Caminé un poco mareada y me coloqué al lado de Paula. Ella me miró como pensando si debía ir o no, pero yo sabía desde siempre que las órdenes de una reina no se desobedecen. Yo asentí en dirección a ella , asegurándole que estaría a salvo. Se giró hacia Luz y Calor y les dijo:
- Como la Señora guste.- dijo Paula.
Nada más decir esa frase fui envuelta por un tornado de llamaradas de fuego, en compañía de Luz y Calor.
- Sarah, ¡cuánto has crecido! - exclamó Luz cuando aparecimos en un duro y sólido suelo de piedra.
- Mírala, qué mayor está- decía Calor mirándome cariñosamente- ¡se parece tanto a su madre...!
Solo faltaba que estrujara la mejilla como hacían las abuelas, pensé.
-...igual de guapa que su madre...- seguía diciendo Calor a Luz, mientras ella asentía a todo lo que decía la pelirroja.
- Perdonad- les interrumpí- ¿pero nos hemos visto antes?
Ellas me miraron asombrada.
-¡Pues claro que nos hemos visto antes !- me dijo Luz , sus ojos tenían color negro carbón , igual que los de Calor, y les quedaban genial.
- A veces, viajabamos a Tierra y te vigilábamos un poco. Veíamos tu vida.- siguió Calor. La rubia asentía entusismada.
¿Así eran las cortes de los elementos? ¿Así de divertidas e infantiles como la de Fuego? pensé. Luego caí en la cuenta de lo que habían dicho.
- ¡¿¡¿Habéis estado espiandome!?!?-exclamé con un deje de enfado.
Calor se puso a silbar mientras la rubia negaba rápidamente con la cabeza.
- N-no es l-lo que estás p-pensando...- tartamudeó Luz.
-Yo no lo diría así...- dijo Calor en defensa de la rubia.
- ¿Y si te enseñamos como despareceren un tornado de fuego?- me preguntó Luz angelicalmente.
- El tornado de fuego se puede convocar en cualquier momento y se puede desplazar hasta el sitio que te de la gana- informó Calor con voz de presentadora de televisión.
Yo me reí de su actitud infantil.
- ¿Trato hecho? - dijeron a la vez esperanzadas.
- Trato hecho- dije aún sonriendo.
Estuvimos un rato en silencio con ligeras sonrisas en la comisura de nuestras bocas cuando recordé algo súbitamente.
- ¿Me parezco a mi madre?-dije curiosa.
- ¿Estás de guasa?- respondió Calor- eres clavada a ella.
- Excepto por los ojos- dijo la rubia- tienes los ojos de tu padre.
- Y la piel es un poco más blanca-observó la pelirroja.
- Y no tiene tantas pecas -terminó Luz.
- Por lo demás sois iguales- dijeron a la vez.
El pasillo por el que caminábamos se estaba haciendo cada vez más ancho y más iluminado a medida que íbamos caminando hacia donde querían llevarme. Estaba un poco nerviosa porque iba a conocer a mi madre, que por cierto, hacía un día que había descubierto que estaba viva y unas pocas horas antes había descubierto que era la reina de una dimensión entera. Guay, ¿verdad?
Por fin llegamos a una puerta de madera enoooooorme, y cuando digo enorme, no exagero. Pero me sorprendí más cuando vi su interior.
Era un salón super mega hiper enorme, más bien colosal, con el suelo hecho de mármol. A los lados salían columnas, también de mármol, que sujetaban un techo blanco que irradiaba pureza. Parecía un salón de un palacio. Espera un momento, ahora tiene sentido...Se ve que estamos en el palacio de la reina, es decir, ¡mi madre! A veces suelo ser un poco lenta, jeje.
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Fire
FantasyAlexandra Collins tenía una vida bastante normal despues de haber pasado casi 16 años desde la muerte de sus padres. Sin embargo, con la llegada de 3 misteriosas personas empezará una aventura que cambiara su vida. ¿Para bien o para mal? Descúbrelo...