—Por favor, por favor, por favor, por favor...—suspiré evidentemente irritada. Matt llevaba persiguiéndome por más de veinte minutos y no pasaba de repetir—: ¿Sí, Nicky? Por favor, por favor, por favor, ¡¿Puedes, puedes, puedes?! —sus ojos me miraron de manera suplicante mientras me sacudía con ayudar de mi suéter rojo.
«Eso te pasa por querer ser cupido.»
No había necesidad de recordarme lo obvio, apenas y había logrado idear algo para la declaración de Caleb a Emma y ahora tenía a este chico de cabellos oscuros, de metro ochenta y voz irritante detrás de mi trasero desde que puse un pie en el instituto.
¡Feliz lunes a mí!
Sabía que pronto me pediría ayuda, pero no pensé que fuera tan rápido. El cumpleaños de Sophie era en un par de semanas y ni siquiera yo sabía que regalarle y debía —porque era un deber— ayudar a mi cuñado para que no arruinara el día especial de mi hermana o si no el mundo ardería y pobre de Matt si estaba cerca o volvía a pasar lo de su primera semana de novios.
«¿Cómo olvidar aquel capítulo de telenovela?»
Además de que, sabía perfectamente que el chico frente a mí tenía pensado ofrecer su cuerpo de regalo lo cual, y aunque a él le ofendido que le dijera, no era buena idea.
O bueno, no era algo que yo quería saber y seguramente algo que a mi padre no le agradaría que pasara.
En serio, pobre de Matt alias Marcos según mi dulce progenitor si Charlie Jones se enteraba.
—Ya, ya, ya —lo detuve, las miradas de la mayoría de chicos que pasaban para ir a su clase estaban sobre nosotros—. Te ayudaré, pero cierra el pico, Marcos. —cerré mi casillero encontrándome con un puchero exagerado por parte de él.
Él borró su gesto de compasión y una sonrisa gigantesca se apoderó de sus labios. Rodé los ojos ante su exageración, sin embargo, no hice ningún comentario, no estaba en lugar de hacerlo después de todo yo también lo hacía muy de vez en cuando.
Luego dio un brinco sobresaltándome, sus brazos me rodearon y, de pronto, ya no podía respirar con normalidad. Mis pies dejaron de tocar el suelo, un balbuceo se escapó de mis labios.
—No...res...pi...ro...—la voz en mi garganta sonaba dificultosa. Matt se percató y lentamente dejó de hacer presión en mi estómago—. ¡Animal! —exclamé tomando una respiración profunda, gloriosa para mis pulmones.
— ¡Gracias, gracias, gracias! —gritaba y agradecía para luego correr directo a su clase antes de que el timbre lo tomara por sorpresa.
Me sentí usada, pero no pude evitar negar con la cabeza divertida.
Yo sonreía mientras lo veía alejarse al tiempo que abrazó a Emma sorprendiéndola al igual que a mí, pero ella dio un chillido como reacción e intentó libertarse de los brazos del castaño, después Matt la soltó y siguió caminando mientras que ahora junto con Emma lo mirábamos con atención.
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Pequeña promesa © [#1]
Teen Fiction❝Mi corazón es tuyo, rómpelo, destrúyelo, no importa, porque seguirá siendo tuyo. ❞ TERMINADA. Primer libro de la saga Pequeños amores.