Los días siguientes en el instituto son los mejores de mi vida y me avergüenza contárselo a Shain. Sobre todo porque la madre de Steve suele asistir a Donuts y no sería buena idea traerle problemas...
Otro dato genial es que Steve me saluda, Francis no está, Britt sabe todo de mí y nadie me molesta.
Siempre creí que ser un excluido ofrece una perspectiva única de poder ver las cosas, sin embargo, cuando tus colores pasan del transparente a otros matices, hay que tomar partido y asumir ser un jugador. Hay que hacerse responsable de que uno quiera empezar a dejar atrás el margen tentador.
Hay un único inconveniente: Miranda. Siempre tan desagradable. Intento de que esto no tenga mucha relevancia en lo que se torna a mi placentera existencia. Que se vaya al carajo ella y toda su fanfarronada por querer ser protagonista de una peli invisible.
Me apena un poco no haberme venido a vivir antes a este lugar.
Me pondrá fatal tener que graduarme pero llegará ese momento algún bendito día.
Ha pasado una semana desde mi primer beso con Steve.
Mi vida sigue su curso de tomar color y despegarme un poquito del cómodo margen en el que estuve tanto tiempo petrificado.
No obstante, debo destacar que cada vez se pone más desagradable tener que compartir a Steve con Miranda. Ella lo besa frente a todos y yo debo guardarme esto para cuando estamos solos o bien, me invita a dormir a su casa y es así como podemos dormir entre abrazos, besos y miembros empalmados.
Pero algo fantástico llega un día en que Steve me detiene a la salida del instituto y me aparta para ir hasta el final de un pasillo.
Me he seguido hablando con Shain pero ya no le paso tanta importancia como antes y me siento un poco culpable. Volveré a Donuts. Espero algún día llevar a Steve. En cierta ocasión le pregunté si conoce ese lugar y aismiló que su madre suele ir es amiga de una "cosa travesti". No me gustó el modo en que llamó a Daliah, es evidente que no la conoce pero luego tendremos tiempo de debatir ese asunto.
—Jimmy, este fin de semana mamá se irá con su novio de viaje y tendré la casa para mí solo—anuncia Steve en un mensaje por whatsapp—. Quiero decir que tendré la casa para los dos.
Salto de la silla de mi escritorio al escuchar su propuesta.
Demonios, me lo está pidiendo a mí y no a Miranda. Soy el ser más feliz sobre la Tierra.
Steve detecta mi inquietud y advierte:
—Miranda no es problema. Ella se irá a la playa con un par de amigas a pasar el fin de semana. Me preguntó si me molestaría y en absoluto, por mí que se vaya por un mes—admite y ambos reímos.
Diablos, esto es la gloria.
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Los Colores de Jimmy
Teen FictionSólo hay dos clases de personas en el mundo: ☝Las que deben salir del armario. ✌Las que no. Y no encajo en ninguna de ellas.