capítulo 14

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Estaba recostada sobre el suave y blanco pelaje de Ty. En mi mente rondaba el encuentro anterior con el asesino de mi padre, ese malnacido sádico de poder con el propósito de arruinarme la vida.  No iba a dejarle hacer eso. Lucharía contra él y no me daría por vencida, y sé que eso puede pasar, porque está a punto de empezar una guerra. Una guerra que podría ser tan sangrienta y triste como la última. Y me sentía como que esta guerra era culpa mía. Si me hubiera ido con él... Yo me habría sactificado por Eldim, por mi tierra; pero mi madre me necesitaba, Matt me necesitaba, mis amigos me necesitaban.

Cuando llegamos del viaje, Ty llegó corriendo hacia mí y hacia Matt. Abracé al tigre blanco que tanto me gustaba y el ronroneó como un gatito pequeñito que está feliz. Estaba sola en mi lugar favorito de la escuela. Todos los demás se habían ido todos juntos a hacer algo ; Ashley , Matt y Will habían insistido en que me fuera con ellos, pero yo había  argumentado que estaba cansada y necesitaba descansar. Ashley me miró. Ambas sabíamos que eso era mentira, yo solo necesitaba estar sola pensando en todo lo que había pasado y asumiendo lo que aún estaba por pasar.

Ash se había convertido en mi mejor amiga, por poco tiempo que nos conociéramos, nunca había hecho una amiga como ella. Will se había convertido como en un primo molesto más.  Pienso que si conociera a Fred, se harían buenos amigos. Aún así,  le quería un montón.  Las gemelas eran la diversión de la fiesta; aunque el mundo se acabara, ellas seguirían con su sonrisa plasmada en su boca. Agnes era como otra hermanita pequeña a la que proteger. Era dulce y amable, y al parecer, a ella yo también le gustaba. Paula se había transformado en la hermana mayor que nunca tuve. Si tenía algún problema, ella insistía en que fuera a buscarla. Luz y Calor...bueno, ya sabeis cómo son. Otro par que parecían gemelas. Si se unieran a Carol y Amaia podrían formar un club de "gemelas forever" o algo parecido. Mi madre era con lo que había soñado toda mi vida.  Ahora que la había conocido, tener madre era mucho mejor que  lo que imaginé. No era que tio Bob y tia Rose hubieran hecho algo mal, esque vivir con tus tíos no era lo mismo que tener una madre biológica. Y por último,  pero no menos importante...Matt. Todavía no me podía creer que fuera su novia, teniendo a todas las chicas de la escuela babeando por él a sus espaldas. Vale, lo admito; soy muy celosa con mis cosas, y ahora Matt es mío!

Bostecé y me desperecé un poco encima de Ty. Él hizo un sonidito y se puso patas arriba para que le acariciara la barriga. Yo reí ante el gesto.

- Así que te gusta que te acaricie en la barriguita, eh?- le dije riendo mientras el se removia ronroneando.

Te lo prometo,  Ty no se  parecía en actitud a un tigre.  Aunque según Matt, yo todavía no lo había visto en acción.

- Hablando con un tigre? Creía que eso solo lo podían hacer descendientes de Animales- me dijo Matt con una sonrisa sarcástica apareciendo de entre los árboles.

- Menuda chispa que tienes. Ah, no; espera,  no puedes tener chispa. Creía que solo podían tener chispa los descendientes de Fuego-le dije de la misma manera.

- Vale, los dos sabemos jugar a este juego- me respondió él .

- Que esperabas? Que me dejara vencer?

Él levantó los brazos en señal de rendición y dijo resignadamente:

- Vale, tu ganas. Eres invencible.-sonreí triunfalmente y dejé que rodeara mi cintura con sus brazos.

- Estás mejor? - susurró en el oído.

- Contigo? Sí- le respondí con determinación. Yo no era de las chicas que les gustaba que las protegieran, pero me sentía segura entre sus brazos.

Él , como respuesta, atrapó mis labios entre los suyos. Enrosqué mis brazos en su nuca y el me acercó más a él para profundizar el beso. Nos separamos al escuchar el gruñido de Ty, que nos miraba raro. Me senté otra vez en la hierba y le pregunté a Matt con la voz entrecortada por la intensidad del beso:

- Y los demás?  Dónde están los demás?

Él sentó a mi lado en el suelo acariciando el pelaje de su tigre.

- Mis primas se fueron a descansar a su habitación,  ya sabes, se están preparando para mañana- hizo una pausa al notar que me estremecía.Mañana empezaría una guerra en la cual yo sería el blanco principal.- Estás bien?- añadió con preocupación en la mirada.

- Y Ashley y Will?- le pregunté para evitar responder a la pregunta que me había hecho.

Él pareció meditarlo durante unos momentos.

- Creo que siguen juntos. Últimamente pasan bastante tiempo juntos.- repuso un poco confuso.

Matt no se daba cuenta de que esos dos pillos se gustaban? Y...Son novios y Ashley no me lo ha dicho? Más tarde la interrogaría, me prometí a mi misma. Yo le había contado enseguida que Matt y yo éramos novios, así que ella tendrá que desembuchar.

Yo me encogí de hombros, como si tampoco entendiera nada. Pero el no le dio importancia porque estaba rebuscando algo en au bolsillo del pantalón vaquero que llevaba puesto.Cuando lo encontró,  lo escondió en su puño para que yo no pudiera verlo.

- Qué es eso? -le pregunté con curiosidad.

Él me indicó que extendiera mi mano , y dejó caer el contenido del puño en mi mano. Yo lo acerqué a mi mano para examinarlo mejor. Era un colgante precioso. La cadena estaba hecho de oro puro, caray! El colgantito tenía una forma parecida a la de una hoja y por delante estaba cubierto por un montón de gemas en tonalidades que variaban desde las tonalidades rojas hasta amarillas, creando un color parecido al de mi pelo. Por la parte de atrás había grabada una M en la superficie del colgante. Era precioso.

Cuando el vio mis ojos envueltos en lágrimas,me sonrió y sus ojos verdes brillaron con un destello de cariño hacia mí.

- N-no sé que d-decir...- le respondí tartamudeando por la emoción del momento.

- No hace falta que digas nada, puedes besarme si quieres- me dijo Matt juguetonamente.

Me lancé a sus brazos y nos miramos a los ojos durante unos instantes. Sin embargo, no pude aguantar mucho tiempo con sus labios tan cerca de los míos y le besé.  Podría acostumbrarme a esa corriente eléctrica que me recorría desde mis labios hasta la punta de mis pies cada vez que lo besaba.

Nos separamos por falta de aire y el me metió un mechoncito de pelo rubio que se me había escapado detrás de la oreja, cariñosamente. Me dio un besito en la punta de mi nariz y yo reí suavemente por aquello. Volví a atrapar sus labios en un beso dulce y cariñoso.

- Te amo, Sarah-murmuró contra mis labios- y nada ni nadie podrá separarme de ti.

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