No existe la persona que más pueda amarte en el mundo.
No existe quien sepa estar para ti por completo. Sólo podemos estar y punto. Soportar el lazo con los otros puede ser desastroso.
Sobre todo cuando vives marginado, observando desde una perspectiva única el mundo pasar a tu alrededor.
No sabes amar, no sabes odiar, no sabes divertirte con los demás.
Hasta que un día...un buen día en un buen momento, alguien hace consistir ese margen que te tiene atrapado y lo hace vibrar. Se tambalea tu mundo, hay algo que se sacude en tu interior.
Y hace que el margen ya no sea un lugar seguro.
Debes salir.
Debes aprender a encontrar tu lugar seguro en el mundo.
Debes aprender a soportar a los demás.
Todos tenemos un modo de hacernos excluir. Todos tenemos un modo de quedar por fuera... Luchar contra eso es el desafío.
Tiempo atrás, sólo conocía dos clases de personas: las que deciden dejar atrás su marginación exclusiva y las que no.
Y nunca encajé en ninguna de esas categorías...Te sorprendería saber que estoy intentando hacer algo nuevo con mi vida.
Porque todo el tiempo tenemos que salir del armario. No por nuestra sexualidad sino por lo que somos, porque todos tenemos esa historia que nos lastima y a veces el dolor es un lugar demasiado cómodo; simplemente no sabemos hacer otra cosa. No sabemos vivir de otra manera que no sea sufriendo.
En todos existe esa pequeña y estúpida diferencia que nos avergüenza, una diferencia metida en el armario.
Pero si intentas hacer algo bueno de ese rasgo que te distingue, te das cuenta que la exclusión ya no es un lugar seguro: sales al mundo y no sabes relacionarte con los demás. Haces estupideces. Cometes errores. Y está bien, somos humanos. Debemos ensayar el modo de vivir con los demás.
Hasta que todo pasa y te das cuenta que no era tan grave como creías.
Ni de cerca es tan grave.
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—¿Y estas bellezas?
Under Pressure suena en los parlantes de Donuts. La voz de Bowie y Freddy Mercury es alucinante, siempre amé esa combinación.
Shain me recibe con un abrazo y un beso en la mejilla.
Daliah toma de las manos a Britt y la rubia sonríe. Luego Daliah hace una reverencia frente a Fray.
—Que yo sepa—murmura—, la elección de Rey y Reina de la Primavera no es hasta el próximo año.
—Lo sé—digo enfundando mis manos en la chaqueta de jean—. He traído unos amigos.
