Capítulo 39

14.6K 1.5K 166
                                    

— ¿Quién es ese amigo ideal? —canté en un murmuro mientras trazaba líneas sin sentido en la libreta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Quién es ese amigo ideal? —canté en un murmuro mientras trazaba líneas sin sentido en la libreta. Mi cabeza estaba en otro mundo y no lograba acertar en alguna idea para crear un dibujo.

Sí, esto estaba muy mal.

«Bing bong. »

Sonreí para mis adentros, hace un par de horas vi la película Intensamente y ahora aquella canción se pegó en mi cabeza y creía que sería difícil sacarla de mi mente en los próximos días. Además de que esa parte me había parecido triste y había llorado un poco.

Desearía que alguien luchara por llevarme a la luna o podría volverme astronauta e ir yo sola.

Sí, me parecía mejor ser astronauta.

También, en cierta parte, me aliviaba bastante tener la mente llena de canciones de Disney, aquello me ayudaría a no pensar en cierta persona que últimamente no había salido de mi cabeza, más que eso, se aferraba como un ancla en mis pensamientos.

Y eso comenzaba a preocuparme o más que eso, me aterraba.

Pasé de estar encantada por el hecho de sentir tantas sensaciones por Oliver a temerles y era que, si lo pensaba mejor, habían muchos cosas en su contra: la actitud de Ann al saber que casi nos besamos y las palabras de Logan hace un par de días seguían presentes en mi cabeza y jugaban a quien ejercía más fuerza en mi cabeza y, colateralmente, en mi corazón.

Sin embargo, después llegaba ese pensamiento de no creer que Oliver fuera capaz de dañarme. Él jamás lo haría, estaba segura de eso, pero al segundo siguiente ¿Estaba verdaderamente segura de eso? Me preguntaba una y otra vez y no, no lograba confiarme de ello.

Como antes había dicho, dibujar era mi forma de pensar, de canalizar y controlar mis pensamientos, no obstante, no estaba funcionándome esta vez, mi colapso mental era mayor que el poder de dibujar tenía sobre mi personalidad.

Entonces mi precaria situación me llevaba a pensar lo siguiente:

¿Era esto lo que buscaba Logan al decir todo eso sobre Oliver?

Y, acto seguido, terminaba respondiéndome:

Sí, eso era exactamente lo que él quería y le estaba dando el gusto de hacerme dudar.

Necesitaba un respiro e ir a la playa un rato podría ayudar, ¿no? Después de todo por eso Los Ángeles era una gran ciudad.

«Eso es lo que creemos.»

Sin embargo, por más que intentara no pensar, el miedo a que pudiera estar mintiéndome, me hacía querer correr hasta su casa y obligarlo a decir que él no lo haría, que él nunca se atrevería a lastimarme, que mi corazón podía estar seguro en sus manos.

Pero volvíamos al punto de partida, algo me detenía aquí; en mi habitación mientras dibujaba. Tenía miedo, en partes iguales, de escuchar algo que no me gustaría.

Pequeña promesa © [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora