Capítulo #09 "Corazón de Jinete Confundido"

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Una vez My se quedó dormida y ya habiendo caído la noche.
Hipo se levantó con sumo cuidado y salió rumbo a la cabaña de Astrid, siendo seguido por Chimuelo que no quería quedarse sólo en casa.
-En silencio amigo, con cuidado...
Ambos caminaban tratando de hacer el menor ruido posible. Al llegar a la cabaña de Astrid, el castaño llamo a la puerta, pero nadie abrió, tampoco se escuchaban sonidos ni nada por el estilo. Chimuelo miraba hacia el cielo por la parte del techo mientras levantaba las orejas.
-Creo que se ha dormido, lo mejor será volver mañana...
Chimuelo tomó a Hipo con sus patas y planeo un poco hacia el techo, en donde estaban Astrid y Tormenta mirando al océano.
-Astrid...
-Hipo, ¿Que haces aquí?
La chica rubia se puso de pie mientras Chimuelo corría hacia Tormenta y jugueteaban un poco, Hipo se acerco a ella.
-Me dijeron que fuiste a buscarme, ¿Paso algo?
-No, puedes olvidarte de eso...
Astrid volvió a sentarse para continuar haciendo lo que hacía antes de que llegarán ellos.
Chimuelo y Tormenta bajaron del techo para corretear por los alrededores de la cabaña.
-Oye, no es necesario que intentes ocultarlo, sabes que te conozco...
-...
Hipo se sentó a un lado de ella y miro el océano. Astrid abrazo sus rodillas y su mirada se relajó.
-Quería verte...
-¿Eh?
-Patán me dijo que habías vuelto y sólo quería verte... Por un segundo me olvide de que ella seguía estando aquí... 
-Astrid, no tienes porque odiarla...
Astrid lo tomo de la mano y acerco su rostro al de èl, al verla venir Hipo desvío la mirada y se puso de pie con las manos en la cintura mientras miraba a la nada con inquietud.
-¡¿Lo vez?! ¡¿Como no voy a odiarla?! Si vino a separarnos...
-¿Pero de que hablas?
-Sabes bien de que hablo...
Hipo llamó a Chimuelo y camino un poco a la orilla del techo esperando a que llegará el dragón, Astrid se puso de pie y lo miro con tristeza algo que sorprendió al chico.
-¿Desde cuando te dan miedo mis besos?
-No es eso...
-¿Te has enamorado de ella?
-...
-¡Por favor contesta!
-¡No lo se, entendido! No lo se...
-Como no vas a saberlo...
Chimuelo llego con su jinete e Hipo lo montó pero no despegaron, el castaño simplemente miraba a la nada una vez más.
-Lo siento Astrid, no quiero herirte...
Dicho eso, ambos se fueron dejando a una chica mirandolos con varias lágrimas en el rostro.
Hipo volaba un poco distraído, pensaba en todo lo que había pasado con Astrid que no se dio cuenta que eran perseguidos.
-¡Hipo!
Al escucha como lo llamaban, Chimuelo se detuvo en el aire y miraron como Patapez y Albondiga se acercaban, parecían tener bastante prisa.
-¿Que ocurre, Patapez?
-Solo quería saber sobre el estado de My, ¿Esta bien?
-Si, si, ¿Como sabes su nombre?
-Nos lo dijo primero a nosotros, ¿Cierto, nena? Ella dijo que si tú no confiabas en ella, que no habría razones para decirte su nombre...
Mientras charlaban, iban bajando la altura hasta que finalmente llegaron al suelo, en donde también bajaron de los dragones.
-Ya veo...
-Aunque...
-¿Que sucede?
-Si ya lo sabes, debe ser porque ella vio un cambio en ti que le agradó lo suficiente...
-Solo he sido amable y ya...
-Jajaja ¿Te creyó tal cosa?
-No, no lo hizo, ella... Espera, espera, ¿Porque debería creerme? Sólo le dije la verdad...
-Lo que tu digas amigo...
Patapez sonrió de una manera pícara mientras empujaba un poco a Hipo con su codo y le guiñaba. Hipo puso cara de pocos amigos y acaricio la cabeza de Chimuelo que esperaba a su lado pacientemente.
-¿Es todo lo que querías saber?
-No, eso no es todo... Siguenos, hay algo que tienes que ver...
Patapez subió a Albondiga y volaron, Hipo levantó una ceja debido al misterio que los envolvía, subió a su Dragón y los siguieron. Tras volar un par de minutos, el castaño se sorprendió al ver a donde se dirigían.
-¿Tu cabaña, Patapez?
-Exactamente...
Ambos aterrizaron, bajaron de los dragones una vez más y entraron a la cabaña, dejando a los dragones fuera a que descansarán un poco por el esfuerzo.
Patapez guió a Hipo hasta el centro de la cabaña en donde había una mesa y encima de está, había un montón de mantas enredadas entre si.
-¿Esto es lo que querías mostrarme?
-Adelante...
El castaño se acerco un poco más a la mesa, extendió con lentitud su mano hacía las mantas e intento ver que estaban ocultando; Llevándose la sorpresa de que se trataba del Huevo que habían encontrado y de que tenía una pequeña apertura en un costado que podría expandirse.
-Oh no, ¡¿Que le ocurrió?! ¡Tenemos que hacer algo o si no  podría...!
-Tranquilo Hipo, ya lo analice...
-¡¿Ya?! ¡¿Y que pasó?! ¡¿Que tiene?! ¡¿Esta bien?!
-Si, esta en proceso de eclosión...
Hipo lo miro sorprendido y después miro al Huevo, acaricio un poco al Huevo llevándose la sorpresa de que se movía por lo que retrocedió por la impresión.
-Hipo, este amigo ya está naciendo y aún no hemos decidido que hacer con èl...
Decía Patapez que camino hacia el Huevo y lo volvió a cubrir con las mantas viendo que reaccionaba de la misma manera si se le tocaba.
-¿Que haremos? ¿Se lo entregaras a su dueña?
-¡Hey! Te recuerdo que no sabemos quién es el dueño o si sus padres aún viven...
-Oh por Thor, aquí el único que no lo sabé eres tú...
-Si te refieres a My, ella llegó justo antes de que los cazadores nos atacaran...
-¡¿Ahora desconfias?! Te recuerdo que si ella aceptó estar aquí era porque quería recuperar a su Dragón no nacido y tú le dijiste...
-¡Ya se lo que le dije! Y no es que desconfíe... Y es cierto que hasta ahora ha sido buena persona con todos... Pero aún así...
-¿Aún así que? Por favor Hipo, parece que buscas excusas para que no se vaya...
Hipo se quedó en silencio mirando al suelo para ocultar sus sorpresivos ojos de la vista de Patapez, que lo miraba serio y quería una respuesta. El castaño camino hasta una silla y se sentó, continuaba mirando al suelo y recargaba su frente en una mano. Patapez se sentó en otra silla.
-¿Te parece que buscó excusas para retenerla aquí?
-Sinceramente si y no entiendo porque lo haces...
-Patapez... Tengo que decirte lo que ocurrió mientras estuvimos en Berk, pero no puedes contarlo a nadie, ¿Entendido?
Patapez asintió y lo miro nervioso, después de suspirar y tomar aire, Hipo comenzó a contarle lo mismo que su padre le había dicho sobre My. El hecho de que era su prometida y de que fue criada por una tribu de cazadores, fue todo lo que dijo. Al terminar, Patapez estaba más que sorprendido y no lo podía creer.
-¡¿Prometida?! Tienes que estar bromeando...
-Sshh, Patapez baja la voz y no... No estoy bromeando, estamos hablando de algo que ocurrió mucho antes de que tuviera memoria, era sólo un bebé, ¿Como podría inventar algo así?
-¡Wow! Es más que extraño pero a la vez increíble, pensar que después de tantos años se fueron a encontrar aquí...
-Esta bien Patapez, ya no lo menciones...
-Ahora todo está más que claro, no quieres que se vaya debido a que está noticia despertó sentimientos encontrados en ti, ¿Cierto? Y ahora sientes esa necesidad de cumplir el compromiso, heredar Berk y tener mucha...
-Alto, alto, alto, Patapez hablas como si esos fueran tus sueños jajaja...
-Sabes que no es así, mi corazón ya tiene dueña...
-Heather, deberías mandarle un correo de Terror diciendo que nos visite pronto...
-No sería mala idea, aunque con eso de que está reconstruyendo la tribu Belserker con Dagur, no se si tenga tiempo...
-Ya verás que si...
Hipo sonrió y se levantó, fue imitado por Patapez que también se había puesto de pie.
-Bueno, será mejor que nos vayamos a dormir, no me gusta que Chimuelo descanse a medias noches...
-Hipo, antes de irte... Creo que te conviene ir mencionando lo del Huevo a My, no sería correcto adueñarnos por la fuerza de algo que no nos pertenece, al final eso no nos hará diferentes de los cazadores de dragones...
-Entiendo... Descansa Patapez...
-También quería ver si podía tener el Ojo del Dragón mañana, quiero continuar investigando algunas cosas extra...
-Claro, ven por el en la mañana...
Finalmente se despidieron, Hipo montó a Chimuelo quien ya volaba algo cansado y no podía evitar cabecear de vez en cuando. Para su suerte, su cabaña no quedaba tan lejos por lo que entraron.
-Lo siento amigo, ve a dormir...
Chimuelo avanzó lentamente a su roca y cayó dormido, mientras tanto Hipo miraba a My quien dormía apasiblemente, fue por una manta y la extendió sobre el delgado cuerpo de la chica.
Al ver su lindo rostro durmiente, el castaño se acerco con lentitud a sus labios pero antes de poder tocarlos, la chica se movió e Hipo llevo una mano a su pecho, aquel acto involuntario le recordó a lo que recién le había hecho a Astrid, juró haber sentido lo que ella sintió por el rechazo.
-¿Que voy a hacer?
Susurró Hipo quién caminaba a su cama, sintiéndose confuso.

Como Entrenar a tu Dragon: El Séptimo JineteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora