C U A R E N T A Y O C H O

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Estoy en mi viejo sueño. Y recuerdo que en algún momento fui feliz; en ese tren viene el ser oscuro que me quería y buscaba algo de mí.

 Y recuerdo que en algún momento fui feliz; en ese tren viene el ser oscuro que me quería y buscaba algo de mí

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Casualmente es de pelo azul, apuesto y de ojos negros, no gótico en su entereza como lo soñaba. Pues es maligno, verdad, un ser malvado. Miro hacia atrás y he dejado lo que quedaba de mi vida. El sujeto apuesto vuelve a ser alguien detestable que sabe de mi herida.

Me la descubre y quita el torniquete.

Vuelve a sangrar... ¡Y no le he dicho a mi madre que estoy sangrando! Que la herida duele y me voy a morir...

—¿Seguro que no lo sabía? —me pregunta el sujeto.

Y curiosamente, éste lleva mi voz.

—¿Qué dices? —le pregunto lleno de indignación.

—Lo que oyes. ¿Crees que tu madre no sabía lo de tu herida? Pues sí, tu abuela también, tus amigos, todos lo saben. Sin embargo te dejaron sangrar porque prefirieron ignorar lo que te hacía daño.

Al principio intento negarle todo, pero luego me permito reflexionarlo y sí...todo logra encajar si se lo ve de ese modo.

Mis abuelos sabían que me lo estaba pasando mal. Mis padres también y me echaron. Mis amigas también pero no se interpusieron.

—¿Cómo lo sabes? —le pregunto.

—Porque tú lo sabes.

—Explícate.

—Mírate—me impone.

Y luego lo observo a él. Se ha convertido en mí, pero tiene un aura oscura que me aterroriza.

Lo observo mejor y...

No es oscura.

Es clara. Este chico da luz, aunque siempre lo he observado como alguien malvado.

—¿Qué quieres? —le pregunto rompiendo en un repentino llanto al darme cuenta de quién es esta...cosa que tengo enfrente.

—Hacerte un favor Jimmy.

—¿Qué cosa?

—Sé que de chico jamás te enseñaron a dar un abrazo.

Oh, no, eso es algo demasiado privado y personal. ¿Cómo se permite decirme algo así? Pues... se supone que él es yo...

Y estoy en el tren.

Observo mi herida: sigue sangrando.

—¿Me curarás esto? —le pregunto con la voz quebrada.

—Algo mucho mejor.

Y me abraza.

Ese ser oscuro y lumínico se funde conmigo, yo en mí. Me encuentro a mí mismo y sé que ese tren no es signo de algo macabro sino la transición hacia mi muerte.

Y el intermediario resultó ser un abrazo.

Que sanó la más tortuosa de las heridas.

Que sanó la más tortuosa de las heridas

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#LosColoresDeJimmy

ÚLTIMO CAPÍTULO: MAÑANA

Preparen los pañuelos...

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