Moriría de hipotermia.
No podía dejar de temblar, mis dientes titilaban sin control al igual que mis manos no parar de moverse. Sin embargo, ante todo pronóstico y por raro que llegara a parecer prefería el clima frio aunque no tenía sentido ya estábamos en una ciudad con altas temperaturas.
El señor White trataba de hacer una fogata tipo Boy scout, sí, con dos palitos, tenía la pequeña esperanza de que lograría hacer fuego, eso esperanza fue tan pequeña que se esfumó cuando el viento sopló con fuerza llevándose aquella poca ilusión de sus ojos.
Repito: tener una hermana exploradora no tenía nada de ventajas en este preciso momento.
—Querido, ¿No es más fácil con un encendedor y un poco de gasolina? —sugirió la señora White tratando de no reírse frente a su esposo.
Fracasó en ello.
—Como gustes. —aceptó el señor White caminando hasta su auto.
Me reiría de la situación si no fuera porque mis dientes no dejaban de chocar entre ellos, si tan sólo tuviera una manta todo sería tan distinto. Me abrazaba a mí misma con fuerza.
Luego algo cayó en mis hombros.
Algo suavecito y calentito.
«Hada madrina ¿Eres tú? »
Llevé mi mano a mi hombro y sentí una tela cubriéndolo, miré mi hombro y una manta gris me cubría del frío clima.
Y sólo tenía sospechas de una persona.
Quizás era mejor que una hada madrina.
Oliver caminaba alejándose de mí, se sentó justo en frente, al lado de Loyce. La fogata prendió frente a todos, mi padre aplaudió tratando de darle un poco de ánimo a su amigo mientras que la señora White y mi madre preparaban brochetas con malvaviscos.
Sin embargo, ni los malvaviscos me interesaba mirar, mis ojos no se apartaban de Oliver, él sintió mi mirada y me observó guiñándome uno de sus profundos ojos, o así los veía yo.
¿Yo no veía los malvaviscos? Sí estaba mal.
Él me cubrió con la manta.
Ese gesto tan simple hizo que algo en mi pecho vibrara de nuevo. Le sonreí amablemente y aparté la mirada.
La ilusión volvía a sentirse tan real, tan cerca, lo único que pude hacer era sonreír y sentir su olor en la manta que me cubría.
Y fue agradable.
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Pequeña promesa © [#1]
Teen Fiction❝Mi corazón es tuyo, rómpelo, destrúyelo, no importa, porque seguirá siendo tuyo. ❞ TERMINADA. Primer libro de la saga Pequeños amores.