Capítulo #21 "Corazones en Llamas"

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Han pasado varios días desde que My esta refugiada en la isla de Los Guardianes Del Ala, desdé que llegó no había vuelto a saber más de sus amigos, mucho menos de Hipo; A este punto, ellas ya se sentían olvidadas por todos, a pesar de que prometieron visitarlas con frecuencia.
Tres veces a la semana durante la mañana, My despertaba y caminaba una larga distancia hacia la aldea, en donde ayudaba a Mala con algunas tareas, después iba a entrenar con Throk combate cuerpo a cuerpo ya que por mucho que insistía, Mala le negaba el derecho a ayudar en un ataque, su única obligación era mantenerse oculta; En fin, la ayuda en la aldea la hacia sentir como si sirviera en algo, recogía sus suministros y regresaba a su guarida llena de caminos extraños, para su suerte Nubosa ya entendía mucho mejor las indicaciones que le daba así que no tenía porque preocuparse cuando iba a la aldea. En los días que no podía salir de su escondite, dejaba que Nubosa fuera a explorar cerca del volcán en busca de su amigo, el Erupciodón, la única condición era que tenía prohibido volar; Cuando el Erupciodón salía a descansar un poco fuera de la peligrosa zona del volcán, Nubosa ya estaba ahí esperandole ansiosa. Ellos se hicieron buenos amigos, sólo que debido a sus características diferentes, no podían verse tanto tiempo, sólo los días en los que My no iba a la aldea, de hecho, en las noches, Nubosa se quedaba a dormir en una zona cerca del Volcán para aprovechar el calor debido a su problema sanguíneo.
De un tiempo hacia acá, My dejo de ir a la aldea, se refugió demasiado tiempo entrenando, canalizaba su soledad como una especie de ira hacia cualquier enemigo que llegará hasta a ellas, a pesar de que sabía que era prácticamente imposible, pero tenía que mantenerse ocupada para no sentirse depresiva y como un ave encerrada en una jaula gigante. Mala notó la falta de My, acompañada por Throk, decidieron hacerle una visita y llevarle más suministros; Cuando llegaron al lugar, los árboles tenían marcas hechas por la espada de Hierro de Gronckole que la chica poseía, ambos se miraron y continuaron revisando el lugar, al entrar a la cabaña, la chica estaba en el suelo sin moverse, Thork dejo los suministros en el suelo y se acercó a ella, revisando sus signos  vitales y suspirando aliviado al ver que se encontraba bien.
-¿Creé que el encierro pueda volver loca a una persona, mi reina?
-Las cosas no son fáciles, lo se, pero por ahora lo único que debemos hacer es ayudar, nuestros amigos de la Orilla del Dragón confían plenamente en nosotros...
Cuando My despertó, se sorprendió un poco al verlos en su cabaña, su cuerpo dolía y pudieron darse cuenta porque ni siquiera podía ponerse de pie.
La mirada autoritaria de Mala la miraba fijamente, inmediatamente la castaña supo que algo hizo mal.
-Mala, yo...
-No digas nada My, puedo ver claramente, lo que no entiendo es, ¿Porque estas tan desgastada?
-Sólo entrenaba...
-¿Otro entrenamiento de tres días? ¿Día y noche sin parar?
-...
-Es hora de detenerte, existen tantas cosas que puedes hacer, esta en definitiva no es una de ellas...
-Deberías iniciar el entrenamiento de tu dragón, así estarán listas más pronto de lo que crees para una batalla...
-¡¿En serio?!
-Por supuesto...
My junto sus manos y las acerco a su boca produciendo el canto de un ave, en eso, Nubosa llegó volando rapidamente y entro a la cabaña, sorprendiendo a todos.
La castaña la abrazo con entusiasmo como recompensa por haber llegado rápido.
-Niña, tenemos que entrenar contigo y pronto pelearemos contra malvados...
Ambas demostraban un entusiasmo contagioso, como si fueran dos niñas pequeñas emocionadas por Navidad. Mala y Throk salieron de la cabaña rumbo a la aldea, pero aquel hombre tenía una espinosa duda en el pecho.
-Mi reina, ¿De verdad las dejará combatir?
-No, pero pienso que es bueno tener otras motivaciones...
Al llegar el anochecer, Nubosa fue a dormir a su escondite de siempre mientras su jinete caminaba hacia un pequeño lago donde tomaba sus baños termales gracias a una pequeña reserva de lava que guardaba entre una gran pila de rocas, cuando quería calentar el agua, bastaba con quitar una roca y dejar que un poco de lava cayera en el agua.
Total, siempre en las noches llegaba a ese mismo lugar, decidía que tipo de baño tomaría, se desnudaba y entraba al lago, eso la relajaba, pensaba en todo lo que había hecho hasta ahora y en lo último que Mala le dijo, aunque siempre sus pensamientos se interrumpian por la aparición de Hipo en su cabeza.
-Hipo... ¿Estarán bien?
Tomaba todo el tiempo del mundo para relajarse, después de todo nadie la estara esperando en casa, pasando una media hora decidió retornar a su cabaña, el frío de la noche ya no la asustaba y la oscuridad le daba igual, ya no le temía a los oscuros misterios de la noche en los bosques.
-¡My!
-¡¿Eh?!
Al abrir la puerta de la cabaña, un chico de cabellera castaña se presentó frente a ella, asustandola por su grito tan repentino.
-¿Hipo? ¿Que haces aquí?
-Vine a verte, necesitaba verte...
-Después de tantos días, ¿Vienes a decirme eso? ¿Porque te nació el amor hasta ahora?
-My, tenemos problemas en Berk por eso no había podido venir, mi padre no puede controlar sólo a los dragones que se mudaron con ellos recientemente...
-¿Enserio?
-Y no es sólo eso...
Hipo camino hacia una pared y recargo su mano mientras miraba al suelo con el ceño fruncido, My se acercó a él colocando una mano en su hombro a la vez que se preocupaba.
-¿Que sucede?
-Viggo a robado todo el oro de Berk, ahora no tienen con que suministrar sus consumos...
-Cuanto lo siento...
-Mi padre quiere recuperarlo en persona, no puedo dejar que vaya sólo y a causa de esos dos problemas, no podré verte hasta en unos meses...
-¿Que?
-Necesito ayudar a mi padre, tú entiendes, ¿Cierto My?
-Po-por supuesto, lástima que no puedo ayudarte...
-Descuida, pero a causa de eso y de que quiero borrar todas tus dudas sobre nosotros...
Hipo le dio la cara, tomó su mano y en ella le dejo un hermoso collar (Imagen). My no lo podía creer, su rostro se ruborizo al ver que Hipo la miraba con decisión y se sonrojo aún más cuando sintió las manos de aquel chico que le colocaba el collar.
-No se que decir...
-¿Te gusta?
-Me encanta, es bellísimo...
-Me alegra, estuve buscando el regalo perfecto para esta ocasión, Johan me ayudo un poco...
-¿Quién es Johan?
-Un viejo amigo, es un mercadero que nos ha estado ayudando por años, dijo que está es una pieza de gran valor, logre convencerlo con gran trabajo de que me lo diera...
-Ay Hipo, pero yo no tengo nada para ti...
-No importa...
Hipo tomó a la chica por la cintura y la pegó a él mirándola con cariño mientras ella se sonrojaba a la misma vez que se entregaba a los brazos de aquel chico al que amaba.
-My, con este regalo seremos pareja oficial ante todos...
-Hipo...
-Con este collar te pido, que seas mía...
-¿Eh?
Sin dejar que el rojo de su cara disminuyera ni un poco, Hipo unió sus labios en un beso que sellaba sus vidas como una sola, las manos del chico recorrían las caderas de la castaña, entraron en la ropa de la chica la cual fue retirando poco a poco.
My no entendía que era lo que sucedía, los lascivos movimientos de Hipo no la dejaban pensar con claridad, sólo sabía que el roce entre su piel se sentía muy bien; El castaño logró desposarla de toda prenda, admirando la desnudez de su ahora prometida oficial, concentrándose en aquel cuerpo virginal, Hipo parecía el lobo que se comería a Caperucita.
-Por favor... No me mires así...
-Eres perfecta...
A pesar de ser tan nuevo para ambos, Hipo se veía más relajado, sus ojos eran apasionados y su cuerpo parecía moverse por instinto, le fascinaba ver como aquella delicada chica pasaría pronto a ser una mujer, su mujer.
My era empujada con cariño hacia la cama, Hipo la abrazó mientras caminaban, su rostro estaba rojo, su respiración agitada y no podía esperar más, escondía su cara en el cuello de la chica quien se separó de él para acostarse en la cama cubriendo un poco sus partes íntimas.
-Hipo...
Las prendas del chico se deslizaron por el cuerpo del mismo hasta llegar al suelo, mostrando su bien torneado cuerpo masculino y una erección que pedía estar dentro. Hipo subió a la cama acostandose detrás de la chica, sus manos temblaban pero My las guiaba sin problema por todo su cuerpo desnudo. Las velas que daban luz a la cabaña fueron apagadas por una ventisca repentina y en la oscuridad dos chicos finalmente  unian sus cuerpos en el deseó, en  aquél estrecho, húmedo y virginal deseó que dejaba escapar sus melodiosas voces que eran silenciadas por el tenue canto de los animales nocturnos.

En la oscuridad de una cabaña, las luces volvían a aparecer, esta vez, un chico de cabellera castaña se vestía lentamente mientras miraba a una chica dormir, se sentía muy feliz ahora que sabía que My era suya en cuerpo y espíritu, que estarían juntos y que él la protegeria de todo y de todos sin pensarlo dos veces.
Hipo se acerco a ella para besar su frente con cariño y marcharse, camino por todo el bosque hasta llegar a la aldea donde Chimuelo y Mala le esperaban. Chimuelo corrió hacia él, saltando y siendo acariciado por su jinete.
-Tranquilo amigo, estoy bien...
-¿Te marchas?
-Si, aclare todo con ella, esperemos que este bien hasta que pueda regresar...
-Suerte Hipo...
-Gracias Mala, cualquier cosa, por favor no dude en llamarme...
-No te preocupes, lo tendré en cuenta, que tengan buen viaje...
Hipo montó a Chimuelo y salieron disparados hacia el cielo, volaron sobre el oscuro manto de la noche, para evitar ser detectados, su dirección era llegar a Berk, en donde todos seguían lidiando con el problema de Dragones.
-Graw...
-Esta bien, le dije lo mal que lo  pasamos ahora y lo entendió...
-Grrr...
-Descuida, volveremos a verlas siempre y cuando nos libremos de los problemas lo antes posible...
Ambos volaban en silencio despues de eso, debido a la distancia entre isla e isla, llegaron unos minutos antes de que amaneciera, al parecer todo ya se habían calmado un poco, no se veía a nadie a los alrededores, después de todo se habían escapado sin decirle nada a nadie pero no contaban con que la pelinegra los estaría esperando a su regreso. Una vez aterrizaron Chimuelo camino hacia su cabaña dispuesto descansar, pero Hipo prefirió quedarse a confrontar a Heather quien no se veía feliz.
-¿Fuiste a verla?
-Si, la extrañaba, ya no soportaba ni un sólo día más sin poder verla...
-Eso explica porque llegas hasta estas horas...
-Pero no dirás nada, ¿Cierto?
-Un día terminarás perdiendo algo importante por preferirla a ella, lo sabes, ¿Verdad?
-No digas eso...
-¿Ya olvidaste quien era el amor de tu vida? Desdé pequeño siempre fue Astrid la que te llamaba la atención y decias cosas geniales sobre ella, Hipo...
Hipo la miró sorprendido, pero su sorpresa fue reemplazada cuando cerró los ojos y dibujo una traviesa sonrisa en sus labios, Heather no podía entender los nuevos modos de ser que tenía el castaño, pero si sabía que él había cambiado mucho.
-Anoche fue el día más importante de mi vida, así que ya deja de mencionar a Astrid...
-¿Quieres decir que ustedes ya  son oficiales?
-Eso y más, ella fue mía y así será para siempre...
-No puedo creerlo, Hipo...
El castaño camino hacia su cabaña seguido por los ojos de la chica que no podía creerlo, hasta que Hipo se detuvo y la miro con una ceja arriba.
-Me importa una escama de Cellisca si me crees o no...
-Pero los Cellisca no tienen escam...
-Ahora ya lo sabes...
El chico se marchó sin decir nada, ahora Heather sabía que no quedaba nada más por hacer, Hipo nunca se comportó de tal manera cuando Astrid estaba con él, se veía que iba enserio y que en verdad le molestaba que insistiera, así que para no tener problemas dejará de presionarlo.
Lo siente por Astrid que ni siquiera pudo intentarlo, aunque sabe que no se detendrá tan fácilmente.
-Oh, Astrid en verdad lo siento...
Heather tiene que regresar a la isla Berserker con su hermano, pero no diría nada sobre la relación de Hipo ya que eso no le corresponde en lo más mínimo.

Como Entrenar a tu Dragon: El Séptimo JineteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora