capítulo 5

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Miré fijamente a la chica que tenía delante. Si te fijabas más de cerca sí que se podía decir que era la hermana de Will. Tenía el pelo color arena, tal vez un poco más claro que el de Will.Los ojos eran del mismo tono azul oscuro,  y las facciones de la cara se parecían. Definitivamente eran hermanos. Will nunca me había dicho que tenía una hermana. Miré a Matt a ver si él sabía algo,  pero mi novio tenía la misma cara de estupefacción que yo debía estar poniendo. Había pasado algo entre ellos tan malo para que no se lo contase ni a su mejor amigo? Lo suficientemente malo como para echar a correr?

La tal Marinne tenía los ojos anegados en lágrimas,  pero respiró hondo negándose a dejarlas caer.Paula,  viendo el ambiente tenso, dijo con una  sonrisa un poco forzada:

-Bueno Marinne, por qué no le enseñas a esta señorita su nueva habitación- dijo refiriéndose a mí.

Ella asintió con la cabeza  y murmuró:

- Claro.

Me giré hacia Matt , que seguía con cara de confusión,  y me despedí de él diciéndole que sería mejor que buscara a Will. Él asintió y se fue en la dirección en la que Will y Ashley habían echado a correr.

Las dos juntas comenzamos a caminar hacia el Salón Principal.

Mientras entrábamos por la puerta, ella se giró para observarme.

- Tú eres Sarah, la hija de la Dama de Fuego- me dijo. Iba a responderle que yo ya sabía mi nombre,  pero me callé.  La sola mención de mi madre me había entristecido de repente. La vamos a encontrar, pensé convencida dándome las esperanzas que necesitaba.

- Puedes llamarme Alex-le dije tímidamente. No me gustaba que me llamaran Sarah, solo dejaba que me llamaran así mi madre, Luz y Calor. Tampoco me gustaba que me recordaran que era la hija de la reina, más aun si esa reina está desaparecida.

Ella asintió y seguimos en silencio hasta las escaleras. Me sorprendí porque habían añadido una escalera de color dorado y rojo, solo para mí. Marinne, al ver mi cara de sorpresa, sonrió.

- Si esto te gusta, ya verás cuando lleguemos a tu habitación. - me dijo sonriendo. Su sonrisa era bastante bonita, mucho más que su cara de tristeza. La hacía parecer más joven.Ella rondaría por los veinte años, más o menos. Alomejor un poquito más,  no sé. Pero la verdad,  estaba pensando en una manera de animarla. No me gustaba que la gente estuviera triste y ella y su hermano parecían  tener algún tipo de problema. Y yo iba a ayudarla.

Caminamos a través del pasillo decorado con los mismos colores que la escalera, rojo y dorado, que le daban un toque majestuoso. Sentí más cariño hacia Paula. No era necesario que me hubieran hecho todo eso, yo solo quería una habitación. Hablando de mi habitación,  ya habíamos llegado al final del pasillo cuando nos topamos con una puerta de color caoba. No había ni pomo ni manillar.

Miré a Marinne confundida.

- Cómo se supone que debo abrir esto?

- Debes  usar tu poder de fuego para escribir una palabra en la puerta, que será tu contraseña, y así solo tú la podrás abrir.

- Wow- exclamé sorprendida. Eso molaba mucho.

Me concentré en mi fuego interior y chasqueé los dedos haciendo que se me encendiera una pequeña llamita de fuego en el dedo índice. Luego pensé en una palabra para mi contraseña, algo que me identificara. Lo que yo era. FIRE.

Eso era perfecto. Tracé la palabra  en la puerta y se abrió. Me quedé , literalmente, boquiabierta. Era grande, era bonita y era perfecta.El suelo era blanco, al igual que el techo, y las paredes eran doradas. Al lado derecho, pegado a la pared, habia un escritorio de caoba.Al lado izquierdo estaba mi cama, con la colcha a tonos anaranjados y rojizos.  Detrás de la cama había un armario, también de caoba. Y en la pared enfrente de la puerta, había una ventana grande con las cortinas anaranjadas. Era perfecta,  porque me recordaba a mí. Alomejor demasiado perfecta, porque también me recordaba a mi madre.Me dirigí hacia la ventana y me asomé. Uff, pensé , no está demasiado alto. Mejor para mi vértigo.

-Bueno, creo que debería irme- me dijo Marinne mirandome con una sonrisa al ver la cara que ponía por la habitación.

- Puedes quedarte.- le dije- Cuánto tiempo llevas aquí?

- Llevo una semana, más o menos,esperando a mi hermano- ante lo último que dijo se entristeció.

Me senté a su lado en mi cama y le puse una mano en el hombro.

- Will nunca me comentó que tenía una hermana- le dije- por lo que pienso que habéis tenido problemas.Me equivoco?

Ella negó con la cabeza y sus ojos se aguaron un poquito. Le pasé el brazo por los hombros y le miré simpáticamente.

- Ya sé que nos acabamos de conocer,  pero me gustaría que me lo contaras.Conozco a tu hermano, y sé que te quiere. Y me gustaría ayudaros, a los dos.

A ella le resbaló una lágrima por la mejilla, que se limpió rápidamente mientras suspiraba.

- Lo siento, - me dijo ella sonriendo tristemente- odio llorar. Me hace parecer débil.

- A veces las personas no lloran porque sean débiles- le dije-sino porque llevan demasiado tiempo siendo fuertes.

Eso pareció animarla, ya que sonrió.

- Sabes qué? - me dijo sonriendo- pareces sacada de una película diciendo esas cosas.Cómo haces para animar a todo el mundo?

Me encogí de hombros y le dije graciosamente:

- Es un don.

Y se río. Una risa, lo que llevaba buscando todo el tiempo. Su risa.Un momento de felicidad.

- Me cuentas?- le pregunté suavemente apretando su mano.

- En aquellos tiempos yo tenía dieciocho y, si no me equivoco, William tenía doce.- sonrió al recordar algo-Teníamos una hermanita pequeña.Tenía seis años y se llamaba Fanny.La pequeña Fanny tenía seis años y seguía a Will a todas partes. Lo quería mucho, y él la quería a ella. Y yo los amaba a los dos, eran mis hermanitos pequeños. Pero por aquellos años,las cosas no iban muy bien. Más gente se iba uniendo a los revolucionarios contra el poder.- su mirada se oscureció- algunos de esos revolucionarios se volvieron locos.Hasta el punto de atacar a la gente, a gente inocente. Como por ejemplos mis padres. Aquel día, nosotros íbamos paseando por la ciudad de Agua,  por un parque cercano a nuestra casa. Y esos locos nos atacaron. Mis padres nos ordenaron escondernos detrás de unos matorrales . Pero ellos eran demasiados para mis padres. Ellos murieron defendiendonos. La pequeña Fanny lloraba y llamaba a mis padres, pero ellos ya habían sido asesinados. Los asesinos encontraron a Fanny, pero yo estaba tan horrorizada que entré en estado de shock y no pude hacer nada. Mi pequeña Fanny...- se lamentaba mientras un torrente de lágrimas salia de sus ojos azules - mi pequeño William... No quiso venir a vivir conmigo,  así que vino aquí.  Y es lo último que supe de él. Nunca me contestó a mis cartas, nunca quiso saber nada de mí. Creo que me echa la culpa de lo que pasó.

Yo le abracé fuertemente y le dije:

- Pues yo creo que no se quiso ir contigo porque le hacías recordar la familia que solía tener,  te digo yo que Will no te echa la culpa de nada.Lo único es que no quiere abrir las heridas de su pasado. Seguro que te quiere tanto como en su tiempo quiso a Fanny.

Ella me devolvió el abrazo y me susurró :

- Gracias.

Yo la acompañé abajo y le dije que debía hablar con Will. Ella asintió y dijo que se iba a despejar al jardín. Yo le sonríe y ella me devolvió la sonrisa. Y me sentí bien porque sabía que había hecho una nueva amiga.

Misión cumplida. Ahora solo me queda visitar a la enfermería al pelele de mi primo y de su mejor amigo. De verdad que la sartén esa funcionaba muy bien.




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Hola lectores de wattpad! Quería decirles que esta semana la tengo llena de exámenesx o_O  y no podré actualizar hasta el viernes. También quería dar las gracias a todas las personas que me votan y a las personas que me comentan ( adoro saber lo que pensais sobre mi novela) y quería disculparme si tengo faltas de ortografía ( esque mi teclado del móvil...). Espero que os haya gustado este capítulo y me gustaría saber lo que pensais sobre Marinne y Will.

Besos!

Gem_bc

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