—Bien, ya estamos en casa. —informó mi madre aceptando gustosa la mano de mi padre quien la ayudaba a bajar del auto.
El viaje de regreso fue extrañamente tenso, Oliver estaba desde la mañana bastante raro, demasiado callado y retraído, no me habló, ni siquiera me miró, absolutamente nada, incluso le devolví su manta —aunque parezca estúpido creí que esa era la razón de su actitud—, pero simplemente balbuceó un «ajá» acompañado de un asentimiento cuando le agradecí por su gesto.
Comenzaba a molestarme y, he de decir, que estaba de muy, pero muy, buen humor, la causa tenía nombre, apellido, cabello negro, ojos azul oscuro y unos suaves y carnosos labios.
No me mal interpreten, siempre dije que había un motivo para no babear por Oliver White y aquel motivo era Logan Smtih. Claro que tener novio no significaba no poder apreciar la belleza de mi amigo de la infancia.
Fue la mejor sorpresa que me pudieron dar, digo ¿Quién no estaría feliz de ver a su novio, el cual pensaba que estaba en otro país?
Exacto, estaba dichosa de tenerlo de nuevo a mi lado, estaba llevando bien el hecho de que ya no estaba cerca, pero verlo de nuevo, en medio del bosque, fue magnifico.
Se me aceleró nuevamente el pulso como pasó al verlo horas atrás.
—Oye, Oliver ¿Quieres salir al rato? —preguntó mi hermana, le agradecí mentalmente por eso. Yo quería invitarlo, pero no era capaz de decirle algo por temor de ser ignoraba por milésima vez.
Ambas lo miramos expectantes.
Oliver estaba apoyado en la Van, con sus brazos cruzados y audífonos en sus oídos. Rodé los ojos, decidió a la mitad del camino que sería más fácil ignorarme con tapones en sus orejas.
Estuve a punto de quitárselos de forma grosera, sin embargo, me controlaba, mi consciencia y Emma me pedían que me mantuviera en calma.
¿Estaría en sus días? ¿Los chicos también tenían sus días de irritación? Matt decía que sí, Caleb y Dylan siempre lo negaban.
Sophie caminó hasta quedar enfrente de él, agitó su mano frente a su rostro, Oliver reaccionó retirando sus audífonos e hizo un gesto de confusión. Con la misma expresión él preguntó:
— ¿Qué decías? —dijo y su frente se arrugó un poco al verse desorientado.
—Decía...—Sophie inevitablemente rodó los ojos, fastidiada—. Que si quieres salir en la tarde. —repitió pausadamente.
Oliver hizo una mueca que no supe interpretar.
—Mmm...—me miró un momento y al instante le sonreí, pero su expresión seria y de disgusto no cambió—. Lo siento, no puedo, estaré ocupado. —retiró sus ojos de los míos y se encogió de hombros.
Eso me molestó un poco más, apreté los labios para no reprocharle lo tonto que era su comportamiento. ¿Dónde estaba el Oliver amable?
—Así que estarás ocupado —dudó mi hermana entrecerrando los ojos con desconfianza. No le creyó absolutamente nada. Yo tampoco—. ¿Cuáles son tus planes, Oliver? —cruzó sus brazos, con una mirada desafiante.
ESTÁS LEYENDO
Pequeña promesa © [#1]
Teen Fiction❝Mi corazón es tuyo, rómpelo, destrúyelo, no importa, porque seguirá siendo tuyo. ❞ TERMINADA. Primer libro de la saga Pequeños amores.