta tu gran día...
-Eso haré...

Cuando todo estuvo listo, ya todo preparado y ambos frente al altar, Hipo no recordaba como pudo decir que aceptaba cuando en su mente solo tenía el rostro sonriente de My.
El beso que concluyó la boda y todos emocionados de felicidad, sin saber que alguien los observaba con una sonrisa en los labios, ahora era conocida como la chica de la X en un brazo, aquella que dio fin al negocio de sus primos y que ahora lideraba,  con ayuda de su dragón, su propio nido de dragones.

Como Entrenar a tu Dragon: El Séptimo JineteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora