capítulo 17

4.1K 310 22
                                    

No. Esto no podía ser posible. Esto no podía estar pasando.

Debía de ser una broma. En cualquier momento, Matt se levantaría y me diría:

- Alex , que inocente eres. Enserio te lo habías creído? - y entonces se reiría.

Pero yo sabía que eso no era verdad. Matt no iba a reír nunca más. No me iba a sonreir más,  nunca más se le iluminaría la mirada al mirarme, nunca más me iba a decir que me quería. Ni él,  ni su prima Carol.Porque se habían ido para siempre y nunca iban a volver.

Yacían los dos tumbados en la hierba teñida de carmesí por la sangre. Tenían los ojos cerrados y una sonrisa que les hacía parecer tranquilos. Tranquilos, en el más allá.

Las lágrimas se me  deslizaban por la cara hasta caer al suelo. Sentía un dolor profundo que me desgarraba el pecho y me arañaba el corazón. Nunca sabrás el dolor que produce ver muerto a tu amado y pensar que nunca le dijiste lo suficiente, lo mucho que le querías.  Y no sabes el dolor que produce conocer a alguien como Carol, alegre, bromista y siempre riendo y que ahora esté muerta;  y que nunca más la verás sonreir con esa chispa de felicidad en los ojos.

Pero lo más duro era ver a su hermana gemela, llorar por el cuerpo de su hermana, con quien nunca más podrás bromear. Ashley estaba arrodillada a mi lado sollozando al ver a Matt tumbado en el césped. Nos miramos a los ojos. Los de ella estaban superrojizos por el torrente de lágrimas que salían de ellos, y , supongo que los míos también. Nos abrazamos fuertemente mientras sollozabamos la una en la otra e intentabamos consolarnos.

Ojalá no hubiera muerto nadie en esta guerra, pensé fuertemente.

De pequeña odiaba mi cumpleaños, que era el 3 de mayo. Y la razón por la que lo odiaba era porque se suponía que ese día había muerto mi madre.  Ahora , todos los que habían muerto en esta guerra había sido culpa de mi nacimiento. Otra razón más para odiar ese dia.

- No quiero vivir, no sin Matt-le dije a Ashley con la voz rota.

Ella se separó de mi abrazo para mirarme a los ojos y me dijo:

- Jamás digas eso.

- Es la verdad. No podré superarlo nunca- le susurré.

- Crees que esto es lo que te gustaría a Matt? Qué te hundieras así?  No. Él querría ver rehacer tu vida y levantarte paso a paso, juntas podremos superarlo.- me dijo cogiendome las manos. Pero yo jamás podría olvidar su mirada verde, lo que me hizo enamorarme de él. Y lo que más angustia y agobio me producía,  era que jamás le había dicho cuanto lo amaba. Y ahora él estaba muerto.Y yo nunca tendría una oportunidad de decírselo.

Lentamente me separé de Ashley y me dirigí hacia donde Amaia estaba arrodillada. Ella no solo había perdido a su hermana gemela,  ella también había perdido a su primo. Levantó su rostro empapado en lágrimas y dirigió su mirada , que ahora parecía vacía en sus ojos grisáceos, hacia mí.

Me arrodillé a su lado y la abracé con fuerza.

- Lo siento tanto- le susurré con voz queda en su oreja.

-Ni ha sido tu culpa. Nada de lo que ha pasado. - me respondió intentado controlar su voz a causa de las convulsiones de su cuerpo.

Ashley no tardó en unirse a nuestro abrazo, y las tres lloramos juntas por algo que jamás llegaríamos a  recuperar.

Will se había quedado mirando fijamente a los cuerpos,  dirigiendo la mirada del uno al otro. Yo me levanté corriendo y me lancé a sus brazos (espero que a Ashley no le importe). A él le cayeron unas finas lágrimas de los ojos y me devolvió el abrazo, como diciéndome que se alegraba de que estuviera bien.

-No pude hacer nada para salvarlo-se lamentó.

Le iba a contestar que no era su culpa. Que no era culpa de nadie; excepto mía. Y al morir Matt, yo había muerto con él. Yo no planeaba vivir sin él,  pero si moría,  todos los muertos de esta terrible guerra habrían fallecido en vano. Solo llevábamos unos días siendo novios, pero yo desde el primer momento en que le vi, sentí que lo había conocido desde siempre.  Me había dicho que no permitiría que nada nos separara, pero no tuvo en cuenta a la muerte. Y ahora, nunca más volveríamos a estar juntos.

Y de repente, pensé en algo que no había pensado y que podría ser su salvación. La Piedra de Hielo. Cómo no lo había pensado antes? La piedra se supone que concede cualquier deseo, el deseo más profundo de tu corazón.  Podría revivir a gente ?

Metí la mano en el bolsillo.Nada. Metí la mano en el otro bolsillo. Tampoco.

Me giré hacia loa cuerpos que yacían en la hierba.

Mi luz jamás le volvería a iluminar,  mi calor jamás lo volvería a reconfortar. Y mi fuego jamás le volvería a abrasar el corazón. Porque la Piedra del Hielo había desaparecido; y con ella, toda esperanza de revivirlos.

********************************

La habitación de Alex en el palacio de la Dama de Fuego estaba bastante ordenada,  pensé.

Ella estaba metida entre las sábanas y su cabello color fuego esparcido rebeldemente por la almohada.

Estaba más pálida de lo normal, pero era normal dado que llevaba, más o menos, tres días insconciente.

No pude resistirlo, y me acercé más a ella y comencé a acariciar su suave mejilla. Y ella hizo algo que no me había esperado.Comenzó a moverse.

Poco a poco abrió sus ojos castaños , que miraban alrededor algo desenfocados. Pero que cuando se fijaron en mí se abrieron de par en par. Y me preguntó casi sin voz:

- Matt?

FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora