-Tiempo después, comprendí que Neblina sacrificó lo que tenía por nosotros, entendí que mi vida debía dedicarla a cuidar de aquel huevo... Unos días después de mi decisión, vi como Patapez se llevaba el huevo y ahí comenzó todo...
-¿Porque lo dejaste solo en aquel risco? Sabías que era peligroso...
-Sólo fueron unos minutos, no pensé que jinetes llegarán hasta esa isla, siempre fuimos èl y yo...
Al ver la mirada tan triste de My, Hipo miro al frente y decidió cambiar el rumbo de la conversación para evitar más escenas deprimentes.
-Oye, ¿No te preocupa que Nubosa te cambie por Patapez?
-¿Que? Obvio no, confío ciegamente en ella, se que apenas es una cría inexperta pero ella misma sabía quien era sin haberme visto antes...
-A mi me hubiera encantado conocer a Chimuelo desde pequeño...
Chimuelo levanto las orejas e inclinó la cabeza un poco, Hipo solamente miraba al frente como si dejará volar su imaginación.
-Se que èl y yo somos tan unidos, no existe nada que no hiciera por èl... Pero aveces no puedo evitar preguntarme, ¿Como habrá sido su infancia?
Chimuelo ronroneo y se acerco a Hipo pegando su cabeza al cuerpo de su jinete quien lo abrazo con entusiasmo. My sonrió al verlos.
-Siempre estaré agradecido por haberte conocido amigo...
-Hipo, ¿Sabes que hay una manera de que Chimuelo deje de ser el único de su especie?
Ambos la miraron escépticos, Hipo sabía a lo que se refería pero no esperaba que lo propusiera.
Chimuelo la miraba con los ojos entrecerrados como si su desconfianza hubiera regresado.
-Yo tengo la hembra y tú el macho, ¿No crees que es buena idea?
-My, Chimuelo es un poco especial cuando se trata de otros dragones, puede aceptarlos pero nunca he visto que presente un especial interés por una hembra...
-Pero èl controla a Nubosa, ahorita que está pequeña...
-Lo hace porque está en contra de los problemas, es normal en èl...
Chimuelo asentía a todo lo que Hipo hablaba, My los miro y sonrió tierna.
-No hay problema, sólo decía...
Antes de que pudieran continuar con su conversación, está se interrumpe cuando Astrid llega volando con ellos. Todos la miran mientras ella mantiene la altura para mirarlos hacia abajo.
-Hipo, escuche un grito proveniente de la cabaña de Patapez, todo está oscuro...
-Oh no...
-¡Nubosa! Tiene que ser broma...
My se levantó y salió corriendo sin pensarlo dos veces, Hipo monto a Chimuelo y miro hacía donde Astrid, pero ella ya no estaba, así que siguió su camino.
-¡My espera!
My continuo corriendo desesperada, llegó hasta la cabaña de Patapez y entro, viéndolo, gracias a la poca luz de la luna, tropezar con todo y parecía buscar algo. Chimuelo llego segundos después y ambos entraron a la cabaña.
-¡¿Patapez, donde está Nubosa?!
-Está ahí, se ve muy mal y no se mueve para nada...
La chica corrió hacia donde la cría y la tomo entre sus brazos, efectivamente, Nubosa se veía mal como si fuera a morir.
-Nubosa, tranquila... ¡Necesito fuego!
-Chimuelo...
Chimuelo disparó a la chimenea apagada y todo se llenó de luz inmediatamente. My corrió y tomo una manta con la que envolvió a la cría y se sentó junto al fuego abrazandola.
-Vas a estar bien, vas a estar bien... Todo estará bien...
-My...
Hipo no pudo evitar angustiarse al ver la desesperación de My que parecía querer hacer que entrará en calor. Nada se escuchó después, los chicos las miraban en silencio, como esperando un mejor momento para hablar.
-Lo siento My, no podía encender la chimenea y ella reaccionó así...
-¿Donde está Albondiga, Patapez?
-No lo se, me imagino que fue a hacer algo pero no ha de tardar en llegar...
My no contestaba nada a lo que ellos hablaban, seguía murmurando cosas en voz baja a la misma vez que daba calor a la pequeña, Patapez sintio feo al ser ignorado por ella, sabía que había arruinado todo. Hipo se acerco a èl y le dio unas palmadas reconfortantes en la espalda.
Pocos minutos después de tanta angustia y desesperación, Nubosa comenzó a moverse y a regresar a ser la de antes; My la soltó mirándola correr por todos lados y juguetear con Chimuelo.
-Menos mal...
-¿Que fue eso, My?
-Verás Hipo, la manera de incubación de un Cellisca es exageradamente delicada, pues cuando el dragón nace puede que sea de sangre fría o caliente...
-Entonces está chica es de sangre fría, por lo que si se enfría lo suficiente morirá...
-My no sabes cuanto lo siento, juro que no lo hice aproposito...
-Tranquilo Patapez, no era posible que lo supieras, vamos, ni siquiera yo lo sabía...
My se acercó a èl mostrando compasión y una sonrisa amigable, Hipo miraba como Nubosa jugaba con Chimuelo cerca de la puerta.
-¿Será así por siempre?
-¿Eh?
My miro al castaño con sorpresa, Hipo la miro con algo de seriedad a lo que la chica acaricio su propio brazo con su mano y miro al suelo con tristeza.
-Me temo que si...
-No creo que sea así My...
-¿A que te refieres, Patapez?
-Puede que pase como cualquier cría, ahora que está pequeña no tiene suficiente, en su caso, plumaje aislante que le ayude a mantener la temperatura, por lo que esto puede ser meramente temporal...
-Patapez...
My sonrió alegre y abrazo al chico con emoción mientras le felicitaba por aquella brillante observación que no se le hubiera podido ocurrir a ella. Hipo volvió a sentir esa incomodidad en el pecho que le molestaba y lo hacia sentir extraño, suspiro y camino a la salida. My lo miró y en ese momento vio entrar a Albondiga que se veía feliz a la misma vez que se acercaba a My y ella la acariciaba.
-Hola nena, bueno Patapez, que disfrutes las plumas, nos veremos mañana, adiós nena...
La chica se despidió de Albondiga, cargó a Nubosa y fue tras Hipo quien ya caminaba a su cabaña seguido por Chimuelo.
Cuando lo alcanzó, caminó a su lado mirando su extraña cara llena de seriedad.
-¿Todo bien, Hipo?
-No, estoy algo cansado y tenemos que dormir ahora, ¿Cierto amigo?
-Grrr :3
-Ya veo, ¿Puedo pedirte un favor?
-Sabes que si, ¿Que sucede?
-¿Nubosa puede dormir con ustedes? Como yo no tengo una cabaña y viendo lo delicada que es al cambio de temperatura, no quiero arriesgarme a nada...
-Esta bien, creo que a Chimuelo no le molestara...
Chimuelo corrió a la cabaña una vez la vio y entro felizmente; My soltó a Nubosa que inmediatamente corrió hacia donde Chimuelo, entrando a la cabaña en donde el Furia Nocturna ya había encendido la chimenea para calentarse.
Los chicos caminaron lo poco que quedaba para detenerse una vez llegaron a la cabaña.
-¿Irás a los establos?
-Sabes que ahí es a donde pertenezco...
-Me gustaría que te quedarás...
-Hipo, es muy pronto para dar ese paso, ¿No lo crees?
-Oye, yo lo digo para que estés más cómoda, no necesariamente tiene que pasar algo entre nosotros...
-Aunque suene extraño, estoy bien en los establos, tengo compañía...
My río recordando a los dragones que siempre se acunan con ella, Hipo suspiro y sonrió, una sonrisa que duró poco y que regresó a ser una simple mirada sería.
-¿Pasa algo?
-Nada... Es el cansancio...
-Oh, entonces deberías entrar ya, se hace tarde, nos veremos mañana, ¿Si?
My camino hacia los establos pero no pudo avanzar más ya que Hipo la detuvo tomando su mano. La chica lo miro sorprendida y cuando el castaño se percató de lo que hizo, la soltó apenado.
-Y-yo lo siento, no quise...
-Descuida, hubieras continuado...
Tras el sonrojo de Hipo, My sonrió y se marchó nuevamente, el castaño no le quito la mirada de encima hasta perderla a la distancia, sonrió y entro a la cabaña en donde los dragones ya estaban acomodados. Chimuelo dormía en su roca y Nubosa entre el cuerpo y la cola de Chimuelo.
-Descansen chicos...
Hipo tomo una manta y arropo a Nubosa, ya que apagaria la chimenea y esperaba que la manta junto con el calor de su dragón le ayudarán a sobrevivir a la fria noche.
Al llegar a la cabaña, My se sorprendió al ver a los demás aún despiertos, al parecer estaban dandole mimos a sus dragones.
-¿No deberían estar dormidos?
Las miradas de todos se enfocaron en ella rápidamente, Colmillo, Eructo y Guacara corrieron hacia ella, acariciandola con sus hocicos muy delicadamente. La única que quedó en su sitio fue Tormenta que sin pensarlo dos veces entró a su jaula donde dormiria.
-Chicos, chicos jajaja...
My intentaba calmarlos ya que sus mimos le hacían cosquillas pero los dragones no se detenían de lo emocionados que estaban.
-¡Colmillo! ¡¿Quieres comportarte por favor?! Que vergüenza...
-¡Eructo, Guacara! Vayan a dormir de una vez...
Los respectivos jinetes se acercaron a ellos a lo que finalmente los dragones cedieron y caminaron hacia sus jaulas, Colmillo tiro el casco de Patán con su cola antes de alejarse lo suficiente. Patán coloco su casco nuevamente y miro a My al mismo tiempo que los gemelos.
-¿Que haces aquí, My?
-Si, ¿No ibas a dormir con Hipo?
Bruthilda golpeó la cabeza de Brutacio y lo acerco a ella jalando su oreja para susurrar:
-¿Quieres callarte? No comentes nada de esto frente a Astrid o te cortará la cabeza con su hacha...
-Tienes razón, la relación secreta de Hipo con la nueva tiene que seguir siendo secreta...
-Exacto, sólo nosotros sabemos lo secreta que es...
-Oh si, tan secreta que sólo nosotros podemos guardar el secreto de su relación secreta para que siga siendo secreta...
-Yo no lo habría dicho mejor hermano...
Ambos chocaron sus cabezas a manera de celebración y continuaron susurrando, algo que a My no se le hizo extraño y mejor paso a contestar la pregunta inicial de Patán.
-Sabes que aquí es donde duermo...
-¿Que? ¿Hipo no te ha ofrecido su cabaña? Que desconciderado, pero no te preocupes, aquí está Patán que con gusto te ofrecerá su cabaña, si la quieres compartir...
-Tranquilo Patán, no es eso, sólo estaré aquí por siete lunas, creo que puedo soportar dormir aquí...
-Según lo que dijo Hipo, es que tú y tu dragón se quedarán con nosotros, al parecer por siempre...
-Lo se, pero Hipo olvido el trato que hicimos, así que cuando ese día llegue, nos iremos...
-Mmm... Que mal, para mi será un placer marcharme contigo y formar una nueva tribu...
-¿Eh? Si, jeje, gracias pero no tienes que pensar tanto Patán, iré a dormir...
-Como digas, pero que sepas que mi oferta sigue en pie...
Patán se marchó sonriendo de una manera pícara, a lo que My suspiro y miro a los gemelos que seguían en lo suyo.
-Descansen chicos...
-Igual...
-Que no te devoren las chinches...
-Así que, ¿Todavía estas aquí?
La chica miro al frente topandose con Astrid que la miraba mal, tenía los brazos cruzados y una pose retadora amenazante. My la miro sin interés y levantó una ceja para cruzar los brazos igual.
-¿Hasta cuando piensas seguir con esto, Astrid?
-Hasta que vuelvas al lugar de donde saliste...
-Si aja, ¿Puedo saber porque me odias tanto?
-No es coincidencia que los Cazadores de Dragónes nos atacaran a unos días de que llegarás, habían estado tranquilos y de la nada...
-¿Me culpas de lo que pasó aquel día? ¿Es enserio?
-Eso y que cuando llegaste no dudaste en atacarnos, creo que es suficiente para poder desconfiar de ti...
-¿Y que querías que hiciera? ¿Llegar y presentarme? Te recuerdo que tú hubieras hecho lo mismo...
-No estamos hablando de mi...
-Cierto, se me olvidaba, aunque descuida dentro de siete lunas recuperaras tu paz, tu espacio y a Hipo... Me iré de aquí...
Astrid se sorprendió y la miro caminar hacia la jaula donde siempre dormía, en donde tomó asiento en el frío suelo.
-Aunque te vayas, se que volverás con los Cazadores, ¿Que información piensas decirles sobre nosotros?
-La única que es importante para mi, que he conocido a alguien espectacular...
-¡¿Admites que en realidad perteneces a ellos?!
-Lo está admitiendo...
-Tenemos a una cazadora jinete entre nosotros...
-Una especie única que es sólo nuestra...
-No hay nada mejor...
Astrid se molesto y miro a los gemelos quienes sonrieron nerviosos, retrocedieron lentamente con ambas manos a la altura de sus pechos y salieron de ahí, corriendo a su cabaña. La rubia volvió a mirar a My que reía en voz baja.
-Ya verás cuando Hipo se entere de lo que tramas...
-Astrid, Astrid, Astrid, por difícil que se te haga creerlo, no tengo nada que ver con los Cazadores...
-No te esfuerces, se que mientes...
-¿Entonces porque no me matas aquí y ahora? Es mucho más fácil para ti librarte de mi ya...
-...
Al ver su indecisión, My se levantó acercándose a ella lo suficiente para susurrar a su oído.
-Puedo sorprenderte más de lo que imaginas...
Astrid retrocedió y la alejó al mismo tiempo, su mirada molesta y la sonrisa de My hacían la escena perfecta entre enemigos naturales con odio mortal.
Finalmente Astrid camino pero My la detuvo tomandola del brazo y regresandola.
-No he terminado...
-Yo si...
La rubia se zafó de su agarre y camino apresuradamente hacia su cabaña. My la miro desaparecer, suspiro agotada y volvió a entrar a su jaula, para quedar dormida al poco tiempo.
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Como Entrenar a tu Dragon: El Séptimo Jinete
FanfictionLos Dragones nuevos son algo que emocionan a los Jinetes de Dragones, para ser más exactos, a Hipo y sus amigos. Aunque saben que descubrir especies nuevas trae problemas, NUNCA le darán la espalda a un Dragón por muy malvado que este sea. Esta hi...