¿No te pasa que hay noches que intentas dormir pero mil cosas te vienen a la cabeza? TODAS a la vez.
Buena, esta noche es una de esas.
No sólo porque la aparición de Shain me ha dejado absorto y porque cada una de sus palabras ha quedado resonando en mi cabeza sino porque hay algo en él que me hace volver a mi pasado.
Sabe lo que ocurrió.
Sabe lo que hice. Por qué me expulsaron del instituto y por qué mis padres me sacaron de la ciudad.
Apenas consigo pegar los párpados y llegan las pesadillas.
Miradas desafiantes y enfurecidas me miran, puños se alzan y estallan contra mi rostro...para concluir en un despertar angustiado, paralizado por el miedo.
Me siento vacío, herido, traicionado por mis propios pensamientos. ¿Y si haberme acercado a Shain fuere un error? ¿Su sexualidad abiertamente asumida es tema público en la escuela? ¿Qué clase de reputación es la que piensa hacerse este año?
Me levanto; voy hasta el cuarto de baño de mi habitación y me mojo la cara, trago saliva y me miro al espejo tratando de encontrar al verdadero Jeremiah Blake que irradiaba felicidad hace unas horas... pero la alegría tiene su punto final, al parecer. Ahora me encuentro con un Jeremiah desolado y triste. Tan solo ese muchacho al que todos llaman por su diminutivo, «Jimmy» y en realidad no tienen idea de quién soy.
Vuelvo a la cama con un terrible nudo en la garganta y pego la cabeza a la almohada. En cuanto cierro los ojos, aparece una rosa llena de púas verdes que se expanden y forman un peligroso campo de espinas a mi alrededor. Luego éstas se masifican entre ellas formando una persona.
No es Shain pero lo conozco: Sus ojos verdes, los hombros anchos, el cabello ondulado. Su chaqueta de fútbol.
Se hace crujir los huesos de las manos y clava sus ojos verdes en los míos, muertos de miedo. Levanta su brazo y recibo de lleno el puño; aunque cuando está a milímetros de mi rostro, despierto.
Pero aún así, he recibido el golpe.
Despierto y descubre que me sangra la nariz... con el piso frente a mí.
Me he caído de la cama y dado un porrazo contra el suelo.
—No tengo idea sobre cómo se viste alguien que asiste al Baile de Bienvenida del instituto—digo al momento que llego con la bandeja de mi almuerzo a la ultima mesa lateral de la cafetería. Jena está conmigo y piensa un poco.
—Puede que una camisa, unos vaqueros presentables y tus zapatos más informales—opina mientras tomamos asiento.
Tras nosotros vienen Meredith y Britt con sus bandejas, cuchicheando acerca de la ropa que se pondrán el equipo de animadoras. Hay quienes cotillean que irán todas iguales, excepto la capitana del grupo; otros por el contrario dicen que este año lo harán muy diferente y planearán algo muy distintivo cada una sin el consejo de la otra con el fin de obtener un resultado que realmente las sorprenda hasta a ellas mismas.
Y a mi no me importa en absoluto. Sólo estoy seguro de que a Britt se le verá bien cualquier ropa que se ponga y Meredith escogerá perfectamente su vestido, este año. Algo me dice que tiene muy buen gusto y unos ojos bastante observadores.
Lo he decidido: Quiero que Meredith me acompañe a elegir mi ropa para el baile del viernes.
—¿Qué opinan, ustedes?—les pregunto a la rubia y a la chica de piel oscura en cuanto se sientan con Jena y conmigo.
—¿Sobre qué, gatito?—me pregunta Britt y me quedo pasmado al escucharla. Jena rompe en carcajadas.
—¡Hey, no me llames así!—le digo entre risueño y ofendido. ¿Acaso Brittany Montoya ha intentado hacer una broma? Lo corroboro, todos la observamos esperando que también rompa en carcajadas pero no lo hace.
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Los Colores de Jimmy
Teen FictionSólo hay dos clases de personas en el mundo: ☝Las que deben salir del armario. ✌Las que no. Y no encajo en ninguna de ellas.