Fire

capitulo 11

Así que Sombras pensaba destronar a mi madre y someter a todo Eldim,suena genial.

Ahora lo primero que teníamos que hacer , era visitar a mi madre,  todos juntos. Habíamos decidido que teníamos que pararle los pies a ese sádico de poder y necesitábamos ayuda de todos los elementos,  si ellos accedían a la salvación de su dimensión, pienso que nos ayudarán. Luego tendremos que encontrar a Sombras y luchar contra él y todos los seguidores que ha conseguido. Y por último,  tendremos que devolverlo a Darkness , puesto que las cortes y las Damas son inmortales y no podían morir. Suena fácil de hacer, verdad?

Más o menos , sabíamos donde iba a buscar Sombras seguidores, en los elementos que no se llevaran tan bien con Fuego. Por ejemplo, sabíamos que tendría seguidores de descendientes de Noche, maldito imbécil.  Lo más probable esque también consiguiera que algunos Hielo muy resentidos con Fuego y  seguro que tendría algunos seguidores de  Vegetación.  Pero eso no significaba que todos los descendientes de esos tres que he nombrado vayan en contra de Fuego,no. Casi todos se llevan bien, lo que pasa , esque son los lugares en que pensamos que es lo más probable que vaya a encontrar a alguien en contra de Fuego.

Yo me sentía bastante cansada por el viaje a la corte de Tiempo. Entre los dos remolinos que había hecho en todo el día y el muro de fuego que había impedido que Noche capturara a Amaia me habían dejado agotada. Según Paula (esa mujer me caía genial) era porque aún no había tenido entrenamientos sobre mis poderes, que cuando entrenara, sería capaz de invocar más fuego sin cansarme tanto. Pero al día siguiente visitariamos la corte de Fuego, donde se reunirían todos los Elementos, y yo necesitaba descansar. Eran las siete de la tarde aún , pero yo me había ido a la habitación. Ashley y Agnes se habían ido con Will a nosedonde  y Matt se había ido con Carol hace un rato para que curaran la muñeca llena de arañazos a Amaia. Pobreta. Me sentía culpable por lo que había pasado en la corte de Tiempo.

Cerré los ojos,intentando descansar.  Estaba sentada en mi cama, con la espalda apoyada en la pared y las rodillas pegadas a mi cuerpo. Así,  en esa posición era imposible dormir, pero yo no necesitaba dormir. Yo quería aislarme del mundo unas horas. Cuando ya casi me había relajado , la puerta se abrió con cuidado , pero aún así se oyó un chirrido.

- Matt? Qué haces aquí? - le pregunté mientras me restregaba los ojos por el sueño.

- Lo siento si te he despertado. Ashley me dejó el otro día una cosa y quería saber si estaba aquí. -dijo mientras yo seguía evitando sus ojos verdes.

-Ashley se ha ido con Agnes y con Will a nosedonde-me encogí de hombres. Se sentó en el borde de mi cama y yo sentía su mirada en mí,  pero no me atrevía a devolversela.

- Y por qué no has venido conmig...? Quiero decir, porque no has venido con nosotros a curar a Amaia...?- me preguntó.

- No quería molestar.

- No molestas, Amaia es tu amiga. Además nada de lo que ha pasado es tu culpa- me regañó. Parecía que me hubiera leído la mente. Yo seguía sin mirarle a los ojos y el pareció notarlo- Oye, te he hecho algo? No me hablas, ni siquiera me miras...

- Debería?- Él frunció el ceño. Vale,había sonado más duro de lo que pretendía.

- Si te he hecho algo que te haya molestado,  me lo puedes decir...

- No tienes que seguir fingiendo que te importo!- exploté - Puedes odiarme perfectamente ahora que sabes que soy hija del Fuego! A los Naturaleza no les gusta el Fuego, por qué ibas a ser tú la excepción?!?!

Él se levantó rápidamente de mi cama. Por un momento pensé que se iba a ir, dejandome así de rota con lágrimas en los ojos. Pero él se volvió a sentar en mi cama, esta vez enfrente mío,  y puso su mano en mi barbilla obligándome a mirarle a sus ojos verdes que me observaban atentamente.

- Jamás digas eso. Nunca digas que finjo que me importas -me dijo seriamente.

- No quiero que te alejes de mí- le confesé. Nuestras caras se encontraban a tan pocos centímetros que podía ver mi propio reflejo en sus ojos.

- No me voy a alejar de ti nunca- me dijo suavemente.

- Por qué?

- Porque eres la luz que me ilumina y el calor que me reconforta. Porque eres el fuego que abrasa mi corazón, Alexandra.

Y no pude evitar besarle. Era lo más bonito que me hubieran dicho jamás.  Sus labios se encontraban suaves y cálidos en contacto con los míos mientras me devolvía el beso. Enrosqué mis brazos alrededor de su cuello y él puso sus brazos sobre mi cintura y me acercó más a él. Nos separamos por falta de aire y nos miramos a los ojos. Apoyé mi cabeza en su pecho y me acurruqué más hacia él.

-Creía...creía que no te gustaba el fuego- le dije aún contra su pecho.

- No me gusta me el fuego me chamusque el pelo - me corrigió . Yo sonreí y él me acarició la mejilla con su mano.

- Pensaba...Como a la mayoría de la escuela no les caigo bien...

- Cómo ? - exclamó Matt sorprendido.

- Pues, cada vez que camino y paso por algun lado y hay gente todos empiezan a susurrar cuando me ven.- él comenzó a reirse cuando terminé de decir aquello.

- Y tú de que te ríes? - le pregunté molesta mientras le pegaba un manotazo "flojito" en el brazo.

- Que no susurran sobre eso. Si son chicas esque tienen envidia de ti y si son chicos hablan de lo guapa que eres- me dijo sonriendo ligeramente.

-  Y de que iban a tener envidia esas chicas?- le pregunté un poco sonronjada por lo que me había dicho.

-Alguna vez te has visto realmente como eres? Eres preciosa, decidida , valiente, inteligente, sarcástica y a veces un poco gruñona, pero para mí eres perfecta...- No pude seguir porque volví a interceptar sus labios.Me encantaba la sensación de besarle. Cuánto rato habíamos estado juntos en la habitación?  Tal vez deberíamos a ir a buscar a los demás.

Me separé a regañadientes de sus labios y le dije:

- Deberíamos salir y buscar a los demás. - Él asintió y se levantó de la cama. Me tendió una mano y me ayudó a levantarme. Puso una mano alrededor de mi cintura y yo apoyé mi cabeza contra sus hombros.

Y así caminamos juntos por el pasillo, mientras notaba la presión de la piedra de Hielo en mi bolsillo.